Agencias / Ciudad de México.- Las huellas que dejaron en los esqueletos de tiburones ballena (‘Rhincodon typus’) los ensayos nucleares realizados durante la Guerra Fría han ayudado a los científicos a determinar por primera vez correctamente la edad de estos peces, los más grandes del mundo.
El descubrimiento, publicado en la revista Frontiers in Marine Science, ayudará a asegurar la supervivencia de esta especie, un gigantesco pez con manchas y rayas blancas que puede alcanzar una longitud de hasta 18 metros y se encuentra en peligro de extinción.
Usando el método de datación por radiocarbono de un esqueleto de tiburón ballena, se pudo establecer de manera concluyente que en el momento de morir tenía 50 años. Se trata de la primera vez que se ha verificado inequívocamente la edad de un ejemplar de estos animales, sugiere un estudio llevado a cabo por un equipo de científicos australianos, estadounidenses e islandeses, informa la página web del Instituto Australiano de Ciencias Marinas.
New: Cold war nuclear bomb tests reveal the true age of #whalesharks
The radioactive legacy of the arms race has helped an international science team with @MarkMeekan solve a mystery about the world’s largest fish – and help ensure their future
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— Australian Institute of Marine Science (@aims_gov_au) April 6, 2020
Calcular la edad de los tiburones ballena siempre ha sido difícil, ya que estos peces, al igual que el resto de tiburones y rayas, no tienen otolitos, unas estructuras de carbonato cálcico que permiten determinar la edad del resto de peces.
Sin embargo, las vértebras del tiburón ballena presentan marcas distintas, como si fueran los anillos del tronco de un árbol, y se sabía que estos aumentan en número a medida que el animal envejece. Lo único que no estaba claro era si aparecen cada año o cada seis meses.
El misterio se pudo resolver analizando la cantidad de carbono 14 —un raro isótopo radiactivo subproducto de las detonaciones de bombas de la era de la Guerra Fría— que contenía el esqueleto del tiburón ballena estudiado.
De 1955 a 1963, las pruebas de bombas atómicas en los Estados Unidos y otros países duplicaron la cantidad de carbono 14 en la atmósfera de la Tierra.
Ese exceso fue absorbido por el océano y por toda la red alimentaria, incluidos los esqueletos cartilaginosos de los tiburones ballena. Al comparar la cantidad de carbono 14 presente en los océanos durante ciertos años con la cantidad del isótopo capturado en sucesivas bandas de crecimiento vertebral, los investigadores pudieron discernir la edad del ejemplar de tiburón ballena analizado.
Las pruebas nucleares durante la Guerra Fría ofrecen una herramienta para determinar la edad real de los tiburones ballena. https://t.co/giwrPcP7lG Vía @aims_gov_au pic.twitter.com/dbnKrTafd5
— Enrique Coperías (@CienciaDelCope) April 6, 2020