Agencias, Ciudad de México.- Con llamados a salir de Líbano, el refuerzo de la presencia militar estadounidense en Oriente Medio y la suspensión de conexiones aéreas, la preocupación por una escalada militar en esa región crece ante la intensificación de las amenazas de Irán y sus aliados contra Israel.

Las iniciativas diplomáticas se multiplicaron ante el riesgo de una escalada que incendie Medio Oriente, en momentos en que Irán y sus aliados, principalmente en Líbano, preparan una respuesta a asesinatos de dirigentes islamistas atribuidos o reivindicados por Israel.

Israel se prepara a ese eventual conflicto en su frontera norte mientras prosigue su ofensiva en Gaza, donde bombardeó un complejo educativo que acogía a desplazados, matando a 30 personas, según la Defensa Civil del territorio palestino.

Estados Unidos y Reino Unido instaron a sus ciudadanos presentes en Líbano a partir cuanto antes, mientras Canadá pidió a sus nacionales evitar viajar a Israel.

“Las tensiones son elevadas y la situación podría deteriorarse rápidamente”, advirtió el ministro de Exteriores de Reino Unido, David Lammy, al agregar: “Mi mensaje a los ciudadanos británicos allí es claro: váyanse ya”.

Los jefes de las diplomacias de Estados Unidos y Francia, Antony Blinken y Stéphane Séjourné, instaron en una conversación telefónica a todas las partes a la “máxima moderación, para evitar una conflagración que tendría consecuencias devastadoras para los países de la región”, indicó la cancillería francesa.

El Departamento de Defensa de Estados Unidos reveló que había ordenado “ajustes” para “mejorar la protección” de sus fuerzas y “aumentar el apoyo a la defensa de Israel”, ante “la posibilidad de una escalada regional por parte de Irán y sus socios”.

Consultado en su casa de playa en Delaware si creía que Irán desistiría de tal acción, el presidente estadounidense, Joe Biden, respondió: “Espero que sí, no lo sé”.

La tensión subió con la muerte de un alto cargo de Hezbolá, en un bombardeo israelí de un suburbio de Beirut, y con el asesinato al día siguiente en Teherán, atribuido a Israel, del líder de Hamás, Ismail Haniyeh.

Haniyeh, cuya muerte fue denunciada en protestas en varios países musulmanes -entre ellos Marruecos y Turquía-, fue enterrado la víspera en un cementerio cerca de Doha, en Catar, donde vivía exiliado, tras recibir multitudinarias exequias.

El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, amenazó a Israel con un “castigo severo” y el líder de Hezbolá, Hasan Nasrallah, habló de una “respuesta inevitable”.

La representación de Irán ante Naciones Unidas dijo esperar que Hezbolá ataque en “profundidad” el territorio israelí y que no se limite a objetivos militares.

Israel y el Hezbolá libanés, aliado de Hamás, protagonizan duelos casi diarios de artillería desde el inicio de la guerra en Gaza.

Hezbolá anunció que lanzó “decenas” de cohetes Katiusha contra el asentamiento de Beit Hillel, en el norte de Israel.

Al respecto, el ejército israelí dijo que unos 30 proyectiles fueron lanzados a su territorio desde el sur de Líbano, y en su mayoría fueron derribados sin que se reporten heridos.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró que Israel “está en un alto nivel de preparación para cualquier escenario, tanto defensivo como ofensivo”.

En este contexto, la aerolínea turca Turkish Airlines canceló, por segunda noche consecutiva, sus vuelos nocturnos a Teherán, sin ofrecer explicación.

La Defensa Civil de la Franja de Gaza indicó que un bombardeo israelí mató a por lo menos 17 personas en un complejo escolar de Ciudad de Gaza.

“Hay diecisiete mártires y numerosos heridos debido al bombardeo israelí contra la escuela de Hamama”, declaró la agencia en un comunicado. El anterior balance, transmitido por la misma fuente, era de 10 muertos.

El portavoz de la Defensa Civil del territorio palestino, Mahmud Basal, confirmó anteriormente a la AFP que el complejo albergaba a desplazados por la guerra.

El ejército israelí confirmó el ataque e indicó que estaba dirigido contra “terroristas que operaban en un centro de comando y control de Hamás” instalado dentro del complejo.

La guerra se inició el 7 de octubre, con una incursión de comandos islamistas que mataron a 1,197 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a 251 en el sur de Israel, según un recuento de la AFP basado en datos oficiales israelíes.

Israel estima que 111 personas siguen cautivas en Gaza, aunque 39 de ellas habrían muerto.

En respuesta, Israel lanzó una ofensiva que ya mató a 39.550 personas en Gaza, también civiles en mayor proporción, según el Ministerio de Salud del territorio palestino, gobernado por Hamás desde 2007.

El G7 expresó su “gran preocupación por los recientes acontecimientos que amenazan con acarrear una regionalización de la crisis, empezando por Líbano”, indicó el ministro italiano de Relaciones Exteriores, Antonio Tajani, tras una videoconferencia con sus pares de ese club de las principales potencias occidentales.

El presidente francés, Emmanuel Macron, y el rey Abdalá II de Jordania subrayaron en una conversación telefónica “la necesidad de evitar a toda costa una escalada militar regional” y “llamaron a todas las partes a abandonar la lógica de las represalias”, indicó la Presidencia francesa en un comunicado.

El canciller jordano, Ayman Safadi, mantuvo conversaciones en Irán, informaron los medios iraníes.

Fue recibido por el presidente Masud Pezeshkian, quien volvió a imputar a Israel el asesinato en Teherán del jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, y a prometer venganza por esa acción “grave” y “descarada”, reportó la agencia oficial de noticias IRNA.

Después de Estados Unidos y Reino Unido, Francia pidió a sus ciudadanos salir “lo antes posible” de Líbano, confrontado a “un contexto de seguridad muy volátil”. Arabia Saudita, Suecia y Jordania tomaron disposiciones similares.

En el aeropuerto de Beirut, se formaron largas colas de personas que decidieron partir tras esos llamamientos o cuyos vuelos fueron cancelados.

Muchas familias con niños tratan de buscar un rincón para dormir, mientras vigilan los anuncios de despegues, sobre todo hacia Estambul, El Cairo y Ammán.

“Yo estaba en Siria, pero la situación se volvió difícil y mi vuelo, previsto para mañana, se canceló, entonces trato de partir hoy”, explica un pasajero, Monther Rayya.

Irán, el movimiento islamista palestino Hamás, en el poder en Gaza, y el grupo libanés Hezbolá acusaron a Israel del asesinato de Haniyeh, cometido en Teherán.

Israel no comentó esa operación, que se produjo unas horas después de que un bombardeo –que si reivindicó el Estado hebreo– matase en un suburbio de Beirut al jefe militar de Hezbolá, Fuad Shukr.

El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, amenazó a Israel con un “castigo severo” y el líder de Hezbolá, Hasan Nasrallah, habló de una “respuesta inevitable”.

La representación de Irán ante la ONU dijo esperar que Hezbolá ataque en “profundidad” el territorio israelí y que no se limite a objetivos militares.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró que su país “está en un alto nivel de preparación para cualquier escenario, tanto defensivo como ofensivo”.

Estados Unidos, principal aliado de Israel, se está preparando para “todas las posibilidades”, afirmó el asesor adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jon Finer.

“El Pentágono está movilizando medios significativos hacia la región, para prepararse para lo que podría ser nuevamente la necesidad de defender a Israel”, y el gobierno intenta “desescalar esta situación, pues no creemos que una guerra regional sea de interés de nadie en este momento”, agregó.

Hezbolá e Israel protagonizan duelos casi diarios de artillería desde el 8 de octubre, al día siguiente del inicio de la guerra en Gaza entre Israel y Hamás.

Hezbolá afirmó haber disparado decenas de cohetes por primera vez hacia la ciudad de Beit Hillel, en el norte de Israel.

El ejército israelí indicó que se dispararon 30 proyectiles desde Líbano y que logró interceptar la mayoría.

En Holon, un suburbio de Tel Aviv, dos personas murieron y otras dos resultaron heridas a puñaladas, informó la policía, añadiendo que el presunto autor del “atentado terrorista”, un palestino procedente de Cisjordania ocupada, fue “neutralizado”.

La Defensa Civil de la Franja de Gaza indicó que un bombardeo israelí mató a por lo menos 30 personas, “principalmente niños y mujeres” en un complejo educativo que acoge a miles de desplazados por la guerra.

El ejército israelí confirmó el bombardeo e indicó que las dos escuelas albergaban un centro de mando y control de Hamás.

La guerra estalló el 7 de octubre del 2023, cuando comandos islamistas mataron a 1,197 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a 251 en el sur de Israel, según un recuento basado en datos oficiales israelíes.

Israel estima que 111 personas permanecen cautivas en Gaza, aunque 39 de ellas habrían muerto.

En respuesta, Israel lanzó una ofensiva que ya mató a 39,550 personas en Gaza, también civiles en su mayoría, según el Ministerio de Salud del territorio, gobernado por Hamás desde 2007.

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