Por Erick Olivera Méndez/Ciudad de México.- El gobierno mexicano mantiene una disputa comercial con Estados Unidos relacionada con las importaciones de maíz transgénico, un desacuerdo que confían los funcionarios mexicanos se pueda resolver a principios del próximo año.
La controversia tuvo su origen cuando el gobierno de México anunció que instrumentaría una política de eliminar de forma gradual la compra de maíz transgénico, una medida que repercutía directamente en las exportaciones del grano de los productores norteamericanos.
El gobierno de Estados Unidos rechazó el plan comercial de la administración del gobierno mexicano e invocó cláusulas del T-MEC para solventar el desacuerdo en calidad del principal socio comercial de México.
Han sido la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, y el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, quienes han encabezado las negociaciones con sus homólogos estadounidenses.
Hace apenas unos días, ambos funcionarios estuvieron en Washington en una especie de cimbre comercial para intentar llegar a acuerdos sobre las restricciones que ha planteado México a las importaciones de maíz transgénico.
La delegación mexicana, encabezada por el canciller Ebrard y la secretaria de Economía, también incluyó al secretario de Agricultura, Víctor Manuel Villalobos, y a la secretaria del Medio Ambiente, María Luisa Albores.
Los cuatro funcionarios se reunieron con la delegación que encabezó el secretario de Agricultura de Estados Unidos, Thomas J. Vilsack, quien escuchó una de las principales razones de México para limitar el maíz transgénico: la seguridad alimentaria del país.
En el contexto de la seguridad alimentaria mexicana, expusieron los funcionarios, se busca mantener el patrimonio biocultural, donde confluyen más de 60 razas de maíz, así como garantizar la autosuficiencia de este producto básico para la dieta del mexicano.
Entre los acuerdos de la cumbre comercial entre los dos países, según informó la delegación mexicana, se fijó el mes de enero del año entrante para llegar a un entendimiento concreto. “Se acordó continuar las conversaciones constructivas con el fin de que en enero se pueda consolidar un entendimiento mutuo que dé certidumbres jurídicas a todas las partes”.
Por su parte, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos señaló que se plantearon todas las dudas de su gobierno sobre las exportaciones de maíz. “Hubo una conversación franca sobre nuestras profundas preocupaciones en torno a las restricciones a la importación de maíz biotecnológico y otros productos biotecnológicos derivadas del decreto de 2020 del presidente”.
“La delegación mexicana presentó algunas enmiendas potenciales al decreto en un esfuerzo por abordar nuestras preocupaciones. Acordamos revisar de cerca su propuesta y dar seguimiento con preguntas o inquietudes a la brevedad. Hay un reconocimiento conjunto de que el tiempo es esencial y debemos determinar un camino a seguir pronto”, añadió en un comunicado el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
México había ofrecido a los estadounidenses ampliar el plazo de prohibición del maíz transgénico hasta 2025 y cambiar los términos del decreto presidencial, una propuesta que formalizó en Washington la delegación encabezada por el canciller Ebrard.
El decreto presidencial de 2020 contemplaba la eliminación de forma gradual del maíz genéticamente modificado y del uso de glifosato como herbicida para el 2024, una medida que el gobierno de México ha explicado tiene su origen en la defensa de la seguridad alimentaria del país.