Por Erick Olivera Méndez/Ciudad de México.- El Fondo Monetario Internacional advirtió que el conflicto en Medio Oriente amenaza con desencadenar una crisis económica global. La escalada en la región podría tener graves consecuencias económicas, tanto para las economías locales como para el resto del mundo, señaló la portavoz del FMI, Julie Kozack, y dijo que la incertidumbre y el riesgo están aumentando en un momento en el que el panorama económico ya es frágil.
En Gaza, la economía se encuentra en una situación desesperada, pues según estimaciones del FMI, el PIB del territorio se desplomó en 86 por ciento durante el primer semestre de 2024, reflejando el costo humano y económico del conflicto. La situación en Cisjordania, aunque algo menos devastadora, sigue siendo preocupante, con una contracción del 25 por ciento en su PIB durante el mismo periodo. Israel, que sufrió una caída del 20 por ciento en el PIB en el cuarto trimestre de 2023, ha logrado una leve recuperación en 2024, pero sigue enfrentándose a un panorama económico incierto.
Más allá de las fronteras de estos territorios, el conflicto ya está generando efectos económicos indirectos a nivel mundial. El FMI señaló que los precios de las materias primas, aunque todavía por debajo de los niveles de 2022, han comenzado a subir nuevamente. El petróleo y los cereales, en particular, se encuentran en una posición vulnerable, lo que podría traducirse en un aumento de los precios en los mercados globales, generando presiones inflacionarias en economías ya afectadas por la inestabilidad financiera. Los costos de transporte marítimo también han escalado, en parte debido a los ataques de los militantes hutíes en el Mar Rojo, lo que ha obligado a los buques a desviarse por rutas más seguras.
La situación en Líbano es igualmente crítica. Con un acuerdo preliminar de préstamos firmado con el FMI en 2022, el país no ha logrado avanzar en las reformas necesarias para estabilizar su economía. Ahora, con la intensificación del conflicto y los ataques aéreos israelíes sobre Hezbolá, el país enfrenta una crisis aún más profunda. La ya frágil infraestructura económica y social de Líbano se ha visto gravemente afectada, exacerbando la inestabilidad en la región.
El FMI se prepara para actualizar sus proyecciones económicas en sus reuniones de otoño en Washington, donde se abordarán las posibles consecuencias de esta escalada. Mientras tanto, el conflicto en Medio Oriente sigue siendo una amenaza latente que podría desestabilizar aún más una economía global ya tambaleante.