Agencias, Ciudad de México.- Las acciones más antiguas de Warren Buffett en Berkshire Hathaway son de Coca-Cola (KO). También son unas de las acciones que mejores rendimientos están brindando ya que han subido más del 2 000 % desde que el oráculo de Omaha empezó a comprarlas hace 33 años. A los inversores actuales, que tienen la vista puesta en la próxima década, les encantará descubrir cómo Buffett hizo ese cálculo tan rentable.

En un webinar reciente de Yahoo Finanzas Plus, Bill Smead, director de inversiones de Smead Capital Management, comenzó la lección explicando cómo Buffett gestiona el crecimiento y el valor en la cartera de Berkshire.

“Para Buffett y [Charlie] Munger, toda inversión es inversión en valor. Piensan que más vale pájaro en mano que cien volando. Quieren comprar algo por mucho menos de lo que creen que vale. Así que el escenario ideal en sus inversiones se calcula en base a las matemáticas de la inversión de acciones comunes. Si compras una acción por 30 dólares y pagas en efectivo, lo peor que podría pasar es que se reduzca a cero. Pero lo mejor que podría suceder es exponencial”, apuntó Smead.

Smead explicó en qué se diferencian Buffett y Munger del legendario inversor en valor Benjamin Graham y por qué el valor y el crecimiento no son variables excluyentes entre sí. Graham “compraría 200 ‘colillas de cigarros’ a mitad del precio que valen y se enriquecería haciendo eso gracias a los movimientos del mercado”, dijo Smead.

Buffett, en cambio, opta por “comprar un negocio que está creciendo a lo largo de las décadas en un momento en el que otras personas están muertas de miedo o no entienden por qué va a ser algo tan bueno en los próximos 20 o 30 años. Luego disfrutará de un doble impacto gracias a la reevaluación”. Smead explicó que ese es “el precio que la gente está dispuesta a pagar por cada dólar de crecimiento de las ganancias, así como por el crecimiento del número de ganancias [en sí]”.

Coca-Cola, una apuesta arriesgada

Berkshire compró acciones de Coca-Cola por primera vez entre 1988 y 1989, obteniendo más de 23 millones de acciones. Cuando Buffett empezó a comprar en el primer trimestre, muchos inversionistas todavía estaban nerviosos por el colapso del Lunes Negro que se produjo en octubre de 1987. El hecho de que Buffett apostara a lo grande por esas acciones se consideraba arriesgado, sobre todo porque no era una inversión típica de Berkshire.

Buffett defendió su posición en la carta anual de Berkshire dirigida a los accionistas de 1988 con lo que se convertiría en una de sus frases más famosas. “En 1988 realizamos compras importantes de préstamos hipotecarios federales… y Coca Cola. Esperamos mantener esos valores durante mucho tiempo. De hecho, cuando somos propietarios de partes de negocios destacados con administraciones importantes, nuestro período de tenencia favorito es para siempre”, dijo Buffett.

Berkshire cuadruplicó su posición a 100 millones de acciones en 1994 y hasta el día de hoy no ha vendido ninguna. Tras dos divisiones de acciones, ahora el recuento de acciones es de 400 millones, pero la base de costos de Berkshire se ha mantenido en 1,3 mil millones desde 1994. A finales de 2020, la inversión valía 21,5 mil millones, un rendimiento del 1 550 %, sin incluir los dividendos. De hecho, a finales de 2020 Berkshire poseía el 9,3 % de todas las acciones de Coca Cola en circulación.

Sin embargo, la resaca de la crisis de 1987 se había desvanecido para Buffett y el mundo estaba cambiando. El imperio soviético comenzaba a desmoronarse y el muro de Berlín estaba a punto de derrumbarse, lo que finalmente sucedió en noviembre de 1989.

Smead contó su experiencia como agente de bolsa en la década de 1980 con Buffett: “Buffett [estaba comprando] Coca-Cola en 1989 con aproximadamente unas ganancias de 18 veces. Bueno, comencé en el negocio de inversiones en 1980 como agente de bolsa en Drexel Burnham Lambert. Y la primera acción que le ofrecí a la gente fue Coca-Cola, a 30 dólares la acción. Era seis veces las ganancias pagando un dividendo del 5 %. Cuando Buffett compró ocho años después, pagó seis veces más de lo que yo estaba intentando pagar por ello”.

Smead explicó cómo cambió el sentimiento de los inversores a lo largo de la década de 1980, cuando los recuerdos de la tumultuosa década de 1970 se desvanecieron y se transformaron en optimismo sobre un mercado alcista que se convertiría en uno de los más largos y rentables de la historia.

“Estaría arruinado y viviría en una tienda de campaña en el centro de Phoenix o de Seattle si hubiera seguido optando por las acciones [de Coca-Cola] porque nadie las compraba. Prácticamente nadie las quería. En 1981, el 8 % de las acciones comunes en Estados Unidos estaban en manos de los hogares, fuera de plano y muy bajas. Nadie quería esa empresa”, dijo.

Smead explicó cómo el cambiante entorno político también impactó en el panorama macro, proporcionando nuevas oportunidades y mercados para las empresas. “Varios países que solían estar cerrados iban a abrir sus puertas. Y la corporación Coca-Cola iba a poder vender sus bebidas a gran parte de la población, personas a las que nunca antes había vendido. Y en el mercado emergente y los países menos ricos, esa ‘bebida limpia’ era muy valiosa”.

Nuevas oportunidades de inversión post-COVID

En la actualidad, la pandemia ha vuelto a revolucionar el panorama macroeconómico al presentarles a los inversores una nueva serie de desafíos. Smead analizó los cambios demográficos en marcha y perfiló un escenario para lo que, según él, son nuevas oportunidades de inversión seculares.

“Observamos el momento previo en el que el grupo de edad de 30 a 45 años era dramáticamente más grande que el grupo anterior, los que los precedieron. Los baby boomers tomaron el puesto de la generación silenciosa en los 70 y 80… Ahora tenemos 90 millones de millennials, que dentro de poco serán 95 millones, que ocuparán el lugar de los 65 millones de personas que pertenecían a la Generación X en el grupo de edad de 30 a 45 años. Eso significa que se generará una gran demanda de necesidades básicas”, afirmó.

Smead hizo referencia a una investigación de Fundstrat Global Advisors que clasificó las industrias que podrían crecer gracias a los millennials a medida que sus gastos eclipsan a los de los boomers. “En la parte superior de esa lista se encuentran los intereses hipotecarios y los cargos financieros. Mucho antes de que apareciera en las noticias o de que se difundiera esa idea, hemos comprado muchas acciones de los constructores de viviendas porque sabemos que nos esperan años en los que habrá que construir viviendas para compensar el diferencial entre la oferta y la demanda. Esa población impulsará la venta de las viviendas existentes”, dijo Smead.

Smead espera que los selectores de acciones superen a los inversores pasivos durante la próxima década. También cree que las industrias del calzado, los muebles y los equipos para el hogar tendrán un desempeño superior gracias a esas mismas tendencias demográficas que impulsarán a los constructores de viviendas.

“La ironía de la pandemia es que en realidad ha catalizado uno de nuestros asuntos más importantes: la necesidad de gastar del grupo compuesto por la generación millennial”, afirmó Smead.

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