Agencias/Ciudad de México.- Los resultados de las elecciones presidenciales del domingo en Argentina dejan más preguntas que respuestas. El triunfo del peronista Sergio Massa, actual ministro de Economía, tomó por sorpresa a propios y extraños.
Massa obtuvo el 38% de los votos y deberá enfrentarse en balotaje el 19 de noviembre al ultraderechista Javier Milei, de La Libertad Avanza, quien consiguió el 32% de apoyo. Ninguno alcanzó el 40% necesario para ganar en primera vuelta.
El triunfo de Massa resulta paradójico, ya que es el responsable de la crisis económica que atraviesa el país, con inflación desbordada y dólar en máximos históricos. Sin embargo, los votantes lo prefieren por representar un cambio moderado frente a la alternativa radical de Milei.
De cara al balotaje, Massa sale fortalecido y con chances de sumar votos de centroizquierda y centroderecha. Milei apostaba a ganar en primera vuelta y llega debilitado. Sin embargo, es prematuro vaticinar un ganador para la segunda vuelta.
Más allá de los resultados, la irrupción de Milei con un discurso extremista preocupa. La ultraderecha se consolidará como tercera fuerza política en el Congreso. Esto obligará a consensos y moderación al futuro gobierno.
En lo inmediato, se espera una ligera baja del dólar paralelo tras disiparse el temor a un triunfo sorpresivo de Milei. No obstante, el próximo gobierno deberá implementar un doloroso plan de ajuste para estabilizar la economía.
Los comicios dejan en claro el hartazgo de los argentinos con la política tradicional y la búsqueda desesperada de soluciones a la crisis. Pero el camino para enderezar el rumbo no será fácil, sea quien sea el próximo presidente.
