Agencias / InsurgentePress, Ciudad de México.- Es cada vez más claro que los senadores republicanos se sienten tan incómodos con el uso de las facultades ejecutivas por parte del presidente Donald Trump para construir un muro fronterizo entre México y Estados Unidos que están desesperados por encontrar una forma de evitar la votación.
Uno por uno, los senadores republicanos han explorado ideas tratando de encontrar una salida a un dilema aparentemente imposible: cómo apoyar el muro fronterizo sin tener que aprobar la declaración de emergencia nacional que Trump utilizó para tratar de construirlo.
Y uno por uno, durante una comida a puertas cerradas que a veces se caldeaba, no hallaron respuestas fáciles.
Los senadores saben que su decisión, sea cual fuere, hará historia. Es la primera vez que el Congreso vota para bloquear un decreto de emergencia nacional. Incluso si Trump veta la iniciativa, como se anticipa, sentará un precedente para otras asignaciones de fondos por parte de los futuros ocupantes de la Casa Blanca.
Es por eso que trataron de convencer a Trump de que no recurriera a los poderes de emergencia nacional. Por eso ahora se encuentran en una situación en la que no hay ganador, mientras se preparan para votar.
En los próximos días, los senadores tendrán que votar sobre una resolución, ya aprobada por los demócratas en la Casa de Representantes, para rescindir la acción ejecutiva de Trump.
Los senadores republicanos no tienen los votos para detener lo que Trump está haciendo, ni necesariamente quieren hacerlo, pues muchos de sus electores quieren el muro. Los senadores, especialmente los que se presentan a la reelección en 2020, no quieren criticar al presidente, ya que necesitarán los votos de sus seguidores.
Sin embargo, al menos están tratando de tomar cierta distancia entre el proyecto de Trump para construir el muro y lo que muchos ven como un abuso de la autoridad ejecutiva, algo que podría resonar en los años venideros.
Cuando el vicepresidente Mike Pence y otros funcionarios del gobierno visitaron a los senadores en privado el martes para recabar apoyo para la campaña de Trump, hubo una discusión acalorada.
Los funcionarios de la Casa Blanca defendieron la emergencia fronteriza e insistieron en que la acción de Trump no abriría las compuertas para que futuros presidentes tomen medidas similares con respecto a sus prioridades.
Los senadores ametrallaron con preguntas al vicepresidente. Al día siguiente, comenzaron a ventilar sus ideas de cómo resolver el problema.
“Todos culpan al presidente, pero el presidente no tiene la culpa. El Congreso le delegó esta autoridad. Así que estamos delegando nuestra autoridad legislativa. Probablemente hemos hecho demasiado”, opinó Chuck Grassley, el republicano de mayor rango en el Senado.