Texto Portal/The Exodo/ Por Luis Carlos Rodríguez G./Ciudad de México.- El efecto Trump con su discursos y acciones para endurecer las políticas antinmigrantes, construir un nuevo muro fronterizo y las deportaciones masivas de indocumentados está en declive o por lo menos ya no frenan el éxodo de cientos de miles de centroamericanos que huyen de la violencia y la pobreza de sus naciones en busca de seguridad y empleo en Estados Unidos.
De acuerdo un informe de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) la retórica de Donald Trump y la mano dura de Estados Unidos en el tema migratorio, así como los políticas endurecimiento contra los centroamericanos en México por medio del “Programa Frontera Sur” que derivaron en una baja en las detenciones en los primeros meses del 2017 “no son sostenibles, y es improbable que continúen dada la persistente violencia e inseguridad en Centroamérica”.
“La línea dura del gobierno de Trump provocó una ola de migración centroamericana antes del inicio de su gobierno -20 de enero del 2017- y un marcado descenso después. Pero es improbable que este descenso en los flujos migratorios se mantenga”, dijo Adam Isacson, Coordinador Principal del Programa de Veeduría de Defensa de WOLA.
“La violencia y la miseria en Centroamérica que hacen que las personas migren—y a menudo huyan para salvar sus vidas—no han cambiado”, expuso en el informe “La Frontera Sur de México: Seguridad, Migración Centroamericana y Políticas Estadounidenses” elaborado también por Maureen Meyer y Hannah Smith.
Se añade en mayo de 2017, los niveles de detenciones en la frontera entre Estados Unidos y México habían comenzado a aumentar de nuevo. Incrementaron el 31 por ciento comparado con abril, y las detenciones de menores no acompañados aumentaron el 50 por ciento.
La ruta migratoria a través de Tenosique, en Tabasco ha experimentado un marcado aumento en el número de niños y familias que huyen de la violencia en la región del Triángulo Norte, es decir Honduras, El Salvador y Guatemala.
Entre 2014 y 2016, el número de niños (tanto acompañados como no acompañados) detenidos en el estado de Tabasco aumentó en un 60 por ciento. La mayoría de los migrantes que viajan a través de esta área de la frontera son de Honduras.
Tan solo en los 65 kilómetros entre la frontera con Guatemala y Tenosique, los migrantes a menudo sufren robos, secuestros y agresiones sexuales. Si bien los esfuerzos del gobierno mexicano han sido exitosos en cuanto a la detención y deportación de migrantes, las autoridades han hecho poco por abordar los crímenes y abusos generalizados contra ellos.
“México registró menores niveles de detenciones en los primeros cuatro meses de 2017 comparado con años anteriores, pero el control migratorio todavía se mantiene firme y los delitos contra migrantes en tránsito continúan sin cesar. En julio de 2014, el gobierno mexicano lanzó su Programa Frontera Sur, un plan que pretendía proteger los derechos de los migrantes y regular la migración centroamericana”.
Sin embargo, resultó en un drástico incremento de las operaciones de seguridad, aumentando del 85 por ciento las detenciones de migrantes durante los dos primeros años de funcionamiento del Programa Frontera Sur.
Casi tres años después de que fuera anunciado, el número de detenciones sigue siendo elevado, pero ha comenzado a nivelarse debido a los recursos limitados del gobierno, la capacidad de los migrantes y los coyotes de adaptarse a nuevos patrones de seguridad, la corrupción de las autoridades, y un descenso general en la migración procedente de Centroamérica en los últimos meses.
WOLA advierte en su informe a pesar del discurso oficial de instancias como el Instituto Nacional de Migración (INM) los delitos y abusos contra migrantes que viajan a través de México siguen ocurriendo a niveles alarmantes, y los albergues han observado un grado más intenso de violencia en los casos que documentan, incluso con el uso de pistolas paralizantes, balas de goma y perdigones que utilizan agentes migratorios contra centroamericanos.
“Si bien los principales grupos del crimen organizado de México no operan fuertemente en el corredor de Tenosique, Tabasco, bandas criminales más pequeñas y pandillas centroamericanas afiliadas habitualmente roban, secuestran y agreden sexualmente a migrantes a lo largo de esta sección de la ruta migratoria”, se subraya.
El destacado centro de estudios y promoción de los derechos humanos en América Latina, añade que el llamado “Efecto Trump” está en declive sobre todo porque cientos de miles de familias de los países del llamado “Triángulo del Norte”, siguen huyendo principalmente de la violencia y la miseria que enfrentan.
En México si bien las detenciones en general han disminuido en los últimos meses, el número de personas que solicitan asilo en México ha aumentado drásticamente. Entre 2014 y 2016 hubo un aumento del 311 por ciento en las solicitudes de asilo. En los primeros tres meses de 2017, México recibió más solicitudes de asilo que durante todo 2015. La agencia de la ONU para los refugiados estima que México recibirá hasta 20 mil solicitudes de asilo en 2017.
“El número de migrantes y solicitantes de asilo que desean permanecer en México ha aumentado drásticamente en el último año y medio. Un mayor número de centroamericanos están viendo a México como un destino y un lugar donde buscar protección de la violencia”, dijo Maureen Meyer, Coordinadora Principal del Programa de México y Derechos de Migrantes de WOLA. “Tanto México como los Estados Unidos deberían priorizar la protección de las poblaciones vulnerables por encima de la detención y las deportaciones”, dijo.