Agencias/Ciudad de México.- El Banco Central Europeo (BCE) trabaja desde hace tiempo en el euro digital y parece que el proyecto va cobrando vida. Se trata de un método de pago electrónico que cualquier persona podría utilizar dentro de la zona del euro, seguro y fácil de usar. No busca sustituir o eliminar el dinero en efectivo, sino reemplazarlo y facilitar las transacciones, “una opción adicional para sus pagos”, señala el BCE. Se espera que entre en vigor en 2025 o 2026,
Será el propio BCE, el encargado de gestionar la política monetaria de la zona euro, la institución que se ocupará de la creación del euro digital. Christine Lagarde, directora del BCE, explicaba que al menos 80 bancos centrales estaban interesados en la creación de monedas virtuales. El BCE se adelantó y julio de 2021 anunciaba a través de su cuenta oficial de Twitter el proyecto para crear una moneda virtual propia, tras haber mostrado ya su intención el octubre de 2020. En ese momento, BCE y Comisión Europea se unieron para estudiar el proyecto y los posibles problemas que podría acarrear.
Fase de investigación
Por ahora, el proyecto sigue en fase de investigación, que se alargará, previsiblemente, hasta el próximo mes de octubre de 2023. Un tiempo para estudiar cuál va a ser el diseño y el método de distribución del mismo, así como el impacto que tendría en el mercado.
Y es que los criptoactivos se han convertido en una fuente de preocupación para los bancos centrales y “en la burbuja de una generación”, según dice Fabio Panetta, miembro de la Junta Ejecutiva del BCE, que añade que “existe una necesidad urgente de regulación para proteger a los consumidores, definir la gestión de riesgos y el gobierno corporativo, y reducir los riesgos de contagio de las monedas estables. Deberíamos gravar los criptoactivos de acuerdo con sus costos sociales, incluida la evasión de impuestos y el impacto ambiental”.
Al mismo tiempo, señala Panetta que el ecosistema de las finanzas digitales necesita un ancla de estabilidad en forma de un activo digital libre de riesgos, que solo el dinero del banco central puede proporcionar. “Por eso estamos trabajando en un euro digital y en el futuro de la liquidación mayorista con dinero del banco central”, explica. Pero no funcionará como una criptomoneda, sino como un medio de pago electrónico.
El organismo también quiere así dar visibilidad y relevancia a la moneda única, que durante este ejercicio se ha debilitado frente al dólar, perdiendo incluso la paridad y tocando niveles que no se veían desde hace 20 años:
El BCE persigue así que se fomenten estos pagos seguros, bajo los cuales ya no se va a poder mantener el anonimato, como sucede con los pagos en efectivo, pero manteniendo la privacidad. El organismo busca que se puedan efectuar pagos sin compartir datos con terceros, a menos que sea necesario para prevenir actividades ilícitas. Pagos seguros y más ágiles, un sistema estable y que sirva para internacionalizar el papel del euro son los objetivos principales de la moneda única digital.