Agencias/Nueva Delhi.- Al menos sesenta niños han muerto víctimas de una epidemia de encefalitis aguda en menos de dos semanas en la ciudad de Muzaffarpur, al noroeste de India.
El pasado 13 de junio, las autoridades confirmaron el primer caso, de ahí derivó una cadena de muertes de menores de edad que, según los expertos, está directamente relacionada con el lichi, una de las frutas más populares de la región.
“En los últimos días, un total de 57 menores han muerto en el Hospital de Sri Krishna y en la clínica privada de Kejriwal”, ha explicado el representante del ministerio provincial de salud, Mangal Pandey.
“Hemos añadido camas a los hospitales y el Ministerio ha organizado un equipo de cinco expertos médicos que están investigando los casos, así como concienciará a la población sobre el síndrome de la encefalitis aguda”, ha añadido Pandey a la agencia ANI.
Pero la enfermedad sigue matando a menores sin que las autoridades sepan cómo detenerla. “Estamos haciendo todo lo que podemos para salvarlos”, ha explicado a AFP el jefe médico del hospital Sri Krishna, S.P. Singh.
Sin embargo, ésta no es la primera vez que una epidemia de Chamki Bukhar, como se conoce a la epidemia localmente, sacude a los habitantes de esta ciudad situada en el distrito de Tirhut, en el norteño estado de Bihar, donde “el síndrome es muy común entre los niños de menos de 10 años de las familias más pobres”, según medio locales.
Desde 1995 se han registrado varios brotes, siendo el más mortal el de 2014, en el que murieron 150 niños.
EL LICHI, ASESINO SILENCIOSO
El distrito donde se han producido los fallecimientos es conocido en todo el país por sus plantaciones de ‘Litchi chinensis’, su nombre científico, el cual es oriundo del sudeste asiático pero que ahora se consume por todo el mundo y que, según diversos expertos, “contiene una toxina”, la hipoglicina, que, “combinada con la ola de calor que esta viviendo el país y el estómago vacío, es la causa de la encefalitis aguda” que está matado a docenas de niños, según ‘The Epoch Times’.
Los síntomas son la aparición rápida de fiebre, fatiga, cefalea, náuseas y vómitos que, en los casos más extremos, provocan ceguera, parálisis, dificultad para coordinar los movimientos de los músculos, convulsiones, coma y hasta la muerte.
Por ello, “el departamento de salud provincial ha hecho pública una alarma advirtiendo a los ciudadanos que presten especial atención a sus hijos durante las altas temperaturas”, en algunas zonas de más de 40 grados, según ha indicado a AFP uno de altos cargos del Ministerio, Ashok Kumar Singh.
Por otro lado, algunas autoridades médicas de la región siguen resistiéndose a relacionar la fruta con la enfermedad, atribuyendo las muertes por encefalitis a la “hipoglucemia”, o la falta de azúcar, según ‘Hindustan Times’, que recuerda que, precisamente, “ése es uno de los síntomas de la enfermedad”.
Diversos estudios científicos aseguran que la toxina bloquea la producción de azúcar en el cuerpo, sobre todo si se consume por la noche y con el estómago vacío, cosa que, combinada con la caída natural de azúcar en sangre que se produce cuando dormimos, puede resultar mortal entre los menores malnutridos.
En 2017, los resultados de una investigación médica a propósito de la epidemia de 2014, y que fue llevada a cabo por el centro nacional de control de enfermedades indio, conjuntamente con su equivalente noreamericano, concluyó que “la encefalitis está relacionada con la hipoglucemia del tipo A y la toxina MCPG”, la cual se encuentra en el lichi, según indica el informe publicado en la revista médica ‘The Lancet’.
Resultados similares se han registrado en Vietnam y Bangladés, los otros dos grandes productores de lichi del mundo, aunque en un principio se creyó que la encefalitis estaba causada por un virus, en el caso del primero, o a los pesticidas con los que se trataba la fruta durante su producción, en el caso del segundo.
LAS RECOMENDACIONES DE LA FAO
En España, el lichi se puede comprar en los mercados donde se venden frutas exóticas, así como se sirven como postre en muchos restaurantes asiáticos.
Es una fruta dulce de aspecto ovoide, rugosa y con la parte exterior de color rosáceo tirando a rojo, y en cuyo interior contiene una gran semilla.
Es especialmente buena porque proporciona mucha vitamina C y potasio y, según la Organización para la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO), su consumición no es peligrosa.
Sin embargo, ya sea para los que la compran regularmente, o para los viajeros y aventureros que se dirijan a los países donde abundan y la prueban por primera vez, la FAO establece una serie de recomendaciones: “En su variedad comercial, los lichis deberán suministrarse frescos al consumidor, estar limpios y prácticamente exentos de cualquier materia extraña visible, así como no mostrar síntomas de plagas que afecten al aspecto general del producto, humedad externa anormal y, en todos los casos, estar prácticamente exentos de manchas marrones”.