Por Luis Carlos Rodríguez/The Exodo/Foto Archivo/Ciudad de México.- Tijuana es la capital mundial de la migración. Aquí hay un crisol de nacionalidades, razas, culturas, gastronomía y música de quienes se encuentran de paso hacia el llamado sueño americano o bien decidieron o se resignaron a vivir en donde inicia la patria mexicana.
Sumado a las recientes caravanas de centroamericanos en Tijuana ya existe desde hace por lo menos desde hace dos años la llamada “Pequeña Haití”, colonia de caribeños y africanos que se conformó luego del éxodo ocurrido por los desastres naturales en esa isla y por el agravamiento de la situación económica en Brasil, donde residían y trababan miles de haitianos.
También los asiáticos tienen una historia de más de un siglo de haber iniciado su arribo a Baja California. Desde principios del Siglo pasado inició este éxodo hacia el Valle de Mexicali para trabajar como jornaleros agrícolas. Algunos de ellos provenientes de California y otros fueron traídos directamente desde China.
El éxodo de menores de diversas nacionalidades en Tijuana es algo cotidiano. La profesora de una Escuela Secundaria de Tijuana, Tonantzin González Ramírez, comenta a The Exodo la dedicación por aprender de los niños asiáticos, sobre todo de origen chino que llegan a inscribirse en ese plantel.
“Un niño a quien conocíamos como Panchito, pues tenía de origen chino nombre muy difícil de pronunciar, llegó al inicio del curso hace tres o cuatro años. Prácticamente sin hablar español. Era muy difícil el proceso enseñanza-aprendizaje, sobre todo en tema de historia de México, en español y en prácticamente todas las materias.
“Sin embargo, tanto él como su mamá, me insistían en que le dedicara más tiempo, aunque fuera en el recreo o por tarde para que aprendiera pronto. Al final del curso, fue de los alumnos más sobresalientes. Estos niños asiáticos saben el reto que tienen enfrente y que no les queda otra que aprender otro idioma, cultura y adaptarse a una nueva vida, incluido un nuevo plan de estudios”, apuntó la profesora.
Parte de esa movilidad desde el continente asiático hacia Estados Unidos tiene como parada o aduana final a Tijuana. En las últimas semanas en el en el sector de San Diego se entregan a las autoridades un promedio 150 personas diarias, la mayoría no son mexicanos y no todos son originarios de América central.
Además de la caravana de centroamericana, los migrantes que también llegan a Tijuana para cruzar la frontera de Estados Unidos, son originarios principalmente de países del sur de Asia como India, Vietnam, Nepal, Bangladesh y China.
“La mayoría vienen en familias diciendo que tienen miedo políticamente o religiosamente”, comentó el vocero de la Patrulla Fronteriza en San Diego, Fabian Carbajal al portal “Noticias Ya”.
Hasta 2017, el 96 por ciento de los migrantes que había llegado a Tijuana eran originarios de Haití y solo el 4 por ciento restante de Guatemala, El Salvador y Honduras, la mayoría con la intención inicial de cruzar a Estados Unidos.
Para este 2019 la estadística registró una dramática vuelta en los números y agregó a más países a la lista de nacionalidades extranjeras que llegan a la ciudad fronteriza para intentar cruzar la frontera.
En lo que va del año fiscal 2019-2020, la Patrulla Fronteriza ha detenido a más de 11 mil migrantes no mexicanos que han intentado cruzar la frontera de manera ilegal, mientras que el año anterior solo habían detenido a 2 mil 678 en el mismo periodo.
Desde octubre de 2018 al 31 de enero se detuvieron a 4 mil 192 migrantes de Guatemala; 3 mil 326 de Honduras; mil 401 de Inda; mil 190 de El Salvador; 224 de Vietnam; 164 de Nepal; 132 de Bangladesh; 122 de Nicaragua; 71 de China y 54 de Pakistán.
Del total de aprehensiones, 2 mil 762 han declarado ser parte de la caravana migrante, la mayoría de El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Nicaragua.
Sin embargo, son más los que llegan de manera silenciosa e inadvertida. Autoridades migratorias en ambos lados de la frontera tienen conocimiento de que muchos grupos llegan a la Ciudad de México y luego vuelan a Tijuana.
A diferencia de los migrantes centroamericanos de la caravana, no llegan a albergues. Algunos se hospedan en hoteles y otros se van directamente del aeropuerto al muro fronterizo.
“Tienen ellos condición de estancia legal en México regularmente. Si ellos optan por brincar el cerco no los podemos detener. Sí tratamos de disuadirlos porque los riesgos son muy altos”, advirtió Rodulfo Figueroa, representante del Instituto Nacional de Migración en Baja California.
Muchos de estos migrantes provenientes de países de Asia no dominan ni el español ni el inglés, pero a señas se dan a entender y en ocasiones la Patrulla Fronteriza ha pedido el apoyo de intérpretes. Y todos expresan la misma intención, solicitar asilo político en Estados Unidos.
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