Agencias / InsurgentePress, Ciudad de México.- Karla Itzel Vázquez Santillán fue una de las cinco mexicanas que recibieron el premio L’Oréal-Unesco a Mujeres en la Ciencia 2018. La investigadora del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen) fue distinguida por su trabajo que busca un tratamiento farmacológico que inhiba las células troncales del cáncer y reduzca las probabilidades de que un tumor resurja después de que es tratado con quimioterapia o radioterapia.
Los tumores cancerosos están formados por una gran cantidad de células con un problema en su ADN: una gran cantidad de mutaciones las hace dividirse sin control y perder sus funciones normales. Pero además de estas células que se reproducen sin control, existe una pequeña población de células troncales —erróneamente conocidas como células madre— que provocan el crecimiento del tumor y además son muy difíciles de erradicar.
De hecho, estas células troncales son las responsables de que aun después de la quimioterapia o la radioterapia sea posible que un tumor vuelva a generarse, incluso después de años. El problema es que estas células tienen tantos mecanismos de defensa que sobreviven a los tratamientos que buscan erradicarlas y no solo eso, muchas veces su número aumenta después de las terapias convencionales, explica Karla Vázquez.
Una célula troncal tiene ciertas moléculas en su membrana que le permiten expulsar las sustancias dañinas, es por esto que son capaces de expeler de su interior los fármacos que se dan a un paciente durante la quimioterapia y sobrevivir a esta. Además, una célula troncal tiene mecanismos de reparación del ADN, lo que le facilita sobrevivir a las terapias con radiaciones.
Por esto es tan importante encontrar una terapia dirigida a evitar que las células troncales se multipliquen y produzcan más células tumorales, comenta Karla Vázquez.
“Entonces es muy necesario contar con tratamientos duales, que incluya un fármaco convencional que mate la mayoría de las células tumorales, pero también otro fármaco que pueda controlar, reducir o eliminar la población de células troncales. Pues ya se ha visto que cuando disminuyen las células troncales mejora el pronóstico de los pacientes con cáncer. Además, al encontrar terapias más dirigidas se podrían disminuir los efectos secundarios que tienen que padecer las personas”.
Por eso, la propuesta de investigación de Karla Vázquez es tomar células cancerosas de tumores que han sido extirpados de pacientes con cáncer de mama y cultivarlas en el laboratorio para formar una pequeña réplica del tumor, llamadas organoides, y probar en ellas ciertos fármacos para averiguar qué combinación de sustancias puede ser exitosa para disminuir la población de células troncales en el cáncer.
“En particular estoy interesada por una vía de señalización llamada RANKL, que es un sistema de comunicación celular que permite que estas células troncales se mantengan, se autorrenueven y sigan proliferando. La estrategia es utilizar un inhibidor de RANKL para impedir que se una a su receptor celular (RANK) y así impedir que se lleve a cabo toda esta comunicación celular que culmina en la autorrenovación de las células troncales de cáncer”.
Es decir, la investigadora busca la manera de bloquear las señales que las células troncales reciben de su entorno y les indican que se reproduzcan. Con esto podría impedir que estas células se dividan y que sigan contribuyendo a la progresión del tumor, lo cual pretende aumentar la esperanza de vida de los pacientes.
Este proyecto de investigación, llamado Inhibición farmacológica de RANKL como alternativa terapéutica dirigida contra las células troncales de pacientes con cáncer de mama, no comienza de cero. Karla Vázquez ya probó diferentes combinaciones de fármacos en cultivos celulares y al obtener buenos resultados planteó seguir con el proyecto, ahora probando con cultivos de células de tumores reales, razón por la que recibió el premio L’Oréal-Unesco a Mujeres en la Ciencia 2018.
El premio L’Oréal-Unesco a Mujeres en la Ciencia tiene como objetivo impulsar la participación de las investigadoras en la creación científica, pues hasta 2015 solo 28 por ciento de los investigadores en el mundo eran mujeres.
Y aunque Karla Vázquez dice que nunca ha sentido que su género haya sido un obstáculo en su carrera científica, sabe que existen ciertos obstáculos para otras mujeres en distintas áreas científicas.
Por otro lado, este reconocimiento le dice a la investigadora que el trabajo que realiza es de calidad y la motiva a seguir por el camino de la ciencia, que para ella es una actividad apasionante, que le brinda la libertad de generar nuevos conocimientos y en la que es difícil llegar a aburrirse.
“Sentí una gran emoción al recibir esta distinción, porque a pesar de haber mandado el trabajo con mucha satisfacción de que se estaban haciendo las cosas bien, pues sí es un premio bastante competido. Yo lo mandé pensando que era muy difícil ganar y cuando recibí la llamada de la Academia Mexicana de Ciencias sentí mucha alegría, mucha satisfacción y muchas ganas de seguir trabajando para aportar todo lo que pueda para desarrollar esta línea de investigación”.