Agencias/Ciudad de México.-Con un “avance frenético”, las fuerzas rusas han tomado la mitad de la ciudad de Sievierodonetsk, en el este de Ucrania, que es clave para los planes de Moscú de completar rápidamente la captura de la región industrial del Donbás, dijo el martes el alcalde a The Associated Press.

“Básicamente, la ciudad está siendo destruida sin piedad cuadra por cuadra”, denunció el alcalde Oleksandr Striuk. Agregó que los intensos combates callejeros continúan y que los ataques con artillería amenazan la vida de los casi 13,000 civiles que aún se refugian en la ciudad en ruinas donde alguna vez residieron más de 100,000 personas.

Un ataque aéreo ruso sobre Sievierodonetsk alcanzó un tanque de ácido nítrico en una planta de sustancias químicas, provocando una enorme fuga de gases, según Serhiy Haidai, gobernador de la región de Luhansk. Publicó una fotografía de una gran nube que se cernía sobre la ciudad e instó a los residentes a permanecer en el interior y llevar máscaras de gas o protecciones improvisadas.

Haidai dijo más tarde el martes que “la mayor parte de Sievierodonetsk” estaba bajo control ruso, aunque añadió que continuaban los intensos combates y que la ciudad no estaba rodeada.

Por su parte, Striuk dijo que más de 1,500 residentes han muerto por diversas causas desde que comenzó la invasión rusa a Ucrania a finales de febrero. Las labores de evacuación en Sievierodonetsk se han suspendido debido a los ataques.

“Los civiles están muriendo por los ataques directos, por las heridas con armas de fragmentación y bajo los escombros de los edificios destruidos, ya que la mayoría de los habitantes se esconden en sótanos y refugios”, afirmó Striuk.

No hay electricidad y la gente necesita agua, alimentos y medicamentos, agregó el alcalde. “Hay suministros de alimentos para varios días más, pero el problema es cómo distribuirlos”, indicó.

Sievierodonetsk es importante para los planes rusos de capturar la región de Donbás antes de que lleguen más armas occidentales para reforzar la defensa de Ucrania. Los separatistas respaldados por Moscú ya tenían territorio tomado en la región y llevan ocho años luchando contra las tropas ucranianas.

Sievierodonetsk, ubicada a 145 kilómetros (90 millas) al sur de la frontera rusa, se encuentra en un área que es el último foco de control del gobierno ucraniano en Luhansk. El Donbás está conformado por las regiones de Luhansk y Donetsk.

En su discurso nocturno por video, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy dijo que la situación en el Donbás sigue siendo “extremadamente difícil”, ya que Rusia ha puesto allí el “máximo poder de combate” de su ejército.

Al menos tres personas murieron y seis más resultaron heridas anoche en un ataque con misiles rusos en la ciudad de Sloviansk, al oeste de Sievierodonetsk, dijo el gobernador regional de Donetsk, Pavlo Kyrylenko, en una publicación de Facebook el martes por la mañana. Una escuela estaba entre varios edificios dañados.

Un cráter se abrió en la calle entre dos edificios de apartamentos fuertemente marcados por la metralla.

El suelo y la escalera de uno de los edificios estaban manchados de sangre.

La residente Olena Voytenko, de 59 años, dijo que conocía a una de las personas muertas, un hombre cuyo apartamento se incendió por la explosión.

Otro residente, Mikhaylo Samoluk, dijo que el ataque ocurrió durante la noche.

“Estaba en mi sofá y de repente mi sillón saltó en el aire”, relató.

Si Rusia toma Severodonetsk, controlará toda la región de Lugansk y podrá centrarse más en las partes de Donetsk que aún no controla. “No creo que la ofensiva rusa esté estancada, y aunque es lenta, no hay manera de predecir cuándo culminará”, dice Kofman.

Ya no hay duda de que Rusia planea anexionarse partes de Ucrania, como hizo con Crimea en 2014. Entonces, Moscú se negó a hacer lo mismo con las zonas que controlaba en el este de Ucrania, prefiriendo en su lugar apuntalar las administraciones separatistas en esos territorios. Ahora se habla de una anexión rápida de las partes de las regiones de Jersón y Zaporiyia que Rusia tomó en los primeros días de la invasión.

A diferencia de Mariúpol, que conquistó tras bombardearla hasta dejarla en ruinas –y posiblemente otras ciudades de el Donbás que Rusia podría capturar pronto–, estos territorios fueron tomados en gran medida sin combates, por lo que Rusia ha podido centrarse en disipar la disidencia y tratar de tomar el control total.

En estas zonas se ha intensificado la represión del sentimiento proucraniano, así como las informaciones de que Rusia está introduciendo el rublo y el huso horario de Moscú, los anuncios de que los profesores recibirán una nueva formación en el plan de estudios ruso, y una serie de vídeos siniestros de los lugareños anunciando ante las cámaras que habían pasado por “un curso de desnazificación” y que ya no apoyan a Ucrania.

La anexión formal de este territorio podría tener enormes consecuencias para la posibilidad de un acuerdo de paz. Ucrania no aceptará la pérdida de estas zonas pero si lanza un contraataque, Rusia podría alegar que Ucrania está atacando territorio ruso.

Cada semana que pasa, la vida en la capital ucraniana se parece cada vez más a como era antes de la ocupación rusa. Las ocasionales sirenas antiaéreas y los hombres armados en las calles son un recordatorio del conflicto, pero las terrazas de los cafés están llenas, la ópera ha vuelto a abrir y el toque de queda se ha retrasado hasta las 11 de la noche. Desde que los rusos se retiraron a principios de abril, no hay amenaza de artillería, ni se repiten los estruendos de los suburbios que caracterizaron las primeras semanas de la guerra.

Sin embargo, el medio de comunicación en ruso Meduza citó la semana pasada a fuentes vinculadas al Kremlin que afirmaban que Putin aún no había renunciado a Kiev y que podría lanzar otro asalto una vez terminada la batalla por el Donbás.

Los mandos militares afirman que no hay señales de un nuevo avance sobre Járkov, pero los rusos se atrincheran firmemente en las posiciones que aún mantienen, sin planes de retirarse hasta la frontera como hicieron en otros lugares.

“Están planeando algo”, dice un comandante con base en las afueras de la ciudad la semana pasada. “Puede que solo lo descubramos cuando ocurra”, concluye.

En las últimas semanas, las fuerzas ucranianas han hecho retroceder a los rusos pero, a diferencia de lo ocurrido en Kiev, los invasores siguen estando a una distancia prudencial de la ciudad. El jueves pasado, las fuerzas rusas bombardearon por primera vez en dos semanas algunas zonas dentro de los límites de la ciudad. Según las autoridades locales, nueve civiles murieron como consecuencia de estos ataques, entre ellos un bebé de cinco meses.

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