Agencias/ Chicago.- Una vez más el Tri volvió a las andadas con su futbol ratonero en la cancha. Las ideas desaparecieron de la cabeza de los mexicanos a diferencia de los haitianos que sacaron a relucir su pundonor para evidenciar la falta de amor a la camiseta del seleccionado nacional.

Un dudoso penal favoreció a la escuadra mexicana que fuera de la cancha goza de privilegios y sueldos abultados que literalmente no desquitan dentro del terreno de juego. La Selección de Haití sin liga profesional llena de remiendos hizo ver su suerte a los engreídos tricolores.

No habían corrido ni dos minutos del primer tiempo extra cuando el árbitro pito un dudoso penal a favor de México que terminó por darle el 1-0 que selló el viaje a la final de la Copa Oro.

Pizarro tocó en corto a Raúl Jiménez, quien cayó y el nazareno Abdulrahman Al-Jassin de Catar no tardó en señalar el punto penal. Un minuto después, el delantero del Tri regresó a su fiel estilo para cobrar las penas máximas y engaño a Placide para abrir el marcador.

Con ese solitario tanto de Jimenez, el Tri regresó a la Final de la Copa Oro cuatro años después de su última cita no sin sufrir como ya es una costumbre desde el 2007.

Como dos torneos distintos, como si México habría cambiado de zona en cuestión de una semana.

Tras los 120 minutos y los penales ante Costa Rica, parecía que no habría escollo mayor hasta la Final, pero la selección mexicana se volvió a encontrar con un examen muy complicado y que exigió al Tri al máximo de nueva cuenta.

Fueron dos cambios los que el Tata mandó a la cancha de inicio respecto al duelo ante los ticos, Moreno por Araujo y Alvarado por Antuna, aunque la idea se mantuvo y se reflejó en la cancha.

Si ante Costa Rica, México había sido amo y señor del balón y las opciones de gol, ante Haití domino por aún más amplio margen.

Prácticamente todo el primer tiempo se jugó del lado caribeño. Disparos de Jona dos Santos, Guardado y una incansable cifra de centros buscando a Jiménez, quien hoy fue bien cubierto.

Haití esperaba y esperaba en busca del contragolpe o el error mexicano que no se presentaba.

Guardado en un tiro libre le puso mucho nervio a la portería del arquero Placide, quien evitó el golazo del capitán mexicano, quien instantes después salió de la cancha en un doble cambio que dio ingreso a Carlos Rodríguez y Uriel Antuna para refrescar el ataque Tricolor.

Antuna entro y le cambió la cara al equipo aunque solo unos minutos en los que sacó un disparo desviado y otra opción en la que casi encuentra el penal pero el portero salió de gran forma.

El tiempo se diluyó, por momentos el juego se volvió trabado y terminó por llegar el tiempo extra, donde rápidamente México halló la llave.

Para el análisis quedará la poca efectividad que el Tri ha tenido en los duelos de eliminación directa y el cansancio con el que llegará al duelo por el título tras haber jugado 240 minutos en apenas 8 días.

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