Rodulfo Reyes
Con el registro ante los órganos electorales de los cinco candidatos a la gubernatura, ya hay un asomo de lo que podría acontecer en los próximos comicios. Y aunque en términos estrictos son tres los partidos con posibilidades de victoria, el interés se centra en el choque entre Andrés Manuel López Obrador y el gobernador Arturo Núñez Jiménez.
Según encuestas difundidas sin ton ni son, brinca adelante el abanderado de Morena, Adán Augusto López Hernández, con un promedio de 15 puntos por encima del segundo lugar.
Esa cifra, de ser real, es la misma que le saca el aspirante presidencial de Macuspana al priísta José Antonio Meade y el panista Ricardo Anaya.
Aunque el Revolucionario Institucional va con Georgina Trujillo Zentella, la participante de este proceso con las mejores cartas de honestidad y trayectoria, por morbo todos están viendo el desenlace de las elecciones por la participación de dos factores de poder que alguna vez fueron aliados:
AMLO va por su segunda vez como gran elector: así como en 2012 maniobró para que el mandatario fuera Arturo Núñez, esta vez, ya en su propio partido, tratará de sentar en Plaza de Armas al hijo del notario público que en los inicios de su movimiento político dio fe de los atropellos del régimen.
Pero enfrente de él tiene al político mexicano que más conoce de elecciones y de operación política.
En el imaginario se está viendo una elección dominada por el choque del más aceptado de los candidatos a la presidencia de la república, y el mandatario tabasqueño.
En 2015 y 2016 de alguna forma se vieron las caras AMLO y Núñez, cuando el primero estuvo en la esquina, en la jornada para alcalde de Centro, de Octavio Romero Oropeza, mientras la autoridad perredista iba con Gerardo Gaudiano.
Hace tres años, el ahora abanderado solaztequista a la gubernatura arrancó abajo del abanderado del PRI, Evaristo Hernández Cruz, quien le llevaba 17 puntos en una encuesta elaborada por ese partido y en otro estudio más apegado a la realidad estaba a nueve puntos de él.
Hoy Morena dice que su prospecto está 15 puntos sobre el del PRD.
Sin embargo, un levantamiento de una dependencia federal pone a Adán Augusto siete puntos arriba de Gaudiano.
En un escenario en que la clase política solo ubica a dos contendientes, se ha perdido de vista que el PRI puede dar un campanazo por tener al cuadro mejor preparado y menos quemado en términos de imagen pública.
Conforme avancen las campañas, que oficialmente arrancan a mediados del mes próximo, los números se irán moviendo, pues cuando los seguidores de alguno de los tres vea que su candidato se ha rezagado, buscará apoyar a uno de los dos que entrará a la recta final.
Aquí lo interesante será ver quien entra a la cola en la última fase.
Así que aún nadie puede cantar victoria: está probado que en las últimas elecciones en el país y en Tabasco nunca ha ganado el que arranca en primer lugar; más aún, se han dado casos que el tercero ha desplazado el segundo para pelear con éxito el primer sitio.
PARA SU INFORMACIÓN…
DESDE AYER ES presidente interino del PRI Pedro Gutiérrez. Según la secretaria general del partido, Gloria Herrera, la renuncia de Gustavo de la Torre Zurita fue por motivos personales. El nuevo dirigente es un cuadro que viene de abajo y conoce el tricolor de los pies a cabeza, sobre todo las tripas.
AVISO: por Semana Santa esta columna volverá a publicarse hasta el martes 3 de abril.
