Agencias / Ciudad de México.- La rapidez de compromiso entre los países con la reducción de los plásticos y los utensilios de un solo uso de alta contaminación, está acelerando el crecimiento del mercado de productos biodegradables.
Para 2023, la consultora internacional IHS Markit, estimó un crecimiento del 53% en el consumo de productos hechos con polímeros biodegradables. En 2018 la demanda global por esta clase de productos fue de 360 mil toneladas métricas, pero se espera que dentro de cinco años alcance un mínimo de 550 mil.
Con la aprobación de una ley para eliminar los plásticos de un solo uso para 2021, la Unión Europea fue el mercado demandante de plásticos biodegradables más grande del mundo con un 55% del total. Según la consultora, a Europa le siguieron las regiones de Asia y Oceanía con una cuarta parte; América del Norte con un 19% y el resto del mundo con el restante 1%.
En México, 20 de las 32 entidades del país han aprobado regulaciones municipales o estatales para prohibir el uso de bolsas de plástico, popotes y unicel. Los casos de Hidalgo, Jalisco, Guerrero y la Ciudad de México han sido los más recientes.
Asimismo, las medidas tomadas en la capital del país destacan del resto, pues dan un paso más y a partir de diciembre de 2020 quedará prohibida “la comercialización, distribución y entrega de tenedores, cuchillos, cucharas, palitos mezcladores, platos, popotes o pajitas, bastoncillos para hisopos de algodón, globos y varillas para globos, vasos y sus tapas, charolas para transportar alimentos, aplicadores de tampones, fabricados total o parcialmente de plásticos, diseñados para su desecho después de un solo uso, excepto los que sean compostables”.
Una mayor integración de esta clase de políticas en el país contribuye a reducir el impacto medioambiental del plástico y especialmente del unicel, material imposible de biodegradarse y cuyo proceso de desecho – a través del relleno sanitario o incineración – produce gases clasificados como altamente dañinos.
El cambio en la regulación de estos materiales también comienza a tener un efecto en las cadenas de producción de empresas. De acuerdo con Carlos López Espinosa, CEO de Casaez, empresa comercializadora de plásticos biodegradables, “con las nuevas leyes del uso de plástico y generando empresas verdes y ecológicas, las empresas harán un cambio gradual para migrar a los productos biodegradables en los siguientes dos años”.
Así, la modificación en la cultura del uso del plástico ya no es solo un asunto personal; las pequeñas, medianas y grandes empresas son empujadas a buscar alternativas ecológicas, especialmente dentro del sector alimenticio, que encontró en los plásticos de un solo uso, a sus mejores aliados por sus prácticas características y bajo precio. Los estados donde más se observa un aumento en el consumo de productos biodegradables son Puebla, CDMX, Guadalajara y Monterrey, destaca el director ejecutivo de Casaez.
En la actualidad, la fabricación de productos de bio-plástico aún sobrepasa los costos de aquellos hechos con plástico común por un estimado del 50%, según informes de la entidad financiera Mongan Stanley; ante esta situación, López Espinoza señala que “ya existen opciones como Casaez, que cortan el uso de intermediarios, ofreciendo un mejor precio e incentivando al cambio ecológico”.