Agencias/ Ciudad de México.- En la Arena Ciudad de México no solo hubo fuego sobre el escenario, el inmueble ardió con los miles de seres que sacaron sus demonios a bailar y a exponerse en el infierno musical de Panteón Rococó.
La banda encabezada por Dr. Shenka no dejó un alma suelta. Desde que los músicos aparecieron, literalmente, los cuerpos de sus seguidores ya estaban programados para el incesante baile, el frenético slam o el canto imparable.
En alrededor de tres horas, la agrupación que se encuentra en sus 24 años de existencia osciló del ska, al rock, a los arreglos con ritmo de reggae o a sus prendidas fusiones que más que catárticas enloquecieron a quienes agotaron los boletos a tan sólo cuatro días de haber salido a la venta.
Reality shock, Arréglame el alma, Vendedora de caricias, El último ska, La carencia y La dosis perfecta fueron infaltables rolas en el infierno donde también acudieron Los Ángeles Negros, Lila Dows y Álex Lora.
Nadie quería salir de ese lugar y los anfitriones sabían que ya habían atrapado a sus adeptos quienes con las luces de su celular matizaron el infierno con infinidad de colores. El alcohol y el humo se diluyeron entre el sudor y la adrenalina del momento.
Dr. Shenka agradeció desde un inicio por la presencia de su multitudinario público. “No sé cómo le hicieron, pero estamos celebrando una noche donde estamos vivos y alegres”.
Más adelante, el vocalista recordó los inicios de la banda en el México de la década de los 90, época donde rondaba el espíritu del levantamiento zapatista.
Este domingo será la segunda fecha de Infiernos en la Arena, con el imparable y rebelde Panteón Rococó.