Agencias/Ciudad de México.- Policías, fiscales e inspectores de Hacienda registraron las oficinas de KPMG en Fráncfort y las viviendas privadas de cinco abogados y asesores fiscales que trabajaron en la empresa auditora y consultora por sospechas de relación con fraude fiscal.
KPMG confirmó el registro en sus oficinas en Fráncfort y dijo que cooperan con las autoridades.
La Fiscalía de Colonia dijo hoy que llevó a cabo desde el martes una orden de registro contra una consultora en Fráncfort, informó el diario económico “Handelsblatt”.
KPMG, que tiene oficinas en el edificio “The Squaire” en el aeropuerto de Fráncfort, ofreció servicios financieros de asesoramiento en relación con el fraude.
Las autoridades judiciales alemanas sospechan que KPMG está también relacionada con el fraude fiscal mediante transacciones cum-ex de compraventa de acciones que algunos bancos realizaron aprovechando un vacío legal en Alemania durante años.
Por ello van a intentar encontrar comunicación relevante como correos electrónicos y otras formas de comunicación escrita.
En torno al día del pago de dividendos se venden y compran de forma muy rápida acciones con derecho a dividendos (cum) y acciones sin derecho al pago (ex) entre bancos, fondos y otros inversores.
Las autoridades fiscales alemanas no saben a quién pertenecen las acciones y devuelven el impuesto sobre la renta del capital a inversores que no lo pagaron porque no tenían las acciones con derecho a dividendo.
Para realizar estas transacciones se utilizan ventas al descubierto, en las que un inversor vende acciones que no posee, sino que las toma prestadas.
El comprador de esas acciones figura como poseedor de los títulos y recibe de su banco de depósito un certificado de que le corresponde la devolución del impuesto sobre la renta de capital, al igual que el poseedor real de las acciones en el momento de la transacción.
La policía registró los pasados meses en Fráncfort los bancos estadounidense JP Morgan, Morgan Stanley Merrill Lynch, el británico Barclays, el sueco SEB y el alemán Dekabank.
Inspectores de la Junta de Supervisión Contable de Empresas Públicas (PCAOB por sus siglas en inglés), organismo regulador del mercado de EE UU, visitaron las sedes de PwC y KPMG en Hong Kong para obtener datos relativos a cuáles son los criterios que estas grandes consultoras utilizan al auditar las cuentas de empresas chinas que cotizan en los mercados estadounidenses.
La inspección forma parte del acuerdo firmado recientemente entre los reguladores chino y norteamericano por el cual se evitará la exclusión masiva de empresas chinas de las bolsas estadounidenses. Antes de dicho consenso, las autoridades de EE UU tenían prohibido el acceso a esta información, lo que había llegado a provocar la amenaza de excluir a las firmas chinas que cotizaran en la Bolsa de EE UU.
Ahora ha sido el turno de PwC y KPMG, que entregaron toda la documentación requerida que habían preparado con anterioridad, pero está previsto que en próximas fechas los inspectores también reclamen los mismos datos a las otras dos big four: Deloitte e EY.
Y es que las cuatro grandes firmas de consultoría auditán a más de 130 de las 168 firmas asiáticas que cotizan en los mercados de EE UU, lo que representa más del 78% del total, según datos de la PCAOB.
La firma de dicho acuerdo supone que en virtud de la Ley de Responsabilidad de las Empresas Extranjeras, el regulador estadounidense pueda acceder a los registros de auditorías durante tres años consecutivos. De lo contrario, entidades como Hutchmed, unidad farmacéutica del buque insignia del magnate Li Ka-shing o el gigante tecnológico Alibaba Group Holding podrían verse excluidas de la Bolsa de EE UU.
“Generalmente, la PCAOB busca analizar una muestra representativa de cómo es el trabajo que realiza el auditor, enfocado sobre todo en las empresas que pueden representar un mayor nivel de riesgo en la auditoría o que son más relevantes desde el punto de vista del inversor”, explicó Drew Berstein, copresidente de Marcum Asia CPAs LLP, firma de contabilidad con sede en Nueva York especializada en compañías asiáticas que buscan acceso al mercado de capitales de EEUU.
Cuando finalice esta primera ronda de inspecciones, el regulador presentará sus conclusiones ante el Congreso de EE UU con el fin de certificar que China cumple con la Ley de Responsabilidad de las Empresas Extranjeras. Los expertos prevén que este proceso concluya antes de final de año, por lo que a partir de 2023 el mercado podría asistir a un aumento considerable del número de sociedades chinas que quiere cotizar en la Bolsa de EEUU.