Agencias/ Ciudad de México.- Asamblea General de Socios Compromisarios del Barcelona aprobó, por 405 votos a favor, 21 en contra y 6 en blanco, que la junta directiva de Joan Laporta pida un crédito de 1,500 millones de euros para financiar el Espai Barça, aunque el presidente anunció que esta decisión deberá ser ratificada en un referéndum en el que participarán todos los socios del club.

El ‘sí’ superó con creces en la votación las dos terceras partes (294 votos a favor) que marcan los Estatutos para que se apruebe una decisión de esta naturaleza, ya que en ese momento había 455 socios compromisarios en la carpa ubicada delante del Palau Blaugrana.

“Lo llevamos a la Asamblea porque es preceptivo estatutariamente, pero si ustedes deciden votar que sí a este punto del orden del día sobre el Espai Barça deberá ser ratificado en referéndum por todos los socios”, explicó Laporta antes de la votación en el inicio de la reanudación de la Asamblea aplazada el pasado domingo.

El crédito debería devolverse en 30 años, con 5 de carencia hasta que estén finalizadas las obras, y se pagaría con parte de los propios ingresos adicionales que generaría el Espai Barça. Las obras del Camp Nou empezarían el verano de 2022 y terminarían a finales de 2025, dos años antes de que se acabara el nuevo Palau Blaugrana.

Los 1,500 millones está previsto que se destinen a los siguientes conceptos: 900 millones para el Camp Nou, 420 para el nuevo Palau Blaugrana, 100 para la urbanización y el Campus Barça, 60 para la modificación del Plan General Metropolitano y 20 para el Estadi Johan Cruyff.

Respecto a cuál sería el fondo inversor que pondría los 1,500 millones de euros, Laporta admitió que se habló de Goldman Sachs, “porque hizo una propuesta”, pero también desveló que están “hablando con otros”.

Además, abrió la posibilidad de que los socios puedan tener un papel importante: “Surgió de aquí, de la asamblea, que algunos socios quieren participar en el grupo de inversores. Estableceremos la posibilidad de que los socios que quieran y tengan las posibilidades económicas participen en la financiación. ¿Qué ventaja tiene el que pone dinero? Un interés”.

La junta directiva de Joan Laporta repite que no tiene ninguna intención de cambiar el actual modelo de propiedad del Barcelona para convertirlo en una sociedad anónima deportiva (SAD), pero diferentes voces del entorno temen que la gravísima situación económica y la competencia ultracapitalista puedan llevar hacía allí a la entidad y exponen para EFE posibles soluciones, antes de la Asamblea de Compromisarios de este domingo.

“Esta junta lo tiene muy claro, de hecho, a mí me lo repiten permanentemente, de que esto (convertirse en una SAD) no está en su agenda. Por lo tanto, la ventaja que tenemos por ser una asociación deportiva es que si tenemos un plan fiable, que lo tenemos, nos lo compran las entidades financieras, nos endeudamos y revertimos la situación”, explicó Ferran Reverter, el director general, cuando expuso las conclusiones de la ‘due diligence’.

La sombra de la SAD atesora una buena parte de los miedos respecto el futuro del Barça, una de las cuatro asociaciones deportivas sin ánimo de lucro que sobreviven en el fútbol español. Real Madrid, Athletic Club y Atlético Osasuna son el resto. Pero ninguna de las otras se encuentra en un momento tan grave económicamente como el que afronta la entidad azulgrana.

Los 1,350 millones de euros de deuda y los 451 millones de patrimonio neto negativo son las dos cifras más avasalladoras de las decenas de negativas que acumula el Barça en el presente . Este domingo, el presidente Joan Laporta y el vicepresidente económico Eduard Romeu deberán exponerlas ante la Asamblea de Compromisarios.

Toni Freixa, abogado, exdirectivo del Barça y dos veces candidato a la presidencia de la entidad, explica a EFE que hay dos motivos por los que un club puede convertirse en una SAD. “El primero es que la Asamblea de socios decida esta transformación, que en el caso del Barcelona requeriría un voto favorable del 75%, algo que queda descartado que quiera la masa social azulgrana”, expone.

Diferente es el caso del segundo peligro. “Otra opción es que haya tanto endeudamiento que la independencia del club esté más en las manos de los acreedores que en las de los socios. Éste es un riesgo en el que cualquier entidad puede incurrir si tiene una deuda demasiado elevada”, dice Freixa.

Así, el exdirectivo azulgrana, considera que “aprobar un mayor endeudamiento, llegar a cifras superiores a los 2.000 millones de euros (si la Asamblea aprueba la financiación del Espai Barça por 1.500 millones prácticamente se alcanzarían los 3.000 millones de deuda) no parece que sea el camino más apropiado para evitar que algún día el incumplimiento de las obligaciones con los acreedores pueda conducir con la única solución posible en tal caso: la conversión”.

Teniendo esto en cuenta, Freixa tiene muy clara cuál es debe ser la manera de darle la vuelta a la situación: “Gestionar bien, tener un proyecto deportivo, volver a llenar el estadio, volver a ser atractivos, conseguir ingresos derivados de que el club gana competiciones con jugadores de primer nivel y reestructurar esa deuda y poderla asumir con obligaciones de pago que sean atendibles y sostenibles teniendo en cuenta las circunstancias”.

Por su parte, Marc Ciria, experto en la economía del Barça y director general de Diagonal Inversiones, opina que “el modelo de propiedad no hay que confundirlo con el modelo de gestión, hacerlo es oportunista” porque “hay miles de instituciones deportivas en las que la privatización y la mala gestión han hecho que no salgan adelante”.

Su receta es “reforzar los mecanismos de control, buscar a los ejecutivos que de verdad aporten valor y capitalizar de talento el club”.

Según Ciria, “el gran reto es hacer al Barça viable y sostenible, y esto se puede lograr después de haber refinanciado la deuda al largo plazo (esta operación de 595 millones de euros la vehiculó Goldman Sachs) y con un plan estratégico a 5 y 10 años”.

También considera que el Barça no se puede conformar con los ingresos que tenía hasta ahora. “Hay que recuperar los ingresos tradicionales que han caído a raíz de la pandemia, pero estos ya tocaron techo y no tienen recorrido. El Barça debe buscar otros que están inundando el mundo del deporte y debe ser capaz de capitalizar sus 400 millones de seguidores mediante nuevos ingresos, no se puede quedar atrás”, sentencia.

Ciria se refiere, por ejemplo, a los Fan Token’s (criptomonedas de entidades deportivas), un nicho en el que cree que el Barça podría sacar “muchos más ingresos que los 10 millones actuales”. Pero también “con subastas de NFT’s” (coleccionismo digital) y con la creación de ‘hubs’ para que haya una relación de experiencia del aficionado con el club y generar ingresos con la restauración, la mercadotecnia y el acercamiento de los jugadores al seguidor”.

Sea como sea, tan solo el paso de los meses y los años empezarán a dilucidar si el plan estratégico en el que está trabajando la junta directiva de Laporta es válido para salvar al Barça económicamente. Pero el tiempo corre muy deprisa.

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