Juan Balboa

San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México.-El obispo emérito Samuel Ruiz García siempre se definió como un cristiano “patriota y mexicano”; aseguraba que al anunciar el evangelio de los pobres, su Iglesia no estaba en contradicción con el poder político y dejaba en claro que la Iglesia católica mexicana “no era monolítica”, como tampoco, atajaba, era monolítica el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

A continuación algunos fragmentos de varias entrevistas realizadas desde los años ochenta con el entonces obispo de la diócesis de San Cristóbal de las Casas.

-¿Cómo se define uste seño obispo. Patriota, nacionalista, cristiano…?

-Es que no puedo desliga una cosa de la otra. Si yo soy y me siento persona, y si me siento miembro de una comunidad nacional a la cual pertenezco, no lo hago desligadamente de mis convicciones cristianas. No están en oposición, o por lo menos no hay oposiciones radicales, fundamentales, sino que hay una trabazón interna. Los conflictos se pueden presentar cuando ya hay situaciones injustas que son cuestionadas desde un momento concreto. Pero el que yo sea cristiano me da una fundamentación mayor para ser patriota y mexicano.

-¿El anuncio del evangelio de los pobres no le trae contradicciones con el poder político?

-Evidente. Jesucristo lo planteo como una cosa que desde el principio se ve. La dinámica del poder en el mundo lleva, como dice Jesús, un germen de dominación. Es decir, ustedes ven que los que están al frente de los pueblos lo dominan y buscan sus propios intereses. Esta dinámica del poder como dominación está contrapuesta por el Señor como una dinámica del poder, de la Iglesia, de servicio. Yo tengo poder. Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra, y con ése poder los mando yo a ustedes: vayan y anuncien la palabra del Señor. Es un poder diferente al político, es un poder que lo anuncia él (Jesucristo) como un servicio de lavarse los pies unos con otros.

“Se justifica la situación jerárquica de la Iglesia, es decir que no son nombrado ni el Papa ni los obispos de forma democrática porque se quiere asegurar a lo largo del tiempo la existencia de un servicio a la comunidad, no como resultado de un movimiento de facciones políticas que llevan ahora a éste o aquél otro al poder”.

-¿Usted ha tenido confrontaciones con los gobernadores y presidentes de la República?

-No directamente porque nosotros no estamos, si hay un poder que yo ejerzo como servicio, que no confronta con otro poder que quiere ser conducción, o como quiera que se le quiera llamar, pero que no está concebido en su estructura misma como un servicio auténtico sino como una conducción, algunas veces por deterioro e inclusive en situación de corrupción que todo mundo conoce como una imposición destructiva y como un control represivo de los brotes de transformación que existan en la comunidad. Entonces las dificultades se plantean en la situación concreta no en una discusión frontal porque ni yo exijo, y lo saben, ni ninguno de los obispos exige reconocimientos de fueros o derechos determinados o de que seamos competidores de la autoridad en el momento dado y podamos lanzarnos como candidato a gobernador del estado o cosa parecida.

“En ese sentido no puede haber una competencia directa y frontal sino es sobre las acciones concretas donde se están viendo una situación injusta. Nosotros acompañamos a la gente en el sentido de que habiendo dado una iluminación estamos de acuerdo en que luchen por una transformación y que exista la búsqueda de los instrumentos adecuados para poder llevarlas acabo, con sus fallas y limitaciones. Nosotros acompañamos a quien está luchando por la construcción del reino de Dios…”

¿Usted cree que la Iglesia debe participar en política?

Primeramente te pregunto a ¿qué le llaman política? Porque generalmente cuando he escuchado ésa pregunta, llaman política a no aplaudir al PRI. Pero si yo recibo en la Catedral al gobernador y les toco las campanas o a un candidato a gobernador, inclusive le preparamos por ahí un banquetito, pues eso no se llama entrar en política. Empezaríamos por definir qué entiendo por política.

“La política es preocupación activa por el bien de la comunidad. Polis (En la antigua Grecia, Estado autónomo constituido por una ciudad y un pequeño territorio) es la ciudad. Político es aquel que está relacionado con la Polis, ciudad, y política sería toda actividad que tiende a construir, mejorar o también deteriorar el bien común de la comunidad humana. Eso sería la política en el sentido amplio…Existe también lo que llamaríamos una política más amplia que sería la de la transformación de la sociedad.

“Ya no sólo de buscar de mejorar lo que está existiendo, sino cuando llegamos a constatar que vivimos en una situación en donde la acción de la comunidad como tal es una acción deteriorante, no solamente es una acción de la comunidad sino de las estructuras de la sociedad como están funcionando. Entonces llegamos a la concepción de que se ha llegado a su límite y que se necesita el cambio de la propia estructura. Así lo han indicado documentos pontificios desde tiempos atrás. El análisis de ésta sociedad actual indica que hay estructuras de pecados, estructuras injustas que es necesario cambiar…

“…Para decirlo más chabacanamente. El problema no es el presidente que está en turno en un lugar determinado sino el caballo (la estructura) en el que está montado. Eso es lo que hay que cambiar”.

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