Agencias/Ciudad de México.- El receptor Antonio Brown fue separado de las filas de los de los Tampa Bay Buccaneers tras el escándalo generado en el partido de la decimoséptima semana en el que el jugador arrojó el uniforme al terreno de juego y abandonó el campo.

“Luego de lo que acaba de pasar lo único que puedo decir es que Antonio Brown no es más un Buc, fin de la historia”, declaró el entrenador Bruce Arians.

Tampa Bay, con un registro de 12 victorias y 4 derrotas, ha conquistado la división Sur de la NFC tras derrotar este domingo por 28-24 a los New York Jets.

Cuando faltaban poco más de dos minutos en el tercer cuarto, y los Buccaneers perdían 24-10, Brown se quitó las hombreras junto con su jersey número 81 y los arrojó al suelo en la banca del equipo, luego se despojó de su playera negra, guantes blancos y los lanzó a la tribuna.

Con el torso desnudo el jugador se despidió del público con los brazos en alto y dando saltos sobre la zona de anotación de los Jets. Brown había discutido con su compañero, el receptor Mike Evans, una jugada antes.

Hasta ese momento el receptor llevaba tres recepciones y había ganado 26 yardas.

En la temporada Brown acumulaba 39 recepciones, para un acumulado de 519 yardas y tenía cuatro anotaciones.

A principios de diciembre la NFL suspendió tres partidos al receptor por utilizar una tarjeta falsa de vacunación para la COVID-19, situación que también le acarreó una multa sanción en su institución.

A pesar de aquella indisciplina Arians habló con el jugador y le permitió reintegrarse a los entrenamientos del equipo para el final de la temporada.

Antonio Brown, 33 años, ha jugado para los Pittsburgh Steelers, los Oakland Raiders y los New England Patriots.

En su carrera suma 925 recepciones, 12.265 yardas obtenidos y 83 anotaciones.

Arians: La salida de Brown del juego no fue por una lesión

La última salida caótica de Antonio Brown de un equipo de la NFL, ahora de los Buccaneers de Tampa Bay, no fue por una lesión, dijo el entrenador Bruce Arians.

Sí, los Buccaneers están dejando atrás a Brown, cuya carrera en la NFL vuelve a pender de un hilo.

Pero Arians disipó la noción de que Brown podría haber salido furioso -lanzando parte de su equipo a las gradas y saludando a los aficionados en el MetLife Stadium- después de negarse a volver a entrar por una lesión de tobillo que le dejó fuera de actividad durante varias semanas.

En dos ocasiones a Arians le preguntaron si Brown había dicho que estaba lesionado. En ambas, el entrenador respondió: “No”, que Brown no le dijo que estaba lesionado.

“Es bastante obvio lo que ocurrió. Abandonó el campo y eso fue todo”, dijo Arians, rechazando comentar sobre un intercambio que tuvo con el jugador en la banca.

Presionado por detalles sobre lo que se dijo y si Brown había dicho que estaba muy lesionado para jugar, Arians contestó: “Tuvimos una charla y él abandonó el campo”.

Cuando le preguntaron específicamente qué fue lo que se dijo que pudo haber hecho que Brown actuara de la forma en la que lo hizo, el entrenador añadió: “Le tienen que preguntar a él. No tengo idea”.

“Sólo espero lo mejor para él”, comentó Arians, al tiempo que trataba de quitar la atención sobre lo que pudo haber provocado que el jugador se quitara el jersey, las hombreras, la camiseta y los guantes para salirse caminando con el torso descubierto durante la victoria por 28-24 del equipo el domingo.

Arians añadió que no se arrepiente de haberle dado al jugador, a menudo problemático, una oportunidad de jugar con Tom Brady y de revivir una carrera plagada de problemas dentro y fuera del campo, aunque haya terminado de una forma tan extraña. Tampa Bay fue el tercer equipo de Brown desde que jugó su última temporada completa en la NFL con los Steelers de Pittsburgh en 2018.

Brown, de 33 años, también tuvo salidas caóticas de Oakland y Nueva Inglaterra —donde fue liberado antes de siquiera disputar un encuentro con los Raiders y luego de jugar sólo una vez durante una breve estancia con los Patriots liderados por Brady en 2019.

“Le deseo lo mejor. Espero que si necesita ayuda, la consiga”, dijo Arians, que era el coordinador ofensivo de Pittsburgh cuando los Steelers seleccionaron a Brown en la sexta ronda del Draft de 2010. “Es muy difícil porque en verdad me importa”.

Brown no había jugado en la NFL en más de 13 meses cuando firmó con los Bucs en octubre de 2020 en momentos en los que se acercaba al fin de una suspensión de ocho juegos por varias violaciones a la política de conducta personal de la NFL. En ese entonces, Brown también enfrentaba una demanda civil interpuesta en septiembre de 2019 por una entrenadora personal que lo acusó de abusar de ella sexualmente en tres ocasiones, incluido violarla.

“Me tomé mucho tiempo libre del juego para reevaluarme, para mirar hacia adentro, para tener una mejor perspectiva de mí mismo y trabajar en mí dentro y fuera”, comentó Brown en noviembre de 2020.

Brady acogió la decisión de Tampa Bay de darle a Brown la oportunidad y permitió que el jugador se quedara con él en una casa que el quarterback le rentaba al ex beisbolista y miembro del Salón de la Fama, Derek Jeter.

“No diría que soy una persona distinta, sino que soy una mejor persona”, comentó Brown en ese momento. “Aprender mucho de mí mismo, trabajar en mí mismo por un año y medio, creo que soy una mejor persona”.

Uno de los receptores más talentosos de la liga, pero igualmente generador de escándalos en su carrera, Antonio Brown se quitó el uniforme de los Bucs, lo azotó contra la banca, arrojó parte de su indumentaria a la tribuna del MetLife Stadium de Nueva York y se fue a las regaderas cuando su equipo perdía con los Jets.

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