De Primera Mano/Por Rodulfo Reyes/Villahermosa.- El avasallante triunfo del gobernador electo Javier May Rodríguez (sacó más del 80 % de los votos del 2 de junio, mientras Claudia Sheinbaum Pardo se hizo del 58 % en el país), hace menos viable el diálogo entre el gobierno y la oposición en Tabasco, un renglón olvidado desde finales de 1988.
Si los comicios ocurridos hace un mes y medio mostraron que la marca Morena no tiene competencia, también exhibieron la decadencia de los institutos adversarios del actual régimen. Peor aún: si en la nación les fue mal, en el edén la derrota fue más humillante.
En las elecciones estatales anteriores, las de 2018, el partido de Andrés Manuel López Obrador se llevó en su tierra el 61 % y los dos principales candidatos de oposición el 31 %.
El perredista Gerardo Gaudiano Rovirosa arañó los 20 puntos y la priísta Georgina Trujillo Zentella12, no obstante el escenario inédito de que un tabasqueño caminaba a paso veloz a Palacio Nacional, por lo que sus paisanos salieron en manada a votar por las siglas que lo envolvían.
En la jornada de este año, el candidato del PRD, Juan Manuel Fócil Pérez; la del PRI-PAN, Lorena Beaurregard de los Santos, y la de MC, María Inés de la Fuente, ni siquiera sacaron las papeletas que por sí solo logró Gerardo Gaudiano hace seis años.
Y eso que el nieto del ex gobernador Leandro Rovirosa Wade venía de ser presidente municipal de Centro, lo cual lo castigaba en el área urbana del municipio, además de que nada más iba representado por un partido.
Este año, ni juntos, PRI, PRD y PAN, aun con la suma del mediático MC, alcanzaron la quinta parte de los votos.
Esto significa que en un sexenio, a pesar del nefasto gobierno de Adán Augusto López Hernández, que está terminando su suplente de siempre, Carlos Manuel Merino Campos, la oposición se redujo aún más, al punto de su virtual desaparición.
En el edén lopezobradorista, en un sexenio, la oposición cayó de 34.1 % en 2018 a 19.1 % en 2024.
Mientras que Morena creció con sus aliados de 61 puntos en 2018 a 80 puntos este año.
Esto, por sí solo, perjudica a la sociedad: cuando el gobierno deja de tener contrapesos se cometen más arbitrariedades en perjuicio de la ciudadanía.
En justificación del vinotinto debe decirse que en la era del tricolor como fuerza todopoderosa siempre se marginó al lopezobradorismo.
Mientras el PRI fue hegemónico no le cedió espacios a la oposición, que se abrió paso a golpes electorales hasta que en 2012 mandó a retiro al Revolucionario Institucional.
Ni en 2018 que el edén rompió el récord nacional de asistencia a las urnas, con el 70 por ciento de participación, el partido guinda sacó tantos votos como ahora (Adán López se hizo del 61 por ciento y May, seis años después, del 80).
El partido gubernamental pudo haber logrado “la victoria perfecta” en Tabasco: ganó la gubernatura, las seis diputaciones federales y dos senadurías, así como las 21 diputaciones de mayoría, pero perdió en siete de 17 ayuntamientos, aunque esto último a causa de la traición de actores del propio partido identificados con Adán López en contra del propio vinotinto.
Para su información…
La semana pasada que se convocó a los 21 diputados de mayoría de Morena para acordar el nombre del próximo coordinador de la bancada, sorprendió la presencia del tenosiquense Jorge Suárez Moreno, pues pertenece al grupo de leales a Adán López, que conforman una minifracción que, por supuesto, no asistió al cónclave en que se eligió a Jorge Bracamonte Hernández. ¿Tiene miedo el sobrino de Jorge Suárez Vela, secretario de Desarrollo? ¿Lo perdonará el régimen por haber hecho perder al partido del Presidente en Tenosique? ¿Qué hay detrás de toda la telenovela en que se convirtió la lucha política en la cuna de José María Pino Suárez? En el municipio colindante con Guatemala ganó la abanderado del PT, una ex morenista que había sido directora de Atención a la Mujer en el gobierno de Jorge Suárez, quien pidió licencia para competir por una curul en el Congreso local.