Agencias/Ciudad de México.- Las autoridades locales señalaron que ocho personas fallecieron y dos más resultaron heridas como resultado de los disturbios registrados este 9 de enero, en medio de la fuerte crisis de seguridad que enfrenta Ecuador desde hace meses, pero que se recrudeció tras la fuga de dos cabecillas criminales y la toma violenta de un canal de televisión.
También hubo más de 1.900 denuncias por presuntos delitos y diversas faltas, según el alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez.
Por su parte, la Policía Nacional de Ecuador informó que dos de sus elementos, Alex Taday y Luis Gabriel Guanotuña, fueron asesinados por delincuentes. “No descansaremos hasta dar con los responsables de este hecho criminal”, advirtió el cuerpo policial.
De igual modo, medios locales y usuarios de redes sociales reportaron el presunto ingreso de comandos armados a la Universidad de Guayaquil, aunque hasta el momento no hay confirmación oficial de este hecho.
Ante la situación de caos en las calles y la retención de 139 trabajadores y guardias de cinco prisiones del país, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, declaró la existencia de un “conflicto armado interno” en medio de la crisis de seguridad pública que afecta a la nación sudamericana. Como parte de esta medida, el mandatario designó como “organizaciones terroristas” a varios grupos del crimen organizado.
Dicho decreto ordena a las Fuerzas Armadas de Ecuador ejecutar operaciones militares para “neutralizar” a dichos grupos y dispone “la movilización e intervención de la Fuerzas Armadas y Policía Nacional en el territorio nacional para garantizar la soberanía e integridad territorial contra el crimen organizado transnacional, organizaciones terroristas y los actores no estatales beligerantes”.
Esta declaración de conflicto armado interno se suma al estado de excepción por 60 días decretado un día antes por Daniel Noboa, luego de la crisis penitenciaria desatada tras la fuga de Adolfo Macías, alias Fito, jefe de la banda criminal Los Choneros.
En días previos al caos, el Gobierno de Ecuador había anunciado la construcción de dos cárceles de máxima seguridad en el país.