Agencias/Ciudad de México.- En medio de las ruinas humeantes, un perro solitario camina sobre la nieve, probablemente sin darse cuenta —o tal vez demasiado hambriento para ser consciente de otra cosa— de que la muerte cae como la lluvia sobre los restos de esta ciudad ucraniana que Rusia está reduciendo a escombros.
Pero por ahora, Bájmut sigue de pie, convirtiéndose en un símbolo de la resistencia ucraniana que crece con cada día que sus defensores aguantan la implacable artillería y las oleadas de soldados rusos que sufren fuertes bajas en una fútil campaña de meses para tomarla.
Un nuevo video de Bájmut filmado desde el aire por un dron para The Associated Press revela cómo la batalla más larga de la invasión rusa ha transformado a esta ciudad de minas de sal y yeso ubicada en el este de Ucrania en un pueblo fantasma, con sus ruinas como símbolo de la locura de la guerra.
En el video filmado recientemente no aparece gente. Pero siguen ahí, fuera de la vista, ocultas en sótanos y construcciones defensivas, tratando de sobrevivir. Algunos miles de los 80,000 habitantes que tenía la ciudad antes de la guerra se han negado o no han podido evacuar. El tamaño de la guarnición que Ucrania mantiene en la ciudad es un secreto.
Las huellas de neumáticos y pies en los caminos cubiertos de nieve revelan la presencia humana. Una escena muestra un auto que se aleja rápidamente. Frases pintadas en las paredes exteriores de una tienda destruida muestran que aquí hay o hubo gente.
“Bájmut ama a Ucrania” dice una leyenda junto a la figura de Valerii Zaluzhnyi, comandante en jefe de las fuerzas armadas ucranianas, que alza dos dedos para formar la V de la victoria. “Dios y Valerii Zaluzhnyi están con nosotros”, dice una leyenda debajo de la figura.
Un alto funcionario de inteligencia ucraniano comparó los combates en Bájmut con la férrea defensa ucraniana de Mariúpol en las primeras semanas de la guerra, la cual mantuvo ocupadas a las fuerzas rusas durante meses, evitando que el Kremlin las desplegara hacia otras partes.
De igual forma, “Bájmut también es un indicador y una fortaleza”, dijo el funcionario, Vadym Skibitskyi, en una entrevista con la AP. Señaló que la ciudad ahora representa la indomabilidad de nuestros soldados” y que, al defenderla, Ucrania está infligiendo bajas “inaceptables” a los rusos.
Desde el aire se advierte claramente la magnitud de la destrucción. Filas enteras de edificios residenciales han quedado destruidos, permaneciendo de pie únicamente los muros exteriores mientras los pisos y techos han desaparecido, dejando las ruinas expuestas a la nieve y a la escarcha invernal… y al ojo espía del dron.
Como un espeleólogo que desciende en una grieta, el dron entra lentamente en uno de los cascos vacíos, cuyos cuatro pisos se han derrumbado en una pila de cenizas, escombros y metal oxidado.
A otro edificio de apartamentos de cinco pisos le falta un gran trozo. Un cuervo entra por la grieta. El dron mira una cocina, otrora un ambiente familiar íntimo, a la que le han arrancado un muro exterior. Hay un colador en el fregadero y platos puestos a secar, como si alguien todavía viviera allí. Pero la capa de nieve sobre el mantel de la mesa deja entrever que los residentes se fueron hace tiempo.
A medida que el dron continúa su trayecto sobre las calles donde las multitudes ya no transitan y por las tiendas en donde ya no se compra, sobre los parques en los que los niños ya no juegan y donde los ancianos ya no mastican grasa, los nombres de pueblos y ciudades destruidas en guerras pasadas vienen a la mente.
Fleury-devant-Douaumont, Francia: un poblado arrasado durante la Primera Guerra Mundial luego de cambiar de manos 16 veces durante los combates entre las fuerzas francesas y alemanas entre junio y agosto de 1916. Nunca se reconstruyó y más tarde se declaró que “murió por Francia” al igual que otros ocho poblados que quedaron en ruinas en los intensos combates por la localidad francesa de Verdún.
O tal vez Oradour-sur-Glane, también en Francia, la cual quedó destruida en la Segunda Guerra Mundial. Sus ruinas permanecen intactas como un monumento a las 642 personas que perdieron la vida en ese lugar el 10 de junio de 1944. Soldados nazis de la división “Das Reich” de la SS llevaron a los civiles hacia graneros y una iglesia e incendiaron el pueblo, la peor masacre de civiles por parte de los invasores de Francia en tiempos de guerra.
Para los ucranianos, Bájmut también se está quedando tatuada en la conciencia colectiva. La defensa de la ciudad ya es parte de una canción. La melodía “Bakhmut Fortress” (Fortaleza Bájmut) del grupo ucraniano Antytila acumula más de 3.8 millones de reproducciones.