Agencias/ Ciudad de México.- Las Grandes Ligas advirtieron que restan sólo cinco días para que la campaña pueda inaugurarse el 31 de marzo, como está previsto, y para que pueda jugarse una temporada completa.
En medio del paro patronal, los dirigentes del béisbol advirtieron a los peloteros que habrá juegos cancelados si no se pacta un nuevo contrato colectivo para el lunes por la noche.
Tras el tercer día consecutivo de negociaciones, que transcurrió sin muchos avances, las Grandes Ligas hicieron público algo que habían advertido ya al sindicato el 12 de febrero.
“Un plazo es un plazo. Los juegos que se pierden, se pierden. No se pagará salario por esos juegos”, dijo un vocero de las mayores después de que concluyeron las negociaciones del miércoles.
El portavoz habló de parte de las Grandes Ligas a condición de no ser identificado por su nombre.
Los peloteros no han aceptado el lunes como plazo y han sugerido que cualquier juego cancelado se compensará con dobles carteleras, un método que, según las Grandes Ligas, no se aceptará.
El sindicato ha advertido a las mayores que si se pierden encuentros y salarios, los clubes no deben hacerse ilusiones de que los jugadores accederán a las propuestas de los dirigentes de que se expandan los playoffs y se permita publicidad en uniformes y cascos.
Se espera que las negociaciones continúen este jueves. Ambas partes han manifestado su disposición a seguirse reuniendo hasta el lunes.
Sería la segunda campaña abreviada de béisbol en tres años. La temporada de 2020 se redujo de 162 a 60 juegos por la pandemia.
Las últimas campañas truncas por problemas laborales fueron la de 1994, que concluyó el 12 de agosto sin completarse por una huelga. Ello ocasionó que el comeinzo de la campaña siguiente se demorara del 2 al 25 de abril.
El calendario de 1995 se redujo de 162 a 144 juegos.
Los jugadores reciben su paga sólo durante la temporada regular. Perciben su salario dividido por días, del primer juego al 162. Los jugadores se expondrían a perder hasta 232.975 dólares diarios, en el caso de Max Scherzer, o 3.441 dólares, para un jugador que devenga el mínimo de 640.000 dólares.
La suspensión de actividades en el béisbol llegó a 84 días. Y las tres sesiones de esta semana aumentaron el total sobre temas económicos clave a sólo nueve desde el 2 de diciembre, cuando se decretó el paro patronal.
Estaba previsto que los entrenamientos de pretemporada comenzaran el 16 de febrero. Las Grandes Ligas habían ya cancelado la primera semana de juegos de pretemporada, que debían comenzar el viernes.
Rob Manfred, comisionado de las mayores, dijo el 10 de febrero que un mínimo de cuatro semanas de entrenamiento se requiere antes de comenzar la temporada. Un acuerdo para el lunes daría ese margen, además de algunos días para que los jugadores se presentaran en los campamentos de Arizona y Florida.
Manfred ha hablado públicamente sólo una vez desde el día en que comenzó el paro. El líder del sindicato Tony Clark no se ha pronunciado de manera pública en una sola ocasión.
La declaración pública de las Grandes Ligas fue interpretada por el sindicato como una táctica de presión. La agrupación gremial está disgustada ante el hecho de que las nóminas hayan decrecido durante el contrato de cinco años ahora expirado.
Asimismo, el sindicato ha expresado su indignación luego que varios clubes se deshicieron de veteranos que devengaban grandes salarios para declararse en reconstrucción de sus planteles.
Prevalece la sensación de que ambas partes esperan que la presión del tiempo arrecie para obligar a que el bando contrario haga concesiones mayores.
La única oferta nueva hecha el miércoles por las mayores a los jugadores fue la de incrementar el salario mínimo por 10,000 dólares adicionales al año.
Las Grandes Ligas aumentaron su propuesta de salario mínimo para este año a 640,000 dólares. La cifra crecería en 10,000 dólares durante cada temporada adicional a lo largo del acuerdo por cinco años.
Los peloteros han pedido 775,000 dólares como salario mínimo en 2022, con incrementos de 30,000 dólares por temporada.
Parecería haber poco o nulo movimiento en el tema toral del llamado impuesto al lujo, tanto en su monto como en los topes en que debería aplicarse. Tampoco parece haber progreso en el fondo de bonificaciones para peloteros que no han ido todavía al arbitraje salarial.
El pitcher de los Mets Max Scherzer y el lanzador de los Yanquis Gerrit Cole estuvieron involucrados en las conversaciones por tercer día consecutivo.
Andrew Miller, también lanzador y agente libre, se unió también, lo mismo que el relevista de los Yanquis Zack Britton. Fue el 84to día de paro.
Participaron además el campocorto boricua de los Mets Francisco Lindor y el receptor de Houston Jason Castro. Esos seis jugadores forman parte de los ocho miembros del subcomité ejecutivo, que supervisa las negociaciones del contrato colectivo.
Marcus Semien, pelotero de cuadro de Texas, y James Paxton, pitcher de Boston, son los otros dos miembros, pero no se les ha visto durante las negociaciones en el Roger Dean Stadium, la sede vacante de entrenamientos de pretemporada de los Marlins de Miami y los Cardenales de San Luis.
Britton, Cole, Paxton, Scherzer y Semien están representados por Scott Boras, el agente más poderoso del béisbol.
“Para encontrar osos en el bosque no puedes ofrecerles trampas de oso”, dijo Boras.
Los clubes han advertido al sindicato que no reducirán la compartición de ingresos y no añadirán nuevos métodos para que los peloteros acumulen tiempo de servicio. Los jugadores consideran necesarias esas medidas para impedir que los equipos posterguen el momento en que pueden declararse agentes libres.