Agencias/Ciudad de México.- El Barcelona no podrá reducir su masa salarial para alcanzar un nivel sostenible hasta que varios veteranos jugadores finalicen sus contratos, dijo el vicepresidente económico del club.
Al presentar el presupuesto para la actual temporada, Eduard Romeu advirtió que lo más probable es que se precisen dos temporadas adicionales para que el Barcelona pueda tener un límite aceptable en su carga de salarios.
Los salarios se dispararon al punto que el Barcelona quedó con la plantilla más cara del fútbol mundial bajo el expresidente Josep Bartomeu y, aunado al impacto económico de la pandemia de COVID-19, el club acumuló una colosal deuda que sigue asfixiando la gestión del actual presidente Joan Laporta. Romeu informó que el Barcelona mantenía una deuda neta de 608 millones de euros (597 millones de dólares) en junio.
“El desequilibrio es la masa salarial deportiva”, dijo Romeu. “Hay una serie de circunstancias que tienen un coste muy importante y entre esta temporada y la que viene desaparecen”.
Cuando se le preguntó si aludía a los contratos de los veteranos Gerard Piqué, Sergio Busquets y Jordi Alba, Romeu respondió afirmativamente. Busquets, de quien se dice podría irse a la MLS de Estados Unidos, acabará contrato al final de la temporada. Los contratos de Piqué y Alba expiran en julio de 2024. Todos se han consagrado múltiples veces en la Liga de Campeones.
En las últimas campañas, el club se sacó de encima los astronómicos salarios de Lionel Messi, Luis Suárez, Antoine Griezmann y Philippe Coutinho. Messi acabó fichando con el Paris Saint-Germain luego que la agobiante situación financiera impidió cerrar un nuevo acuerdo con el astro argentino.
Pero en lugar de reducir la masa salarial, el Barcelona la incrementó esta temporada con el fichaje de varios nuevos jugadores, destacándose Robert Lewandowksi, Jules Koundé y Raphinha. Ello aumentó el monto total de salarios a 656 millones de euros (644 millones de dólares) para esta temporada tras la anterior cifra de 518 millones de euros (508 millones de dólares).
Según Romeu, el club busca reducir la masa salarial a 500 millones de euros (491 millones de dólares), con 420 millones de euros (412 millones de dólares) dedicados al primer equipo y 80 millones de euros (78 millones) para sus filiales y academia.
El Barcelona cerró la temporada de 2021-22 con un beneficio de 98 millones de euros (96 millones de dólares), tras el pago de impuestos, la primera vez que alcanza números en negro en tres años, dijo Romeu.
Pero ello fue posible luego que el club catalán vendió el 25% de sus derechos por la transmisión de sus partidos de La Liga española por 25 años y otros activos por 866 millones de euros (850 millones de dólares).
Con miras a la temporada 2022-23, el Barcelona ha presupuestado 1,400 millones de euros (1,380 millones de dólares) en ingresos y un beneficio de 275 millones de euros (270 millones de dólares).
A una pregunta sobre si un posible retorno de Messi pudiera condicionar las cifras, Romeo señaló que esa será una decisión de la dirección deportiva. “Si lo considera nosotros nos pondremos a trabajar para el objetivo. Messi es un activo del Barça y tiene las puertas abiertas”, afirmó.
Una semana atrás, cuando el vicepresidente Eduard Romeu pasó por Catalunya Ràdio, dijo “ya sabéis que nosotros sabemos hacer milagros”. Lo dijo referido al posible retorno de Messi el próximo verano. Lo soltó con el punto justo de pavonería simpática que se lleva ahora. Es el tono del ilusionismo donde se ha instalado el Barça. Porque es gratis, porque es lo que la gente quiere oír y porque no se cuestiona casi nada.
Es mejor ser optimista que pesimista, claro que sí. Por eso puede salir el vicepresidente y, con la misma alegría que dijo que ganaríamos los tres partidos que quedaban en Champions (ahora ya no es posible), suelta que han salvado el Barça (vender activos por valor de 700 millones quizá no es un milagro) o afirmando que el retorno de Messi es posible. Pues el milagro, ahora, para que el segundo fracaso consecutivo en Europa no sea morrocotudo, pasa por que el Inter pinche en casa contra el Viktoria y que el Barça logre ganar al Bayern. Casi nada.
Todo es posible, pero este milagro, si sucede, va a ser de los que saldrán en los libros de historia. El error de criticar públicamente a Piqué y Busquets en la Asamblea, por parte de Laporta y Alemany, no fue una buena idea. Y menos aún en la semana más decisiva de la temporada. Aquí las palabras te las comes sin ketchup. Cuando Laporta dice en campaña que, con él de Presidente, el Madrid jamás ganó una Champions, va y al primer año, doblete de Liga y Copa de Europa. Un poco más de humildad no le iría mal al Barça. Será la mejor manera de intentar ganar la competición que ilusiona y mucho: la Liga
La temporada pasada, la participación del Barcelona en la Europa League tras quedar eliminado de la Liga de Campeones, se tradujo en un desajuste económico de 12 millones netos. “No solo tenemos que presupuestar solo los ingresos, sino también los egresos que eso comporta”, dijo Romeu. Para la campaña 2022-2023, el club presupuestó alcanzar los cuartos de final en la Orejona. Un plan en el aire después de que el Barcelona cayera en Múnich y Milán. “Ganaremos los próximos tres partidos”, sostuvo el responsable económico.
El Barcelona ya ha comenzado las obras del Espai Barça, el nuevo Camp Nou. La temporada que viene, en cualquier caso, estas se intensificarán, y el primer equipo masculino y femenino (juega la Champions en el Estadi) se deberán mudar al estadio Olímpico de Montjuïc. “Trabajamos con ideas y somos imaginativos para minimizar las pérdidas de no jugar en el Camp Nou. Me enfada lo que se ha hecho antes y lo que no se ha hecho, como no aprovechar la COVID [como hizo el Real Madrid] para hacer el Espai Barça. Es un problema económico y social, porque no puedo llevar a todos los socios a Montjuïc. Y no se ha hecho ninguna inversión de mantenimiento en el Camp Nou. No puedo cuantificar las posibles pérdidas, estamos trabajando”, cerró Eduard Romeu.
