Agencias/Ciudad de México.- Un grupo de entusiastas de las criptomonedas promueven en la ciudad de Berlín, en el este de El Salvador, las transacciones cotidianas del bitcóin tres años después de su adopción, a la espera de que más salvadoreños retomen su uso.
Evelyn Lemus y Gerardo Linares son parte de este proyecto, con el que afirman haber conseguido que unos 120 comercios locales acepten la criptomoneda, asegurando que es el lugar del mundo en el que más se utiliza.
El Salvador se convirtió en septiembre de 2021 en el primer país en adoptar esta criptomoneda como moneda de curso legal, lo que se convertiría en la principal apuesta económica del Gobierno de Nayib Bukele.
Linares comentó a EFE que, tras viajar por varios sitios del país, vieron que “no había demasiado” uso del criptoactivo y decidieron “comenzar a educar a los negocios” sobre “lo fácil que es” su manejo y sus posibles beneficios.
“Empezamos a tener un pequeño impacto en la economía local, porque había negocios que estaban recibiendo bastante ingresos en bitcóin”, comentó.
Linares afirmó que la criptomoneda es recibida por diversos negocios, como lavados de vehículos, comedores, hoteles, gasolineras y abogados de esta localidad, ubicada a más de 110 kilómetros al este de San Salvador.
“Creo que hemos avanzado mucho y Berlín es seguramente el lugar con mayor adopción del bitcóin en el mundo”, subrayó Linares y afirmó que una quincena de extranjeros se han trasladado a esta localidad para “vivir con bitcóin”.
Berlín se ubica a pocos kilómetros de Conchagua, donde el presidente Nayib Bukele prometió en noviembre de 2021 fundar la ‘Ciudad Bitcóin’, una especie de paraíso fiscal para los usuarios de este criptoactivo.
Se esperaba que para 2022 se colocaran al menos 1,000 millones de dólares en bonos en bitcóin para financiar el inicio de su construcción, pero la medida no se ha materializado.
De acuerdo con reportes de la prensa local, la emisión se habría trasladado para el primer semestre del 2024, sin que las autoridades hayan dado mayores detalles.
Lemus señaló que su proyecto de promoción del bitcóin en Berlín, una zona montañosa ubicada en el oriental departamento de Usulután, trató de imitar la experiencia de El Zonte, conocido como ‘Bitcóin Beach’.
A dicha playa, el bitcóin llegó en 2019 y su uso fue mayor con la llegada de la pandemia de la covid-19 mediante la entrega de ayudas por un donante a las familias del lugar.
Lemus y Linares también son parte de quienes encabezan un centro comunitario para impartir educación sobre el bitcóin y “poder darle la oportunidad a las personas que pueden aprender diferentes habilidades para obtener trabajos”.
“La idea es que se obtengan trabajos remotos pagados con bitcóin para poder seguir inyectando a la economía local”, acotó Lemus.
Pierre Bonbury es un ciudadano canadiense que comentó a EFE que no había podido utilizar sus ahorros en esta criptomenda hasta que se trasladó a Berlín hace 6 meses.
Dijo que el 90 % de sus transacciones en Berlín las ha hecho con bitcóin, lo que le ha parecido “muy divertido” y que decidió dejar Canadá por sus políticas financieras.
Según pudo constatar EFE, en el centro de Berlín existen negocios formales e informales que anuncian aceptar bitcóin, como ventas de comida, vendedores de sorbete artesanales, entre otros.
“Nosotros queremos, aquí en Berlín desde nuestra posición, ayudar a la economía local”, afirmó Linares en referencia a los anuncios gubernamentales de querer mejorar la situación económica del país.
De acuerdo con un sitio oficial, el Gobierno posee reservas de 5.866,76 bitcoines, valorados en más de 318 millones de dólares, de los que unas 455 monedas de bitcóin habrían sido obtenidas mediante el minado digital y no compras.
Este tercer aniversario se dio sin que la población haga uso masivo del criptoactivo y con la mayoría de la información sobre las compras puesta bajo secreto.
El Gobierno de Bukele destinó 150 millones de dólares para un fideicomiso para la conversión de la criptomoneda a dólares, mientras que un informe de la organización Cristosal estima que se han destinado 329 millones para la medida.
Napoleón Osorio está muy contento por ser el primer taxista que aceptó pagos con bitcoin en El Salvador, pues eso le cambió la vida.
Pero no todos sacan cuentas tan alegres en El Salvador, el primer país del mundo que puso a circular legalmente al bitcoin a la par del dólar hace tres años, por decisión del presidente Nayib Bukele.
Con el bitcoin “mi vida cambió prácticamente, porque era desempleado […] y ahora tengo mi negocio” de alquiler de automóviles, celebra sonriente Osorio a la AFP.
Contó que en 2021 el estadounidense John Dennehy, fundador de la ONG Mi Primer Bitcoin y quien reside en El Salvador, lo alentó a trabajar con la criptomoneda y ahora es un pequeño empresario.
El hombre, de 39 años, supervisa a 21 colegas que trabajan bajo su marca Bit-driver y con las ganancias por el alza del bitcoin pudo comprar cuatro vehículos que ahora renta.
Osorio, que es divorciado, dice que sus ingresos le han permitido pagar sin sobresaltos los estudios de sus dos hijos, de 13 y 19 años.
Bukele puso a circular el bitcoin el 7 de septiembre de 2021, diciendo que buscaba bancarizar al 70% de la población que estaba al margen del sistema financiero y comenzó a comprar criptomonedas para el Estado.
En marzo pasado, el presidente aseguró que El Salvador almacenaba 406.6 millones de dólares con 5,689 bitcoin guardados “en una billetera fría en una bóveda física” en el país. A precios actuales, el país tiene 5,865 bitcoin equivalente a 320.3 millones de dólares, según el sitio oficial del gobierno.
Para motivar el uso del bitcoin, Bukele creó la billetera Chivo Wallet y otorgó 30 dólares a cada usuario a modo de bienvenida. Sus críticos le piden que informe el montó que invirtió.
Sin embargo, tener el bitcoin como moneda de curso legal impidió que El Salvador lograra cerrar hasta ahora un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener un crédito de 1,300 millones de dólares.
Las divergencias comenzaron a disiparse en agosto, cuando el FMI anunció un acuerdo preliminar con El Salvador, pero aclaró que persistían “potenciales riesgos” que debían ser mitigados.
Además, el Fondo pidió a Bukele un ajuste fiscal “con el fin de situar la deuda pública en una senda sostenible”, que ascendía al cierre de 2023 al 82% del PIB.
Una cuarta parte del PIB salvadoreño es aportada por las remesas familiares, llegadas principalmente desde Estados Unidos. No obstante, solo el 1% de los envíos (8,181.6 millones de dólares en 2023) se hicieron con criptomonedas.
A pesar de las cuentas alegres del taxista Osorio y los avances con el FMI, una mayoría de los salvadoreños sigue sin utilizar la criptomoneda.
En una reciente entrevista con la revista estadounidense Time, Bukele reconoció que el “bitcoin no ha tenido la adopción” que esperaba.
“Lo bueno es que es voluntario (…), lo dimos como una opción y los que lo han querido usar lo han usado y ha sido beneficioso para ellos por la subida del bitcoin”, aseguró el mandatario.
La criptomoneda se cotizaba esta semana sobre los 52,000 dólares. Alcanzó su pico el 13 de marzo de 2024 cuando estuvo a 73,616, tras rozar el sótano el 22 de noviembre de 2022 a 16,189 dólares.
El último estudio del Instituto Universitario de Opinión Pública reflejó que el 88% de los salvadoreños no utilizan la criptomoneda.
“Desde el principio, en nuestros sondeos de 2021 quedó claro que fue una medida claramente inconsulta, una medida que la población rechazó”, dice a la AFP la directora del Instituto, Laura Andrade.
Pero el economista independiente César Villalona considera que la adopción de la criptomoneda “no es un fracaso”, aunque afirma que el propio mandatario le quitó las “funciones” del dinero.
“Bukele […] dijo: no habrá salario en bitcoin, no habrá pensiones en bitcoin, no habrá ahorro en bitcoin y no habrá precio en bitcoin, es decir, le quitó las tres funciones del dinero”, señala Villalona a la AFP.
El escaso uso del bitcoin en el país se debe a la falta de educación en el empleo de las criptomonedas, según Luis Contreras, instructor de la ONG Mi Primer Bitcoin, que ha capacitado a unas 35,000 personas en El Salvador.
“Lo más difícil en la educación es el miedo a las cosas nuevas, y eso nos lleva al miedo a la tecnología (…) el miedo de pasar del dinero clásico de la economía actual a un dinero totalmente digital y descentralizado”, comenta el instructor, de 40 años, a la AFP.
De acuerdo con un estudio divulgado en enero del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop), de la jesuita Universidad Centroamericana (UCA), el 88 % de los salvadoreños no utilizó la criptomoneda bitcóin durante 2023.