Agencias/Biarritz.- La Cumbre del G-7 inició en medio de disputas que ahondaron las diferencias en temas comerciales globales, la salida de Reino Unido de la Unión Europea y la búsqueda de respuestas a los incendios que consumen la selva amazónica.

El presidente de Francia y anfitrión de la cumbre, Emmanuel Macron, planeó el encuentro de tres días en el balneario de Biarritz, en la costa del Atlántico, como una oportunidad para unir a un grupo de países ricos que han tenido problemas en los últimos años para hablar con una única voz.

Macron armó una agenda para el grupo -Francia, Reino Unido, Canadá, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos- que incluía la defensa de la democracia, igualdad de género, educación y medioambiente. Invitó a líderes de países de Asia, África y América Latina a sumarse para lanzar una campaña global sobre esos temas.

No obstante, en una sombría evaluación de las relaciones entre los países que alguna vez fueron aliados cercanos, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo que se está volviendo cada vez más difícil hallar terreno común.

“Esta es otra cumbre del G-7 que será una difícil prueba de unidad y solidaridad del mundo libre y sus líderes”, dijo a periodistas antes del encuentro. “Este podría ser el último momento para restaurar nuestra comunidad política”, agregó.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llevó la cumbre del G-7 del año pasado a un agrio final, al dejar prematuramente la reunión en Canadá y rechazar el comunicado final.

Trump llegó a Francia un día después de que respondió a una nueva ronda de aranceles chinos con el anuncio de que Washington impondría gravámenes adicionales de un 5% a importaciones chinas con un valor de 550.000 millones de dólares, en la más reciente escalada de la guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo.

“Hasta ahora todo bien”, dijo Trump a periodistas sentado en una terraza frente al mar junto a Macron, afirmando que ambos tienen una relación especial. “Lograremos mucho este fin de semana”, agregó.

Macron enumeró una serie de temas de política internacional que ambos discutirían, incluida Libia, Siria y Corea del Norte, agregando que comparten el objetivo de evitar que Irán obtenga armas nucleares.

El nuevo primer ministro británico, Boris Johnson, busca un difícil equilibrio entre no alienar a los aliados de Reino Unido en Europa y no irritar a Trump, lo que podría poner en riesgo los lazos comerciales de la isla. Johnson y Trump tendrán conversaciones bilaterales en la mañana del domingo.

Johnson y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, discutieron antes de la cumbre quién sería el responsable si Reino Unido deja la UE el 31 de octubre sin un acuerdo de salida. “Aún espero que el primer ministro Johnson no quiera pasar a la historia como el ‘señor no hay acuerdo’”, dijo Tusk.

Johnson, quien ha dicho desde que asumió el cargo el mes pasado que sacará al país del bloque el 31 de octubre sin importar si se ha alcanzado un acuerdo, respondió más tarde que sería Tusk quien cargaría con el apodo si Reino Unido no consigue un acuerdo de divorcio.

“Les diría a nuestros amigos en la UE que si no quieren un Brexit sin acuerdo, entonces tenemos que desechar la salvaguarda del tratado”, declaró Johnson a periodistas, refiriéndose al protocolo que mantendría abierta la frontera entre Irlanda, miembro de la Unión Europea, e Irlanda del Norte después del Brexit.

Los líderes del bloque aumentaron la presión el viernes sobre el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, por los incendios que consumen la selva amazónica.

Aún así, Reino Unido y Alemania discreparon sobre la decisión de Macron de presionar a Brasil al bloquear un acuerdo comercial entre la Unión Europea y el grupo de países sudamericanos Mercosur, que incluye a Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay.

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