Por Erick Olivera Méndez/ Ciudad de México.- Aunado al riesgo que conlleva la sequía en prácticamente la mitad del territorio nacional por la falta de agua en algunas zonas urbanas, se añade un escenario alarmante por la afectación que ha tenido casi la décima parte de la superficie de cultivo en el país.
La producción agrícola, concentrada en 22 millones de hectáreas, ha visto comprometida por la sequía casi el nueve por ciento de esa superficie y se espera que tendrá un impacto en los precios de los alimentos.
La producción de alimentos se ha complicado en los últimos meses debido a la crisis de los energéticos y al impacto por las complicaciones que se han presentado en las cadenas de suministro en el mundo, que han provocado elevados índices de inflación.
En México el aumento inflacionario ha presionado a la economía nacional precisamente por el incremento en los precios de combustibles y alimentos, este último un sector que suma a sus problemas de infraestructura los graves riesgos de la sequía.
Las altas temperaturas han golpeado a los estados del norte y el occidente, y de las 22 millones de hectáreas que se siembran en el país, se han visto afectadas prácticamente dos millones de hectáreas de esa superficie total.
Según las estadísticas oficiales para junio de este año cerca del 50 por ciento de la superficie del país sufría los estragos de la sequía de moderada a excepcional, un riesgo latente para las casi dos millones de hectáreas que no se han cosechado todavía y para los terrenos que ya entraron en temporada de siembra.
De los estados del país a los que más ha impactado la sequía, destaca Sonora con poco más de 68 mil hectáreas que no han podido cosechar. Por su parte Sinaloa, Coahuila y Chihuahua, presentan un riesgo calificado como medio para el cultivo de algodón, sorgo, trigo, nuez y maíz.
El impacto de estos problemas en los cultivos por falta de agua, repercute directamente en la crianza de ganado debido a que golpea las reservas de forraje por la reducción de pastizales. La crisis de este sector también implica riesgos para el suministro de alimentos, pues se reduce el número de animales para engorda y aumenta su precio.
De acuerdo con datos oficiales de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Baja California y Sonora mantienen grados de sequía en todos sus municipios, y estados como Chihuahua, Coahuila y Querétaro en el 90 por ciento.
Conagua dio a conocer en este contexto una declaratoria de emergencia por la sequía en el país y ha calificado este fenómeno con categorías de severa, extrema y excepcional. El riesgo, destaca la dependencia, se agudiza por la falta de agua en las presas del país, que presentan niveles muy bajos respecto al promedio.
Datos oficiales revelan que a mediados de julio de este año, de las 210 principales presas del país, 122 mantenían una reserva de menos del 50 por ciento de su capacidad de almacenamiento, y en 44 sólo quedaba un promedio de 20 por ciento.
Los especialistas advierten que el impacto que tendrá la sequía en la cadena de suministro de alimentos empezará a verse entre septiembre y noviembre, trimestre en el que se pone en marcha la cosecha de cultivos.
El riesgo latente es una menor producción que además de impactar en las exportaciones podría inducir una mayor inflación por el aumento de los costos de los alimentos, sin duda uno de los focos rojos que ya prendió la alerta de la sequía entre las autoridades del sector.
