Especial- InsurgentePress/Xalapa.- Mercenarios de los grupos Golfos-Zetas liderados por ‘El Negro Gallero’ y Erick Manuel Lee Becerra ‘El Güero Lee’ cumplieron la promesa de ejecutar a los sacerdotes Alejo Nabor Jiménez Juárez y José Alfredo Suárez de la Cruz, que rehusaron pagar ‘derecho de piso’ y proporcionar una lista de feligreses propietarios de ranchos, bienes inmuebles y mayor poder adquisitivo en el vértice de Poza Rica, Coatzintla, Tihuatlán, Cazones y Papantla, en la región norte de Veracruz.

De acuerdo a tarjetas elaboradas por servicios de inteligencia de diversas corporaciones federales confirman que los sacerdotes habían sido objeto de amenazas de extorsión de parte de esos cárteles tres meses antes de ser sacados al interior de la parroquia de ‘Nuestra Señora de Fátima’, en Poza Rica, Veracruz, la noche del pasado 18 de septiembre.

Esa noche, los religiosos Jiménez Juárez y Suárez de la Cruz observaron el rostro de sus verdugos, que efectivamente conocían, pues habían sido los encargados de transmitir las órdenes de extorsión enviadas por los líderes de los cárteles.

La descripción del encuentro es inenarrable pues solo la conocen victimarios y víctimas. Lo único cierto es que los sicarios convirtieron ese centro de paz inalcanzable en un cadalso para los religiosos.

De acuerdo a las tarjetas informativas de los servicios de investigación del Gobierno federal, los mercenarios cumplieron el ritual, primero torturaron y luego ejecutaron a sangre fría a los sacerdotes, a Jiménez Juárez de nueve impactos de bala, y a Suárez de un solo tiro, luego arrojaron los cuerpos en un paraje ubicado sobre la carretera Papantla – Poza Rica, en la comunidad Reforma Escolín, municipio de Papantla.

Los sicarios simularon un robo al interior de la parroquia de ‘Nuestra Señora de Fátima’, en realidad ha sido una ejecución sumaria por rehusarse a acatar las órdenes de ‘El Negro Gallero’ y ‘El Güero Lee’, jefes de 2 de las 3 bandas que operan el narcotráfico, secuestro y extorsión en la zona, según se desprende del reportes oficiales.

Las tarjetas informativas ubican a ‘El Güero Lee’ como el encargado de las operaciones de robo de carros, secuestros exprés, traslado de droga, tráfico de indocumentados y armas, con una base central en el municipio de Ecatepec, Estado de México.

El municipio de Ecatepec, Edomex, ha sido utilizada como enganche de múltiples operaciones de almacenamiento y traslado de droga, desmantelamiento y transformación de vehículos robados, para ocultar en casas de seguridad a indocumentados centro-sudamericanos, asiáticos y africanos que posteriormente envían al norte de Veracruz hacia Tamaulipas, fronterizo con Estados Unidos.

El historial delictivo de Erick Manuel Lee Becerra ha sido documentado en el Juzgado Primero Civil y de Extinción de Dominio con sede en Tlalnepantla, Estado de México, en causa 878/2013.

“El Güero Lee’ utiliza como fachadas los negocios de compra-venta de auto-partes, refacciones y maderas, que operan en los municipios de Veracruz y Papantla, además, en Villahermosa, Tabasco.

De acuerdo a reportes de medios locales, el pasado 28 de julio, grupos rivales del crimen organizado lanzaron bombas molotov para prender fuego al negocio de autopartes “Güero Lee” ubicado sobre la calle Venustiano Carranza, en Papantla.

Las tarjetas informativas precisan que los operativos realizados por fuerzas federales obligaron a ‘El Negro Gallero’, ‘El Güero Lee’ y ‘Líder 512’ a desplazar sus guaridas de Tamaulipas hacia las regiones de Poza Rica, Coatzintla, Tihuatlán, Cazones y Papantla, hace tres años.

Desde entonces, han gozado de protección de diversas corporaciones municipales y estatales para convertir esa región en una de las más violentas del País.

En agosto de 2016, los sicarios de ‘El Negro Gallero’ y ‘El Güero Lee’ secuestraron al empresario Rafael Ceja Portilla, en la comunidad de Paso Chicualoque en el municipio de Coyutla, Veracruz, por quien su familia pago un rescate de 1 millón de pesos.

Una semana después del plagio—28 de agosto— el cuerpo sin vida de Ceja Portilla apareció en la comunidad de El Edén, perteneciente al municipio de Papantla.

Los sicarios abandonaron el cuerpo con heridas de armas de fuego, huellas de tortura, atado de pies y manos, a la orilla de la carretera en esa comunidad de Papantla. Una ejecución similar a la de los religiosos católicos.

De acuerdo con cifras de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), registraron 494 secuestros en Veracruz de 2011 a 2015. Y el municipio de Poza Rica, se convirtió en el de mayor incidencia en la entidad.

La ejecución de los dos religiosos a manos del crimen organizado generó indignación en el Vaticano. Dos días después de aparecer los cuerpos maniatados y con impactos de bala, El Papa Francisco condenó los hechos. La violencia, dijo el Pontífice, es “injustificable”.

El pasado 20 de septiembre, el fiscal de Veracruz, Luis Ángel Bravo, declaró a los medios que los sacerdotes no habían sido secuestrados, pues convivieron con sus verdugos e incluso “compartieron licor” con ellos. Las tarjetas de inteligencia de las corporaciones federales desmienten al encargado de impartir la justicia en Veracruz.

De acuerdo al Fiscal de Veracruz, la reunión entre los delincuentes y sacerdotes “se descompuso y se tornó en violenta”.

Bravo dijo además que ya saben quiénes son los responsables. La fiscalía cuenta con el testimonio del chofer de la parroquia, que logró escapar de la masacre y está bajo la protección de las autoridades. Hasta la fecha no ha presentado avances sobre el caso.

El portavoz del Arzobispado de México Hugo Valdemar calificó la versión del Fiscal Braco como “una grave irresponsabilidad”.

“Ha dado a conocer de manera apresurada información sobre el asesinato. Tal parece que el Gobierno quiere deslindarse de los hechos lo más pronto posible”, advirtió Valdemar.

De acuerdo a las cifras de la Secretaría de Gobernación, señala que los meses de agosto y julio ha sido los más violentos, desde hace hace 19 años. En ese bimestre se acumularon 716 ejecuciones. En todo 2015, la cifra alcanzó a 585 y 487 en 2014, en Veracruz.

El vértice de Poza Rica, Coatzintla, Tihuatlán, Cazones y Papantla, es un santuario de los cárteles ‘Zetas’, ‘Golfos’ y ‘Líder 512’, las historias de secuestros, heridos, muertos y desaparecidos se han apilado una tras otra de una forma brutal durante el Gobierno del priista Duarte.

Las imágenes cotidianas de muertos, de cuerpos putrefactos amontonados en fosas o tirados en veredas o carreteras en todas direcciones han causado pánico y despertado sospechas de la complicidad entre las policías del Gobierno de Duarte y sicarios encargados de aplicar la sentencia a sus víctimas.

 

Incidencia Delictiva del Fuero Común 2015 – SEGOB – SESNSP by InsurgentePress on Scribd

Cifras de homicidio doloso, secuestro, extorsión y robo de vehículos 1997-2015 – SEGOB – SESNSP by InsurgentePress on Scribd

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