Agencias, Ciudad de México.- Cuando faltan poco para que terminen las restricciones migratorias impuestas por la pandemia de COVID-19, los migrantes siguen llegando a la peligrosa selva del Darién en su intento por avanzar hacia una nueva vida en Estados Unidos.
Que Estados Unidos levante el llamado Título 42 no parece ser determinante en la decisión de miles que siguen pagando grandes sumas de dinero para atravesar la selva en la frontera entre Colombia y Panamá.
La travesía empieza en una zona rural del municipio de Acandí en el departamento colombiano del Chocó, justo antes de meterse en la tupida selva del Darién. Allí se instaló un campamento donde los migrantes aguardan su turno para iniciar la caminata. Desde ese punto el acompañamiento hasta cruzar la salva cuesta unos 175 dólares.
Del lado colombiano el negocio está muy bien organizado: a los migrantes incluso les ofrecen servicios de salud y asistencia con su equipaje. Pero la situación cambia del lado panameño, donde la ruta se pone más peligrosa. Una de las opciones es pagar a indígenas unos 25 dólares para subirse con ellos a unas piraguas -embarcaciones pequeñas- o a “coyotes” para evitar el cruce de ríos y caminatas por rutas muy empinadas.
Un fotógrafo de The Associated Press acompañó por algunos tramos a los migrantes al inicio de su travesía.
Johnny Ramírez, un venezolano de 33 años, llegó a la localidad colombiana de Acandí con otros 10 integrantes de su familia, entre ellos un niño. Cruzó por la frontera con Venezuela por la región de Norte de Santander -en el nororiente de Colombia- y tardó cuatro días en atravesar de oriente a occidente todo el país para llegar a la frontera con Panamá.
“Ahí donde estamos no hay futuro, no hay trabajo”, dijo Ramírez, quien dejó en Venezuela a sus hijos, padres y hermanos. Reconoció que no ha escuchado mucho acerca de la política migratoria de Estados Unidos que cambiará pronto. “El 42 que lo van a quitar, que no sé qué. Quién sabe cómo será la vaina allá para pasar uno”, dijo a The Associated Press.
El gobierno de Estados Unidos pondrá fin a las restricciones relacionadas con la pandemia para las personas que solicitan asilo en la frontera, también conocidas como Título 42, bajo las cuales Estados Unidos realizó más de 2.8 millones de expulsiones de migrantes desde marzo de 2020.
Los funcionarios estadounidenses han instado a los migrantes a registrarse antes de realizar el viaje y han advertido que deportarán a quienes consideren inelegibles y se les impondrá una prohibición de cinco años para su reingreso.
Durante el recorrido por el Darién no hay señal de teléfono y mucho menos de internet, por lo que la mayoría desconoce los nuevos anuncios del gobierno de Joe Biden sobre su política migratoria.
El ecuatoriano Welington Galarza Macías, de 49 años, salió de Guayaquil. Su recorrido hasta Acandí duró cuatro días. “Está complicado ahorita” por la creciente violencia en Ecuador, dijo Galarza, experto en el manejo de equipos pesados de construcción y quien espera conseguir una oportunidad en suelo estadounidense.
Según las autoridades panameñas más de 100,000 migrantes cruzaron el Darién este año y la ONU ha advertido que unos 400,000 podrían cruzar hasta fin de año, rompiendo el récord del año pasado de casi 250,000.