Agencias, Ciudad de México.- Los Jets de Nueva York despidieron al gerente general Joe Douglas, la más reciente consecuencia de la que ha sido una aciaga temporada.

Douglas cumplía el último año de su contrato después de llegar a Nueva York en 2019. Los Jets ostentan una marca de 3-8 en una temporada que comenzó con aspiraciones al Super Bowl al disponer de un Aaron Rodgers recuperado de una lesión como quarterback.

Pero perdieron tres de sus primeros cinco duelos y el propietario del equipo, Woody Johnson, despidió al entrenador Robert Saleh el 8 de octubre.

Los Jets decidieron también romper el vínculo con Douglas, quien acumuló una marca de 30-64 durante su etapa con los Jets.

“Hoy le informé a Joe Douglas que ya no se desempeñará como el gerente general de los Jets de Nueva York”, dijo Johnson en un comunicado divulgado por el equipo. “Quiero agradecer a Joe por su compromiso con los Jets durante los últimos seis años y desearle a él y a su familia lo mejor en el futuro”.

Johnson también anunció que Phil Savage, quien ha el principal asesor deportivo desde 2019, será el gerente general interino de los Jets por el resto de la temporada. Johnson dijo que el equipo comenzaría de inmediato el proceso para encontrar un nuevo gerente general.

Douglas no fue consultado por Johnson cuando el propietario tomó la decisión de despedir a Saleh y reemplazarlo de manera interina con el coordinador defensivo Jeff Ulbrich. Eso fue una clara indicación de que el puesto de Douglas también podría estar en peligro.

“Vengo aquí todos los días y solo quiero hacer lo que pueda para ayudar a este equipo a alcanzar sus metas y su destino”, dijo Douglas hace dos semanas cuando se le preguntó si estaba preocupado por su situación laboral. “Pasará lo que tenga que pasar”.

Los Jets tenían una foja de 3-6 en ese momento y Douglas insistió en que el equipo podría reaccionar.

“Obviamente, comienza conmigo”, dijo Douglas. “Puedo mirar atrás y hay bastantes cosas que podría haber hecho mejor. Obviamente, cuando sucede una situación como la que ocurrió hace cuatro semanas (el despido de Saleh), tienes muchos momentos de reflexión sobre las cosas que podrías haber hecho mejor para evitar que eso sucediera”, señaló.

“Pero tenemos una oportunidad aquí con estos últimos juegos para cambiar esa narrativa”, añadió.

Los Jets perdieron dos juegos más desde entonces, incluyendo una humillante derrota 31-6 en Arizona hace dos semanas seguida por dejar escapar una ventaja tardía al sucumbir 28-27 contra Indianápolis el pasado partido.

Johnson decidió que la semana de descanso de los Jets era el momento adecuado para emprender un cambio profundo en lugar de esperar hasta el final de la temporada. El equipo parece condenado a perderse los playoffs por 14to año consecutivo, la sequía activa más larga en la NFL.

La estadía de Aaron Rodgers con los Jets de Nueva York podría extenderse más allá de esta temporada, a pesar de las numerosas derrotas y decepciones.

El laureado quarterback, que cumplirá 41 años el 2 de diciembre, dijo anteriormente que le gustaría jugar algunos años más. Y al dia siguiente insistió en que el arranque de temporada con marca de 3-7 de los Jets en una temporada caótica no ha cambiado esa postura.

“No realmente”, dijo Rodgers en el vestuario después del entrenamiento. “No para lo negativo, no. No realmente.”

Luego, un reportero le preguntó si aún quiere jugar el próximo año.

“Creo que sí, sí”, afirmó el cuatro veces Jugador Más Valioso de la NFL mientras asentía con la cabeza.

El futuro de Rodgers más allá de esta temporada ha estado en duda en las últimas semanas, particularmente debido a su juego mediocre durante el peor inicio de su carrera de 20 años.

Le resta un año en su contrato que incluye 2,5 millones de dólares en salario base no garantizado, con 21 millones de dólares en bonos. Contaría con 23,5 millones de dólares contra el tope salarial de la próxima temporada. Pero si los Jets lo cortan antes del 1 de junio del próximo año, incurrirían en un cargo de dinero muerto de 49 millones de dólares —en caso de hacerlo después de esa fecha, sería de 14 millones.

Tuvo un comienzo lento en su regreso tras un desgarro en el tendón de Aquiles izquierdo que lo dejó fuera de la temporada pasada después de solamente participar en cuatro jugadas. Rodgers mostró destellos del jugador que fue en su mejor momento, incluyendo las victorias sobre Nueva Inglaterra, en la semana 3; y Houston, en la semana 9.

Sin embargo, siguió esa actuación contra los Texans con un fracaso en una derrota por 31-6 ante Arizona. Completó 22 de 35 pases para sólo 151 yardas, sólo uno de ellos de más de 10 yardas.

Rodgers también ha lidiado con problemas de tobillo, rodilla y muslo que visiblemente le han restado algo de la movilidad que lo ayudó a ser una gran amenaza en sus primeros años en la NFL.

“Quiero decir, no estoy jugando tan bien como me gustaría jugar, seguro”, dijo. “Lo bello de este juego es que es un deporte de equipo. La parte frustrante es que si eres un gran competidor, te apegas a un estándar realista.

“Y no he alcanzado ese nivel este año.”

Cuando Rodgers fue intercambiado a los Jets en abril de 2023, las aspiraciones — y expectativas — de llegar al Super Bowl se desataron. Su lesión en el partido inaugural terminó esas esperanzas el año pasado, pero el optimismo regresó durante el receso y el campo de entrenamiento.

Un comienzo de 2-3 llevó al despido del entrenador en jefe Robert Saleh por parte del propietario Woody Johnson, y el coordinador defensivo Jeff Ulbrich asumió el cargo de manera interina. El coordinador ofensivo Nathaniel Hackett, amigo de Rodgers desde sus días juntos en Green Bay, fue degradado como el responsable de mandar las jugadas, labor que recayó en el coordinador del juego de pase, Todd Downing.

Los Jets pactaron el mes pasado otro canje por el wide receiver Davante Adams, quien fue compañero de equipo de Rodgers durante ocho temporadas con los Packers.

Sin embargo, el equipo ha tenido dificultades, con un registro de 1-4 bajo Ulbrich antes de su partido contra Indianápolis. La “chispa” que Johnson creía que sería causada por el despido de Saleh no se ha traducido en un mejor juego en el campo.

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