Por Raúl Caraveo/Ciudad de México.- Hay eventos que nos parten el alma. Despedir personas muy importantes en nuestras vidas es uno de ellos, y lamentablemente entre más crecemos más nos van ocurriendo. Vacíos imposibles de llenar.
El domingo 25 de agosto, alrededor de las tres de la tarde falleció en Minatitlán, Veracruz, Irma Villalobos Pérez, hija de mi abuela Cirenia Pérez Díaz (EPD), hermana de mi madre Carlota Toledo de Caraveo, que falleciera el treinta de agosto de 1981. A partir de entonces, de 1981 me sentí como un barco sin brújula ni timón, pero pude seguir mi vida y eso fue gracias a varias a personas como Irma quien me quería como uno más de sus hijos y en cada visita que le hacía me llenaba de amor y cariño, siempre en compañía de su esposo el maestro Jesús Primo Muñoz (EPD). Cómo agradecerle todo lo que me regalo.
Irma fue una persona intachable, de una profunda fe en Dios, sociable y activa siempre con una sonrisa en el rostro y buena disposición para el consejo, el acompañamiento; a partir de la perdida de mi madre ella llenó ese vacío; recuerdo ahora como me presentaba orgullosa a todas sus amistades en las calles de Minatitlán como un hijo más resaltando que la visitaba con frecuencia por varios días generalmente en diciembre, solo o acompañado de mi familia.
En ningún otro lugar he sentido la esfera de cariño y amor hacia mí cuando me recibía por varios días de parte de ella y su esposo el tío Jesús Primo. Allá en su casa de la colonia petrolera de Mina.
Mi tía Irma tuvo una vida productiva y larga, por 84 años, confortable, rodeada de sus hijos y nietos, siempre predicando las enseñanzas de la fe en Dios. Hoy nos toca con el alma partida despedirla y desearle descansar en paz, rodeada del cariño y agradecimiento de todos los que la tratamos, de todos los que de alguna manera fuimos muy cercanos. En julio de 2021 falleció Jesús Primo –su esposo- y a partir de entonces su ánimo decayó, la tristeza y depresión le fueron mermando su salud, es comprensible después de tantos años juntos, inseparables. El ejemplo para todos los que la conocimos es el mejor legado que puede dejar una persona honesta y trabajadora que siempre lucho por sus ideales y cumplió sus metas en esta vida. Un fuerte abrazo a sus dos hijos Irma Cirenia y Jesús Primo Villalobos y a cada uno de sus nietos. Gracias a todas las personas que comparten ese sentimiento hoy. Por mi parte quiero de alguna forma devolver tanto cariño y amor que mi mamá Irma siempre me dio.
*Raúl Caraveo Toledo es licenciado en ciencia política por la UAM, ex catedrático de las Facultades de Psicología y de la Facultad Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana, escribe para www.gobernantes.com, www.revistadigitalqr.com.mx, ww