Agencias/ Ciudad de México.- Amazon, Boston Consulting, McKinsey, Unilever, Salesforce, Airbnb, GSK, y Nestlé, apoyaron en abril un plan de mil millones de dólares (mdd) que tiene el objetivo de abordar la deforestación, que ahora se enfrenta al desafío de establecer qué países recibirán fondos.
La iniciativa de reducción de las emisiones por la aceleración del financiamiento de los bosques (LEAF) se puso en marcha justo cuando nuevos datos mostraron que las emisiones de gases de efecto invernadero, procedentes de la pérdida de bosques tropicales antes intactos, habían superado las emisiones combinadas de las cinco economías más grandes de Europa.
Bajo el esquema propuesto, las empresas pagarían de hecho a países como Brasil, Indonesia y la República Democrática del Congo por créditos de carbono vinculados a evitar la deforestación.
Las organizaciones pueden utilizar esos créditos para compensar sus propias emisiones. Dado que los árboles absorben carbono, su tala cuenta como una fuente de emisiones de gases.
LEAF propuso contribuciones voluntarias de al menos 10 dólares por tonelada de emisiones de CO2 evitadas, o casi el doble de lo que se ofrece actualmente en el mercado voluntario de carbono.
“Anunciamos la convocatoria de propuestas de mil millones de dólares, 100 millones de toneladas a 10 dólares por tonelada. Pero eso es apenas el comienzo. Sabemos que eso no es suficiente”, mencionó Eron Bloomgarden, director ejecutivo de Emergent, una organización sin fines de lucro con sede en Estados Unidos que facilitará las transacciones.
A nivel mundial, en 2020 se perdieron más de 4.2 millones de hectáreas de bosque tropical primario húmedo, o un área similar al tamaño de Suiza, principalmente a causa de la agricultura, la producción de materias primas y los incendios forestales.
Como resultado, se liberaron 2 mil 650 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera de la Tierra, según los datos de Global Forest Watch del Instituto de Recursos Mundiales, basados en las estimaciones de carbono almacenado en la vegetación destruida y las estructuras radiculares.
La pérdida de bosques tropicales húmedos aumentó 12 por ciento en 2020, a pesar de la desaceleración económica mundial provocada por la pandemia. También chocó con los compromisos de las grandes multinacionales para prevenir la deforestación en sus cadenas de suministro provocada por la producción de soya, aceite de palma, madera y carne de res.
Los bosques tropicales primarios son particularmente importantes ya que no son completamente recuperables y pueden tardar siglos en regenerarse. Su eliminación resulta en una gran pérdida de biodiversidad del planeta.
Elizabeth Dow Goldman, directora de investigación GIS de Global Forest Watch, dijo: “Todos esperábamos que (2020) fuera el año en el que las cosas cambiarían. Sin embargo, (la pérdida de bosques primarios) aumentó… es decepcionante ver eso”.
Bajo el esquema de LEAF, Brasil podría recibir, en teoría, alrededor de mil mdd si su deforestación de bosques tropicales primarios se redujera solo 10 por ciento. Pero hay muchos países más que buscan apoyo financiero, donde el efecto también cambiaría sus economías.
Malasia es uno de los cuatro únicos países donde los bosques emitieron más carbono del capturado en las últimas dos décadas, convirtiéndolos en una fuente de carbono de un “sumidero” típico de carbono.
Los créditos vinculados a la deforestación que se evita no son nuevos y han causado controversia: los críticos dicen que es difícil garantizar que la protección de una zona no conduzca a la deforestación en otra. Además, algunos créditos de “deforestación evitada” se generan a partir de esquemas en áreas de bosques que no estaban realmente en riesgo de ser talados.
Bajo el plan LEAF, los países con bosques tropicales no recibirían financiamiento hasta que un tercero verifique que la deforestación se redujo en toda la “jurisdicción”, la nación, el estado o la provincia.
“En este momento, el modelo de desarrollo económico solo da valor a los árboles cuando se talan”, dijo Ruben Lubowski, economista jefe de recursos naturales del Environmental Defense Fund. “LEAF tiene como objetivo crear un financiamiento duradero para un modelo que sea consistente con bosques permanentes y medios de vida sostenibles para las comunidades indígenas y locales”.
Los defensores de LEAF argumentan que el enfoque evitará que se proteja un área mientras la deforestación se desplaza al lado, creando “islas verdes”. Se espera que los acuerdos de compra de reducción de emisiones se firmen con países tropicales a finales de año, pero los países no comenzarán a recibir financiamiento hasta que los proyectos hayan comenzado a generar créditos.