Agencias/Ciudad de México.- La nueva versión de La sirenita llegó a los cines y, a pesar de la polémica en torno al casting, ha tenido un buen desempeño en la taquilla local (Estados Unidos y Canadá), donde muchas niñas afroamericanas se sintieron representadas por Halle Bailey. Lamentablemente la cinta no tuvo la misma recepción en otros países, y en Disney están sorprendidos sobre todo por el fracaso en China y Corea del Sur, donde sus producciones suelen ser exitosas.

De acuerdo con The Hollywood Reporter, en los países asiáticos antes mencionados no sólo fracasó en taquilla La sirenita, también fueron el origen de muchas quejas, insultos racistas e intentos de boicot por el casting de Halle Bailey. Desde su estreno el 26 de mayo, la película recaudó $3.6 millones de dólares en China durante sus primeros cinco días, mientras que Spider-Man: A Través del Spider-Verso recaudó casi $20 millones de dólares en sus primeros cinco días.

En Corea del Sur la recaudación de La sirenita desde el 24 de mayo que se estrenó es de $4.4 millones de dólares, con 472,000 espectadores en su primera semana en cines; mientras que Rápidos Y Furiosos 10 en el mismo tiempo tuvo 643,000 espectadores. The Hollywood Reporter asegura que el fracaso en ambos países se debió específicamente a la respuesta racista ante la actriz principal, y como prueba citaron las reseñas negativas a la cinta provenientes de Corea del Sur, e incluso una columna en un diario chino afiliado al gobierno, The Global Times, donde se criticaba el casting:

La controversia en torno a la inclusión forzada de minorías en las películas clásicas de Disney no se trata de racismo, sino de su estrategia de narración perezosa e irresponsable. Muchos internautas chinos dijeron que, al igual que Blancanieves, la imagen de la princesa sirena en los cuentos de hadas de Hans Christian Andersen lleva mucho tiempo arraigada en sus corazones y se necesita un salto de imaginación para aceptar el nuevo casting.

El color de piel ha sido un factor determinante de estigma y discriminación en diversas sociedades, y Asia Oriental no es la excepción. En China y Corea del Sur la obsesión por la piel blanca es un fenómeno cultural y social arraigado que ha sido alimentado por las normas de belleza y las estructuras socioeconómicas.

En China, la preferencia por la piel blanca tiene raíces históricas profundas. Durante siglos, una piel pálida fue un símbolo de estatus social, ya que indicaba que una persona no necesitaba trabajar en el campo bajo el sol y, por lo tanto, era de una clase alta. Esta concepción se ha mantenido y reflejado en los estándares modernos de belleza, donde la piel blanca sigue siendo altamente valorada y asociada a la belleza, el éxito y la feminidad. La publicidad en China a menudo muestra modelos de piel clara, lo que perpetúa estas normas de belleza.

Por otro lado, en Corea del Sur, la obsesión por la piel blanca es igualmente evidente. En la sociedad coreana, la piel clara se considera un ideal de belleza que está estrechamente vinculado a la feminidad y la pureza. A su vez, la influencia de los medios de comunicación y la industria de la cosmética ha alimentado esta obsesión, ofreciendo una gama de productos para el cuidado de la piel destinados a aclarar el tono de la piel.

Sin embargo, estos ideales de belleza pueden tener consecuencias negativas, como la discriminación racial y el racismo colorista. Aquellos que tienen un tono de piel más oscuro pueden enfrentar prejuicios y estigmatización. En particular, las minorías étnicas y los inmigrantes pueden experimentar racismo y exclusión debido a sus características físicas.

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