Agencias/Ciudad de México.- El juicio contra el exPresidente de Hondura, Juan Orlando Hernández, ha iniciado con un cúmulo de acusaciones en una Corte de Nueva York, Estados Unidos (EEUU).

Después de ser extraditado a EEU., el fiscal federal para el distrito sur de Nueva York, Damian Williams, desglosó ayer una serie de cargos contra Hernández.

Aunque el exmandatario niega los cargos en su contra, el pliego acusatorio afirma que el político habría logrado su meteórico ascenso con apoyo de narcotraficantes de la talla del Joaquín ‘el Chapo’ Guzmán, exjefe del cartel de Sinaloa, y Geovanny Fuentes Ramírez, un peligroso capo acusado de traficar con cocaína.

Según Williams, Hernández “presuntamente se asoció con algunos de los narcotraficantes más prolíficos del mundo para construir un imperio corrupto y brutalmente violento, basado en el tráfico ilegal de toneladas de cocaína a los EEUU”

La alianza habría iniciado cuando el exmandatario era congresista y aparentemente se afianzó después de que llegara a la presidencia, un puesto que ocupó por dos períodos consecutivos.

La comparecencia del exmandatario, de 53 años, está prevista para este viernes ante el juez magistrado Stewart D. Aaron.

En el comunicado emitido por el Departamento de Justicia, la administradora de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), Anne Milgram, adelantó que la investigación de esa agencia reveló que Hernández “utilizó las ganancias del narcotráfico para financiar su ascenso político y, una vez elegido presidente, aprovechó los recursos policiales, militares y financieros del Gobierno de Honduras para promover su plan” para el tráfico de estupefacientes.

Ese ‘plan’, sostiene la DEA, comenzó en 2004 y se extendió hasta este año, permitiendo el envío de unos 500.000 kilos de cocaína a EEUU, durante ese período.

El modus operandi del exmandatario habría consistido en usar su cargo para que el Ejército apoyara a las organizaciones de narcotraficantes de países como Honduras y México.

Además del ‘Chapo’ Guzmán y Fuentes Ramírez, el expresidente habría protegido a su hermano, el excongresista Juan Antonio Hernández Alvarado, alias ‘Tony’, quien fue condenado en EE.UU. por delitos de narcotráfico. Ese amparo le habría permitido “enriquecerse, financiar sus campañas políticas y cometer fraude electoral”, dice la acusación.

En 2013, refiere el Departamento de Justicia, Hernández aceptó un millón de dólares para su campaña presidencial por parte del ‘Chapo’, a cambio de “continuar protegiendo las actividades de narcotráfico del Cartel de Sinaloa en Honduras”. El político ganó ese comicio y, por esas mismas fechas, se habría asociado con Fuentes Ramírez para “meter droga en las narices de los gringos”.

Su reelección, que ocurrió en 2017, también habría contado con el beneplácito de los capos del narcotráfico, que lo apoyaron económicamente y le permitieron contar con recursos para “sobornar a políticos y funcionarios electorales con drogas”. Al año siguiente, en 2018, su hermano ‘Tony’ fue acusado en EEUU por participar en una conspiración para tráfico de drogas.

En las pruebas presentadas durante ese proceso judicial aparecieron las siglas JOH, que presuntamente aludían al exmandatario hondureño, en los “libros de contabilidad” de un capo. Esa evidencia demostraría que hubo pagos a Hernández y su hermano Tony para contar con el apoyo del Gobierno en las operaciones de tráfico de drogas.

A mediados de febrero de este año, semanas después de entregar el poder en Honduras, Hernández fue arrestado por las autoridades de su país, por petición de EEUU.

Washington presentó una solicitud de extradición que fue concedida por la Justicia y que se hizo efectiva el pasado jueves, tras una apelación por parte del exmandatario.

Hernández está acusado de conspiración para importar cocaína a los EEUU.

En caso de ser hallado culpable, tenía una sentencia mínima de 10 años y una máxima de cadena perpetua. Del mismo modo, tiene cargos por uso de armamento “para fomentar la conspiración de importación” de esa misma droga, lo que podría acarrear a una condena que va desde los 30 años a cadena perpetua.

El tercer cargo que le imputan es el de conspiración para usar y portar ametralladoras y dispositivos destructivos “en apoyo de la importación de cocaína”, lo que podría implicar una sentencia máxima de cadena perpetua. Sin embargo, la última palabra la tendrá el juez.

Después de su extradición, la esposa de Hernández, Ana García, expresó en redes sociales su confianza en la inocencia del exmandatario y la convicción de que “volverá” a Honduras.

“Creo en ti, creo en tu inocencia, tu familia y tu nación por la que tanto luchaste estarán esperando por ti; estamos convencido que volverás, claro que volverás porque eres inocente”, escribió.

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