Tal Cual/Por Luis Carlos Rodríguez González/Ciudad de México.- La película “Roma” del director Alfonso Cuarón con 10 nominaciones a los Premios Óscar, más allá de la situación política y social del México de los años 70´s, del episodio la Masacre contra estudiantes del Jueves de Corpus o Halconazo y la vida de una joven indígena que vive, trabaja y acaba siendo parte de una familia clase media-alta de la Colonia Roma, refleja también el fenómeno de la migración en la hoy llamada megalópolis, incluida Ciudad Nezahualcóyotl, Chimalhuacán, Iztapalapa, Álvaro Obregón y otras zonas de la capital.
La escena donde Cleo, es decir la actriz Yalitza Aparicio, llega a Neza para buscar a su novio, Fermín, quien en unos llanos terregosos recibe adiestramiento paramilitar por parte del legendario profesor “Zovek” y de militares coreanos y estadunidenses para ser parte del grupo represor de Los Halcones, refleja lo que cientos de miles de capitalinos y mexiquenses vivimos y vivieron cuando llegaron a la hoy megalópolis.
Camiones de los llamados “guajoloteros”, antecedente de los “chimecos” que salían de la Calzada y Metro Zaragoza hacia los diferentes municipios mexiquenses al oriente de la Ciudad de México, las casas de madera y cartón, los mítines políticos del entonces partido hegemónico -PRI-, los cerros con las siglas de LEA -Luis Echeverría Álvarez- entonces candidato presidencial pintadas con cal y las señoras y niños que caminaban por estos páramos de tierra, charcos y lodo.
El origen de Nezahualcóyotl fue resultado de la crisis estructural del campo mexicano, de las migraciones campo-ciudad, del impulso del modelo industrializador por sustitución de importaciones, además del creciente déficit de empleos bien remunerados de los que, desde mediados del siglo XX, ya carecía el país.
Desde los mediados de los años 60´s empezó el éxodo de familias provenientes principalmente de Oaxaca, Michoacán, Jalisco, Guerrero y del mismo estado de México, hacia esa zona atraídos por la búsqueda de empleo y mejores oportunidades de estudio para sus hijos por la cercanía con la capital del país.
La periodista y profesora de la ENEP Zaragoza, Esther Arzate, recuerda como fue parte de esa migración cuando con su familia llegó a Neza de su natal Michoacán: “Lo que más me gustó de -la película- Roma fue la recreación que lograron de la Ciudad de México, pero amé como lo hicieron de Nezahualcóyotl. Llegué a esa ciudad en 1976, acurrucada en los pies de mi mamá quien iba como copiloto en la mudanza y llevaba en brazos a mi hermanita Bety, que era una bebé”.
“Las casas con techos de cartón, el lodo que cuando se secaba se cuarteaba y que yo desprendía para jugar a la comidita, las telarañas de cables de electricidad, los campos de fútbol llanero, los terrenos divididos con alambre de púas. Todo sigue en mi memoria y Cuarón lo retrató tal cual”.
“Cuando me casé me fui a Chimalhuacán y volví a vivir una historia similar. Soy el resultado de esos dos municipios que me recibieron y me formaron en condiciones precarias, rodeada de amor, de fiesta, de solidaridad, de peligro, pero sobre todo de mucho esfuerzo y trabajo. Dice un poema que al lugar donde fuiste feliz no debes volver, pero cada semana vuelvo a la FES Aragón, que está en Nezahualcóyotl y todos los fines de semana regreso a Chimal, para no olvidarme nunca de agradecer”.
Por cierto, otro aspecto que liga la política migratoria del Presidente Donald Trump con la película Roma tiene que ver con el personaje “El Fermín” protagonizado por el actor mexicano Jorge Antonio Guerrero, ya que debido a las nuevas restricciones y requisitos le han negado tres veces la visa para entrar a Estados Unidos. El actor, que interpreta a uno de los “halcones” tal vez no pueda asistir a la ceremonia de entrega de los Premios Óscar el próximo 24 de febrero. Tal Cual.