Agencias/Ciudad de México.- Mario González mexicano que sobrevivió la masacre en salas de masaje en la zona de Atlanta denunció que ha sido víctima de maltratos a manos de los policías, que lo mantuvieron esposado cuatro horas después de los sucesos.
González relató que estuvo encerrado en una patrulla policial afuera de la sala de masajes. Sus declaraciones, al website noticioso Mundo Hispánico, surgen en medio de cuestionamientos a los agentes que acudieron al lugar del crimen del 16 de marzo, donde murieron cuatro personas.
Otras cuatro murieron una hora después en dos salas similares en Atlanta.
Las denuncias de González implican que siguió detenido incluso después de que las autoridades difundieron imágenes captadas por cámaras de seguridad del presunto autor de la matanza, y después de que éste fuera capturado a unos 240 kilómetros (150 millas) al sur de Atlanta.
González se preguntó si las autoridades lo trataron así por el mero hecho de ser mexicano.
El Departamento de Policía del Condado Cherokee no respondió a pedidos de comentarios.
Robert Aaron Long, un hombre blanco de 21 años, está acusado de matar a cinco personas, entre ellas a la esposa de González, Delaina Ashley Yaun, en el primer lugar cerca de Woodstock, a unos 50 kilómetros (30 millas) al sur de Atlanta. Un hombre fue herido. En total, siete de las víctimas eran mujeres, seis de ellas de ascendencia asiática.
El capitán Jay Baker de la policía del condado Cherokee fue suspendido como vocero en el caso luego que, al día siguiente del suceso, expresó a reporteros que Long “tuvo un mal día” y “esto fue lo que hizo”.
Una página de Facebook que al parecer pertenece a Baker promovía una camiseta con mensaje racista contra los chinos culpándolos por el surgimiento del coronavirus.
El jefe policial Frank Reynolds emitió un comunicado reconociendo que los comentarios de Baker provocaron “debate y enojo” y lamentando que sus comentarios hayan causado “tristeza”.
González y Yaun, de 33 años, habían contratado a una niñera para su hijita de ocho meses y fueron a Youngs Asian Massage para darse unos masajes. Estaban en cuartos separados cuando el agresor irrumpió.
González escuchó los disparos pero no abrió la puerta por temor, relató a Mundo Hispánico. La policía llegó a los pocos minutos y lo colocó en la patrulla esposado.
“Llegó la policía, pero ¿qué hizo? Arrestarme”, relató González.
“Me detuvieron en la patrulla todo el tiempo hasta que investigaron”, añadió.