Buenos Aíres, Argentina, 12 enero 2017.-Parece una paradoja: mientras Argentina cuenta con uno de los mejores jugadores de fútbol del mundo en la actualidad, Lionel Messi, con uno de los mejores de todos los tiempos, Diego Armando Maradona, y con una selección nacional plagada de estrellas (aunque hace rato no salen primero en un campeonato de nivel), se profundiza cada vez más la crisis de su fútbol y peligra el reinicio del campeonato local.

El reelecto presidente del club San Lorenzo de Almagro, Matías Lammens, admitió recientemente que ve “muy complicado” el reinicio del campeonato por las deudas de “varios meses de sueldo a los jugadores de diversos clubes”.

Mientras la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) entregó premios a los mejores del año y dio luz verde a una propuesta del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, de que el mundial de fútbol de 2026 se juegue con 48 equipos en vez de los 32 actuales (nueva estructura que generaría 640 millones de dólares adicionales), los argentinos están a la expectativa de qué ocurrirá en los venideros días con su fútbol, cuál será su futuro.

El fútbol argentino terminó el 2016 envuelto en un sinnúmero de interrogantes, pero la que más preocupa a todos los amantes en este país del deporte de las multitudes es el reinicio del torneo de primera división, en receso desde el pasado 19 de diciembre y en el que participan 30 equipos. Lamentablemente, no hay motivos para pensar que esas dudas se diluyan en las próximas semanas.

Muchos no nos imaginamos, a pesar de la complejísima situación, este escenario. Jugadores, técnicos, directivos, aficionados y fanáticos miran al cielo y esperan un milagro que los devuelva a los estadios, a su mundo, a su pasión.

Y es que Argentina es fútbol. Los más de 40 millones de habitantes de este pintoresco país disfrutan, se apasionan y sufren ante cada jugada, cada resultado, cada gol. No conciben sus vidas alejados de ese mundo de gambetas, penaltis y tiros libres.

La actual crisis, quizás la mayor de las últimas décadas, comenzó cuando hace un año fue imposible elegir al sustituto de Julio Grondona (por más de 20 años al frente de la poderosa y muy cuestionada Asociación de Fútbol de Argentina (AFA), al producirse un lamentable incidente en la votación, después de que el recuento de los votos de los 75 representantes de clubes de fútbol habilitados arrojó como resultado un insólito empate de 38 sufragios.

Hoy se asiste a una película en varias partes, en la que unos y otros se culpan de lo que está sucediendo: discusiones por los derechos de transmisión de TV, disputa de poderes entre el Gobierno, los clubes grandes y los chicos, deudas a futbolistas y técnicos, donde la afición es la más perjudica, en un país eminentemente futbolero.

El último capítulo de este culebrón, al menos por el momento, está en manos de la Cámara Federal. Esta instancia judicial tendrá que decidir, en febrero próximo, si le da curso o no al pedido presentado por el club Argentino de Quilmes (y suscripto por otros 30 clubes), de realizar de inmediato llamado a elecciones en la AFA.

Aunque son varias las causas de esta crisis, una de las más visibles y generadoras de otras es la decisión del actual gobierno de concluir, desde el pasado primero de enero, las transmisiones televisivas gratuitas (“Fútbol para Todos”), propiciadas por el anterior gobierno. El contrato entre la AFA y el Gobierno sigue sin rescindirse, por lo que los clubes no pueden reiniciar su pretemporada por falta de pago.

Los clubes demandan que el Estado pague la última cuota del programa “Fútbol para Todos” para poder saldar las deudas que mantienen con los futbolistas. “Si no aparece la plata es inviable que comience la actividad. Hay muchos clubes con una abultada deuda que están casi en cesación de pago“, aseguró por estos días el secretario General de Futbolistas Argentinos Agremiados Sergio Marchi.

Entretanto, la “casa madre del fútbol argentino”, intervenida por una Comisión Normalizadora de la FIFA debido a sospechas de corrupción, sigue acéfala por la dilación de las elecciones para elegir al sustituto de Julio Grondona, quien falleciera hace más de dos años, poniendo fin a una era marcada por altibajos en el fútbol albiceleste. (Tomado de Cubadebate).

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