Agencias/Ciudad de México.- El marido y los tres hijos pequeños de Charley Davison estaban ya en cama en la costa oriental de Inglaterra, antes de que ella se colocara su protector de cabeza y subiera al cuadrilátero para pelear en el Mundial de boxeo, a comienzos de este año, en el sur de Colorado.
Davison, de 30 años, pudo perseguir sus sueños olímpicos al otro lado del mundo, gracias al crecimiento espectacular del boxeo femenino.
En poco más de una década, el deporte ha proliferado. En su debut olímpico, había sólo 36 boxeadoras en tres categorías distintas en Londres. En París, hay paridad.
La mitad de los 248 boxeadores serán mujeres, que competirán en seis pesos distintos. La adición de una división adicional gallo (54 kilogramos) en los Juegos Olímpicos de París cambió el panorama para peleadoras como Davison.
“Después de los Juegos de Tokio, si no iba a haber una división de 54, yo iba a colgar los guantes”, contó la excampeona juvenil que dejó el boxeo durante siete años antes de volver para ponerse en forma tras el nacimiento de sus hijos.
“En vista de que los 51 se estaban poniendo muy complicados y no soy suficientemente grande para los 57, los 54 fueron una bendición”, añadió. “En cuanto escuché que habría ese peso, supe que era para mí. Cada kilo marca una diferencia. Sé que no soy la única agradecida. Creo que es ideal para muchas mujeres tener tantas categorías. Esto marca una diferencia para el deporte”.
Davison peleó por Reino Unido en Tokio pero cayó en los albores. Tres años después, tiene la oportunidad de probar de nuevo, sólo porque el COI se ha comprometido con el crecimiento del deporte. Esencialmente, el boxeo ha alcanzado la paridad de género junto con el resto del programa olímpico.
Y decenas de mujeres más están recibiendo una oportunidad.
“Desde que comencé, especialmente en el nivel internacional, el desempeño de las boxeadoras ha crecido increíblemente”, recalcó la canadiense Tammara Thibeault, monarca mundial de las medianas y quien se dirige a sus segundos Juegos Olímpicos luego de llegar a los cuartos de final en Tokio. “Eso nos hace mejores a todas porque nos impulsamos mutuamente. Así es como crece un deporte, y realmente estamos creciendo ahora”.
El boxeo femenino ha atraído a deportistas como la australiana Tiana Echegaray, quien hace apenas cinco años jamás lo había practicado. Tenía 25 años y se aburría en un trabajo de oficina en el negocio de la música en Sydney.
Un día comenzó a entrenar y ahora es deportista olímpica.
“Pienso que quizás el lado creativo que tengo vio el boxeo como un arte”, dijo Echegaray, quien estudió música. “Es muy bello, ¿saben? Cuando ves competir a boxeadores realmente talentosos, es lo más bonito que hay. Es muy agradable observarlo”.
De hecho, el boxeo de mujeres ha cambiado drásticamente en los 12 años transcurridos desde su debut en Londres. Y la transformación no sólo se percibe en el nivel amateur.
El boxeo femenino pasó décadas como un espectáculo secundario en el nivel profesional. Las pugilistas recibían una fracción de las bolsas reservadas para los hombres, y obtenían apenas respeto.
Aunque el boxeo masculino sigue siendo prominente en el nivel profesional, resulta viable para cientos de mujeres seguir una carrera en este deporte, de una forma que no existía antes de que los torneos olímpicos generaran interés de los aficionados y promotores.
En el primer sábado de los Juegos Olímpicos, Claressa Shields, dos veces medallista de oro, encabezará una cartelera en Detroit, con su pelea por el título de las pesadas del CMB. En el segundo sábado, la británica Caroline Dubois y la uruguaya Maira Moneo encabezarán una función en Inglaterra.
Y aunque campeonas olímpicas como Shields y Katie Taylor han optado por lucrativas carreras profesionales, los Juegos Olímpicos significan más todavía en la rama femenina que en la masculina, debido al interés declinante de muchos prospectos y al decremento en las oportunidades olímpicas, causado inadvertidamente por el crecimiento del deporte femenino desde que el COI ha añadido mujeres y recortado vacantes para hombres.
De hecho, el ascenso del boxeo femenino habría salvado a todo este deporte de la exclusión olímpica.
El COI no ha incluido el boxeo en el programa preliminar de Los Ángeles 2028, luego de suspender y desaparecer el controvertido organismo rector, la AsociacIón Internacional de Boxeo, tras años de conflictos.
El boxeo no estará en los Juegos de 2028 si no se crea u n nuevo organismo para 2025, de acuerdo con el COI.
World Boxing, organización escindida y creada por varias naciones occidentales, tiene miembros en buena parte del mundo y está cobrando fuerza. Pero incluso si no logra reemplazar a la AIBA para el año próximo, el COI estaría reacio a deshacerse de este deporte, aunque se perciba como un tanto problemático y regresivo.
Y es que ello significaría retirar a más de 100 mujeres del programa olímpico, apenas 16 años después de que se rompió la barrera de género.
En tanto se decide su futuro olímpico, las mujeres continuarán generando el crecimiento y las oportunidades para un antiguo deporte olímpico con una segunda vida en la era moderna.
“Pienso que es fantástico”, dijo Billy Walsh, entrenador de la delegación estadounidense. “El deporte está creciendo. Cada día uno ve a más mujeres en este deporte, y muchas están ganando y siendo buenos modelos de conducta. Vamos a tener incluso más”.
El boxeo olímpico se rige por un reglamento especial. Sólo pueden competir los boxeadores amateur, lo que significa que los Juegos Olímpicos son a menudo el punto de partida de una brillante carrera para algunos de los más grandes nombres de este deporte. Tal fue el caso de Muhammad Ali; bajo el nombre de Cassius Clay, Ali ganó el oro en el peso semipesado en los Juegos Olímpicos de Roma 1960.
Entre 1894 y 2012, los boxeadores masculinos estaban obligados a llevar casco protector, pero la norma fue eliminada para los Juegos de Río 2016 (en la actualidad, las atletas femeninas sí están obligadas a utilizar casco protector). Cada combate se disputa a tres asaltos de tres minutos cada uno para los hombres y a cuatro asaltos de dos minutos cada uno para las mujeres.
Al final de cada asalto, cada uno de los jueces determina un ganador en base a los criterios de valoración y otorga al vencedor 10 puntos por ese asalto. El perdedor del asalto puede recibir entre siete y nueve puntos, en función de su nivel de rendimiento en ese parcial. Una vez finalizado el combate, cada juez suma las puntuaciones de los asaltos para determinar así el ganador.
El boxeo hizo su debut en los Juegos Olímpicos modernos de 1904, en San Luis, y desde entonces se ha disputado en todos los Juegos salvo en los de Estocolmo 1912, ya que la ley sueca prohibía ese deporte en ese entonces. El boxeo femenino se introdujo por primera vez en el programa olímpico en Londres 2012.
Estados Unidos arrasó en el podio de los Juegos de 1904 de San Luis, ya que fue el único NOC que compitió en la prueba. Los atletas del equipo estadounidense continuaron con la cosecha de éxitos olímpicos en este deporte (117 medallas), mientras que los competidores de Cuba (78 medallas) y Gran Bretaña (62 medallas) también han obtenido buenos resultados.