Agencias / InsurgentePress, Ciudad de México.- El 19 de octubre de 2017 Robert Weryk descubrió lo que resultó ser el primer asteroide –o más probablemente el primer cometa– que vemos pasar por el sistema solar que viene del espacio interestelar. Pero lo descubrió un poco tarde porque ya se estaba alejando del Sol.
En esta charla Karen J. Meech de la Universidad de Hawaii habla de la historia de ‘Oumuamua, el primer visitante de otro sistema estelar, y nos cuenta las prisas con las que tuvieron que andar para conseguir tiempo en distintos telescopios para poder observarlo y responder algunas cosas sobre él. Cosas como de qué está hecho, cuanto pesa, de dónde viene, y cómo se creó.
Por supuesto al no haberlo podido observar de cerca hay cosas que nunca podremos responder ni asegurar con completa certeza, como por ejemplo que no se trata de un objeto artificial. Al contrario, y como suele pasar en ciencia, nos deja casi con más preguntas de las que teníamos antes.
Pero como dice Karen, lo que nadie puede quitarnos es que hemos sido los primeros en la historia de la humanidad en ver un visitante de otro sistema solar.
The story of 'Oumuamua, the first visitor from another star system | Karen J. Meech https://t.co/xodKPbDGJ0
— Prof. Abel Méndez (@ProfAbelMendez) July 24, 2018
Los datos han revelado que ‘Oumuamua tiene una aceleración propia además de la que le produce la influencia gravitacional de otros astros.
Esta aceleración solo se puede explicar si ‘Oumuamua es un cometa. Mientras que los asteroides son cuerpos rocosos y secos, los cometas están recubiertos de hielo y, cuando se acercan a una estrella, se calientan y expulsan un halo de hielo y polvo, conocido como coma. La coma los impulsa en dirección opuesta a la estrella y en ocasiones forma una vistosa cola, como en el caso del cometa Halley.
La opción más probable era que ‘Oumuamua fuera realmente un cometa, ya que en teoría son los objetos más abundantes en las afueras de sistemas planetarios y, por lo tanto, es más fácil que acaben perdiéndose en el espacio y visitando otro sistema. Pero hasta ahora nadie ha logrado detectar la coma de ‘Oumuamua. Por eso, los científicos habían llegado a la conclusión de que, contra todo pronóstico, era un asteroide, o quizá un nuevo tipo de objeto a medio camino entre un asteroide y un cometa.
Ahora, gracias a las nuevas observaciones, el equipo de astrónomos liderado desde la ESA ha detectado que, cuando ‘Oumuamua se acercó al sol, experimentó una aceleración en dirección contraria a la estrella, de una intensidad mil veces menor a la debida a la atracción gravitatoria del sol, declara por correo electrónico Marco Micheli, que ha dirigido la investigación. Y esa aceleración solo se puede explicar si expulsó gas en dirección al sol, lo que demuestra que es un cometa. “Todas las otras explicaciones que hemos probado no pudieron explicar el efecto observado”, remarca Micheli, desde el centro de seguimiento de objetos cercanos a la Tierra de la ESA.
“Cuando me di cuenta por primera vez de la existencia de una aceleración no gravitacional, me sorprendí bastante”, relata el investigador. “Pero, tras hallar la explicación cometaria, creo que el escenario global es extremadamente lógico y que concuerda con lo que se esperaba teóricamente para un objeto interestelar”.
Que los astrónomos no hayan logrado detectar su coma podría explicarse porque “’Oumuamua es un objeto bastante pequeño y la cantidad de gas que se necesita para producir la aceleración que hemos observado es muy reducida, tanto que podría no verse en las imágenes”, argumenta Marco Micheli.
Actualmente, ‘Oumuamua se aleja del sol a 110,000 kilómetros por hora. Se encuentra ya más lejos que Júpiter y se dirige hacia la constelación de Pegaso, informa Micheli. Está tan lejos que ya ni el Telescopio Espacial Hubble, de la NASA y la ESA, puede verlo. Aunque es posible que dé nuevas sorpresas a medida que se siguen analizando las observaciones, “nuestra mayor esperanza es descubrir otro objeto interestelar pronto y estar preparados para observarlo tanto como sea posible cuando llegue”, concluye Marco Micheli.