Agencias, Ciudad de México.- Datos del telescopio espacial Gaia de la ESA y el instrumento GRAVITY de ESO en la Tierra, permitieron fotografiar los compañeros tenues de ocho estrellas luminosas que nunca antes se habían visto.

La técnica abre la posibilidad de capturar imágenes de planetas que orbitan cerca de sus deslumbrantes estrellas anfitrionas, según la ESA.

Un equipo internacional de astrónomos dirigido por Thomas Winterhalder, científico del Observatorio Europeo Austral (ESO), buscó en el catálogo producido por Gaia y logró identificar ocho estrellas que serían el objetivo de GRAVITY, el interferómetro avanzado de infrarrojo cercano del Very Large Telescope de ESO, en Cerro Paranal, Provincia de Chile.

Gracias a GRAVITY, el equipo captó la señal luminosa de los ocho compañeros previstos, siete de los cuales eran desconocidos hasta ahora. Tres de los compañeros son estrellas muy pequeñas y tenues, mientras que los otros cinco son enanas marrones.

Una de las enanas marrones detectadas orbita su estrella anfitriona a la misma distancia que la Tierra del Sol, siendo la primera vez que se pudo capturar directamente una enana marrón tan cerca de su estrella anfitriona.

“Hemos demostrado que es posible capturar una imagen de una estrella compañera débil, incluso cuando orbita muy cerca de su brillante anfitriona”, explicó Thomas Winterhalder. “Este logro resalta la notable sinergia entre Gaia y GRAVITY”.

Las pequeñas compañeras inferidas a partir de las observaciones de Gaia se sitúan normalmente en ángulos de separación minúsculos, de unas pocas docenas de miliarcosegundos, lo que equivale aproximadamente al tamaño de una moneda de un euro vista desde 100 km de distancia.

“En nuestras observaciones, los datos de Gaia actúan como una especie de indicador”, continúa Thomas. “La parte del cielo que podemos ver con GRAVITY es muy pequeña, por lo que necesitamos saber dónde mirar. Las mediciones precisas y sin precedentes de Gaia sobre los movimientos y posiciones de las estrellas son esenciales para orientar nuestro instrumento en la dirección correcta en el cielo”, destaca.

Además, la complementariedad de Gaia y GRAVITY va más allá de hacer observaciones de seguimiento y permitir detecciones. Al combinar los dos conjuntos de datos, los científicos pudieron “pesar” los objetos celestes por separado y diferenciar la masa de la estrella anfitriona y la de su respectiva compañera.

GRAVITY también midió el contraste entre la estrella compañera y la anfitriona en una serie de longitudes de onda en el infrarrojo, lo que sumado a las estimaciones de masa, permitió al equipo evaluar la edad de las compañeras.

Sorprendentemente, dos de las enanas marrones resultaron ser menos luminosas de lo que cabría esperar dado su tamaño y edad. Una posible explicación podría ser que las propias enanas tienen una compañera aún más pequeña.

A partir de ahora, los científicos utilizarán la alianza Gaia-GRAVITY para rastrear posibles planetas compañeros de las estrellas incluidas en el catálogo de Gaia.

Los procedimientos que se muestran en su trabajo no se limitan a las compañeras enanas marrones, sino que también se pueden aplicar fácilmente a candidatos planetarios. Dichos candidatos aún son escasos en DR3, pero deberían estar disponibles en DR4, que se espera que se publique en 2026.

Los datos de series temporales astrométricas que se publiquen allí constituirán un tesoro de candidatos planetarios accesibles con GRAVITY. Y, por último, con la inminente llegada de GRAVITY+, la posibilidad de acceder a compañeros en contrastes aún más pequeños es un buen augurio para las futuras sinergias entre Gaia y GRAVITY, así como para la obtención de imágenes directas en general.

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