InsurgentePress, Ciudad de México.- Allá lejos y hace tiempo, quien buscaba un préstamo o ahorrar su dinero, no tenía la posibilidad de acceder a una red bancaria, en el interior de México, con el deseo de recurrir a dichas entidades. Con los años surgieron conceptos de Cajas Populares o Cajas de Ahorro que surgirían en diferentes estados de la nación cuyo funcionamiento semejaban a las cooperativas financieras de Europa, Estados Unidos y Canadá.
En épocas del Porfiriato, 1876 a 1911, se realizaron múltiples intentos en fundar cooperativas de ahorro y crédito, pero los avatares financieros hicieron naufragar los desarrollos. En 1949, el sacerdote Pedro Velázquez Hernández retomó la idea de promoción de las Cajas Populares con el propósito de autoayuda a la clase baja, enviando varios sacerdotes a Canadá a los efectos de estudiar el funcionamiento de las Caisses Populaires, así también las uniones de crédito en Estados Unidos.
Velázquez Hernández materializó su idea en la Ciudad de México, con la primera Caja Popular en 1951, y meses después la primera Asamblea Constitutiva de la Caja Popular. Hacia 1954 se crea el Consejo Central de Cajas Populares, finalmente en 1964 se funda la Confederación Mexicana de Cajas Populares (CMCP), reuniendo a todas las cajas del país. El año 1993 correspondió al mayor número existente de Cajas Populares: 234 con más de 550 mil integrantes y activos por más de mil millones de pesos nuevos.
Seis principios son la base del cooperativismo, la Caja Popular Mexicana (CPM, creada en 1995), dejó de ser CMCP; reunía 120 cajas asociadas en septiembre de 1994 antes de su creación, sin tendencia religiosa o política, la CPM se apega a:
+Membresía de puertas abiertas, toda persona mayor de edad perteneciente a la comunidad puede solicitar su membresía.
+Un hombre un voto, cada integrante goza de voz y voto en la asamblea.
+Rendimientos de capital son limitados o nulos, ningún integrante puede beneficiarse de otro.
+Excedente o déficit se distribuye de acuerdo al monto y frecuencia de solicitud de préstamo y no según contribuciones de capital (la CPM al convertirse en sociedad de ahorro y préstamo [SAP], tiene tres opciones en distribución de excedentes: a- obras de caridad; b- reserva en caso de pérdida crediticia, o c- reducir cobro de intereses sobre préstamos otorgados).
+Parte del excedente será retenido a los efectos de instruir a los integrantes sobre cooperativismo.
+Cooperativas deben unirse a confederaciones que promueven el cooperativismo.
Gracias a la Ley General e Organizaciones y Actividades Auxiliares de Crédito, 1991, las Cajas Populares pueden solicitar a la Secretaría de Hacienda el reconocimiento legal como Sociedades de Ahorro y Préstamo (SAP). Después de la aprobación de la ley, más de cien cajas abandonaron la CPM solicitando su independencia institucional. Y en 1995 la CPM se constituyó en una sola entidad operando legalmente en el sistema financiero del país; a octubre de 2017 contaba con más de 2 millones de socios.
Medios digitales dieron a conocer en noviembre de 2017 la advertencia de la Condusef sobre la posible quiebra de 97 Cajas Populares, las mismas no están autorizadas por dicha institución o por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), a su vez existen 156 entidades cooperativas autorizadas por los organismos mencionados. Conoce las Cajas Populares autorizadas (documento de descarga en formato PDF del gobierno de México).
Instituciones gubernamentales, Condusef o CNBV, deberían alertar a la población en un informe mensual sobre las Cajas Populares no autorizadas para operar en el sector financiero de México, de esta manera los ahorristas no serían sorprendidos en su buena fe. A febrero de 2018 la banca comercial había otorgado créditos al sector público federal por valor de 1.3 billones de pesos; mientras las cooperativas aprobaron préstamos por 77 mil 159 mdp, de los cuales, los créditos de consumo representaron 63 mil 834 millones en junio de 2017.
Con información de Agencia MyPress