Agencias/ Ciudad de México.- El primer ministro Yoshihide Suga desconocía aún ayer si se permitirá el ingreso de espectadores a las competiciones durante los Juegos Olímpicos de Tokio, en medio de la preocupación por los casos crecientes de COVID-19 y a sólo tres semanas del inicio de las justas.
Los casos en Tokio han aumentado constantemente, generando temores de que los Juegos puedan acelerar la propagación del coronavirus. Los expertos advierten que la variante delta, altamente contagiosa, podría generar un rápido resurgimiento de las infecciones, lo que podría desembocar en otro estado de emergencia, incluso durante los Juegos que comienzan el 23 de julio.
“He dejado claro que no tener espectadores es una posibilidad”, recalcó Suga, al destacar los casos crecientes en Tokio. “Daremos pasos para priorizar la seguridad de la gente”.
El miércoles, Tokio confirmó 673 casos nuevos, el duodécimo día consecutivo de alzas al comparar cifras entre una semana y otra.
El doctor Mitsuo Kaku, asesor médico del gobierno metropolitano de Tokio, dijo el jueves, en una reunión semanal, que la capital japonesa se acerca a una “situación crítica”, a medida que la variante delta causa más infecciones.
Un estado de emergencia de un mes en Tokio y otras ciudades fue degradado por Suga el 21 de junio. Ahora rigen medidas menos severas, que se enfocan en reducir los horarios de bares y restaurantes hasta el 11 de julio.
El primer ministro dijo que decidirá qué hacer con las medidas la próxima semana, una decisión que afectará a los espectadores de los juegos.
La semana pasada, los organizadores decidieron permitir hasta 10.000 aficionados o el 50% de la capacidad de cada recinto si las medidas de emergencia se levantaban antes de los Juegos. Tras las críticas y preocupaciones manifestadas por expertos y por el público, los funcionarios gubernamentales se mostraron después abiertos a la posibilidad de que no haya público si las infecciones empeoran.