Agencias/Ciudad de México.- Los países que se comprometieron en la COP26 a dejar de financiar la extracción internacional de combustibles fósiles van camino de incumplir sus objetivos debido a la búsqueda de alternativas al gas ruso por la guerra de Ucrania, según un informe del Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible (IISD).

El estudio, en el que también han colaborado Tearfund y Oil Change International (OCI), recuerda que 34 países y 5 instituciones financieras públicas firmaron en la COP26 de Glasgow (Reino Unido) un compromiso para poner fin a la financiación internacional pública de combustibles fósiles para finales de 2022.

Sin embargo, el informe señala que “la mayoría de los países e instituciones todavía tienen que publicar sus políticas alineadas con Glasgow”, mientras que las agencias de crédito están “muy rezagadas”.

Una de las “mayores amenazas” para el éxito de los compromisos adoptados en Glasgow es “la tentación de los países de seguir invirtiendo en gas en el extranjero como consecuencia de la guerra en Ucrania”, ya que los países buscan reemplazar el combustible ruso.

Los autores del informe destacan que estas inversiones son “incompatibles” con el límite de calentamiento global de 1.5 grados acordado en París, y muestran que las alternativas limpias son “más adecuadas para servir a la seguridad energética”.

De hecho, Canadá (11,000 millones de dólares anuales), Estados Unidos (3,100), Italia (2,800), Alemania (2,800) y España (2,400) fueron los que más financiación pública aportaron al petróleo y al gas entre 2018 y 2020, a pesar de que todos ellos firmaron en Glasgow.

En el mismo período, sólo siete de los signatarios del acuerdo -Dinamarca, Suecia, Francia, Alemania, Nueva Zelanda, Eslovenia, Bélgica, y el Banco Europeo de Inversiones (BEI)- financiaron más energía limpia que combustibles fósiles, mientras que otros siete -de nuevo Bélgica, además de Finlandia, Nueva Zelanda, Portugal, Eslovenia, España y Suiza- financiaron según este documento menos de 100 millones de dólares en energía limpia al año.

Además, el informe muestra que si los países “cumplen sus promesas” podrían acelerar una revolución energética verde en los países de renta baja, para lo que será necesario movilizar “una inversión conjunta de 28,000 millones de dólares anuales” de financiación pública internacional para energías renovables.

El estudio indica que estas inversiones “pueden desempeñar un papel importante para evitar el bloqueo de combustibles fósiles y acelerar una transición energética limpia y justa en los países menos desarrollados”

​​La codirectora de Finanzas Públicas Globales de OCI, Laurie van der Burg, ha señalado que “aunque el acuerdo de Glasgow tiene un gran potencial transformador, hay señales de retroceso entre los países firmantes”, como Alemania, “que está buscando activamente nuevas inversiones en el extranjero para reemplazar el suministro ruso”.

Para Van der Burg, las inversiones gasísticas “no son necesarias para garantizar la seguridad energética” porque “las renovables y la eficiencia energética permiten cubrir las necesidades de desarrollo y ofrecen un mejor acceso a la energía”.

Por su parte, la asesora principal de políticas del IISD ha destacado que “la crisis energética actual solo intensifica la necesidad de avanzar hacia sistemas más seguros y sostenibles basados ​​en las energías renovables y la eficiencia energética”.

“La COP27 de Sharm el-Sheikh (Egipto) será una prueba de rendición de cuentas para los firmantes de Glasgow, ya que tendrán que presentar nuevos planes de finanzas públicas internacionales” para consolidar el límite de calentamiento de 1.5 grados acordado en París.

Durante la última Cumbre del Clima se hizo un llamado a reducir “gradualmente” el uso del carbón como fuente de energía y los “subsidios a los combustibles fósiles ineficientes”. El acuerdo prevé que las naciones ricas renuncien al mineral en 2030 y los países pobres durante 2040.

De esta manera, más de 40 países, como Polonia, Vietnam y Chile, acordaron reducir el uso de carbón, que por primera vez de forma explícita se nombra como la base de las causas del calentamiento global.

A su vez, unos 20 países se comprometieron a dejar de financiar proyectos para “explorar o explotar combustibles fósiles en el extranjero para fines de 2022” y priorizar las energías limpias. Entre los firmantes están EEUU, Canadá y el bloque de la Unión Europea.

Mientras que más de 100 países, entre ellos EE.UU., se comprometieron a recortar para 2030, en un 30% sus emisiones de metano, uno de los gases que provocan el calentamiento global. Sin embargo, grandes emisiones como Rusia, China e India, no formaron parte de esta iniciativa.

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