Agencias/ Ciudad de México.- Equipos independientes podrán seguir jugando en el futbol europeo junto con los de los grandes clubes tradicionales de hombres a pesar del rápido crecimiento del balompié femenino y la incorporación de las grandes potencias del deporte, según informó la Asociación de Clubes Europeos (ACE).
Clubes como Fortuna Hjørring y Glasgow City —exclusivamente femeninos— han llegado a las instancias finales de la Liga de Campeones para mujeres, de la UEFA.
Se especula que el nivel de la competencia aumentará tras la incorporación de equipos grandes como Juventus y Real Madrid en los últimos cuatro años.
La creación de nuevos equipos, no obstante, es uno de los seis objetivos principales de la ACE, que representa a unos 250 clubes de hombres.
Serán admitidos clubes “grandes” y otros sin mucha historia o nuevos, señaló el director ejecutivo de la ACE Charlie Marshall.
“Queremos encontrar nuevas sedes para crecer y profesionalizar a los nuevos clubes. Eso es una parte importante de lo que queremos hacer”, declaró a la prensa.
Marshall dijo que los clubes grandes de hombres seguirán invirtiendo en el fútbol femenino y que “no se va a impedir que eso siga sucediendo”.
Juventus y Real Madrid adquirieron las licencias de clubes femeninos locales y los renombraron. Manchester United creó un equipo en el 2018 que ascendió a la primera división del fútbol femenino inglés en su primera temporada.
El atractivo de la Súper Liga de Mujeres de Inglaterra se hizo evidente tras la firma de un contrato para la transmisión de los partidos este mes.
Un incentivo para los clubes grandes son los cambios que hizo la UEFA en la Liga de Campeones Femenina, ganada los últimos cinco años por el Lyon francés.
En la próxima temporada habrá tres equipos, no dos, de las naciones que encabezan la clasificación, incluidas Inglaterra y España, y una nueva etapa de grupos de 16 clubes. La final se jugará en el estadio de Juventus en Turín.
La FIFA, por su parte, aspira a crear una Copa Mundial de Clubes para la rama femenina en la que Europa no sería la gran fuerza hegemónica como entre los hombres, a la luz de los progresos del fútbol femenino en otras regiones, sobre todo Estados Unidos.