Agencias/Foto Archivo/Ciudad de México.- La Cruz Roja interrumpió de forma indefinida sus servicios en la ciudad de Salamanca, en el céntrico estado mexicano de Guanajuato, después de que un grupo armado atacara a uno de sus ambulancias, informó este domingo la institución.
“Cruz Roja Mexicana Delegación Salamanca cierra sus puertas hasta nuevo aviso por cuestiones de seguridad. No se brindará servicio médico en sus instalaciones ni se atenderán urgencias con las ambulancias”, detalló en un comunicado
Este cierre se debe a “ciertos acontecimientos violentos en los que se vio expuesto nuestro personal”, justificó la Cruz Roja.
La noche del sábado, una ambulancia de la institución fue interceptada por un grupo armado a fin de secuestrar a un herido por arma de fuego que estaba siendo trasladado en el vehículo.
Pedimos a toda la ciudadanía comprensión, todos los que somos voluntarios en esta noble institución creemos en su misión llena de un espíritu humanitario que nos guía, pero en este momento debemos cuidar nuestra integridad”, señaló la institución.
Además, añadió que los voluntarios de la Cruz Roja no son “parte de ningún conflicto”.
Tras el anuncio, la comisionada de la Unidad de Análisis y Estrategia para la Seguridad Ciudadana de Guanajuato, Sophía Huett, informó que existe coordinación permanente con el delegado estatal de la Cruz Roja, Guillermo Francio, para resguardar las instalaciones y brindar garantías al personal.
Por lo pronto, paramédicos del Cuerpo de Bomberos de Salamanca atenderán las contingencias que se presenten en este municipio de 273.271 habitantes, informaron las autoridades locales.
Salamanca es un municipio estratégico ya que aquí se encuentra la principal refinería del centro de México, donde el robo de combustibles ha generado violentas disputas entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel Santa Rosa de Lima
Con apoyo de la Marina Armada y el Ejército, las autoridades estatales irrumpieron la madrugada del 4 de marzo en el poblado de Santa Rosa de Lima, a unos 35 kilómetros de Salamanca, pero no lograron detener a José Antonio Yépez, líder del cártel.
Como represalia, la madrugada del 9 de marzo un comando irrumpió en un bar de Salamanca y asesinó a tiros a 15 personas, dejando otras cinco gravemente heridas.