Agencias/Redacción InsurgentePress/Ciudad de México.- Al menos 36 muertos, 32 desaparecidos de manera forzada y narcobloqueos intermitentes han dejado la serie de enfrentamientos entre sicarios de bandas rivales en los últimos siete días en medio del vacío de poder gubernamental en varias regiones de Sinaloa.

El pasado 9 de septiembre, inició una escalada de violencia entre pistoleros de ‘Los Chapitos’ y ‘Mayito Flaco’, antes amigos hoy enemigos irreconciliables que ha evidenciado las complicidades de funcionarios del alto nivel con el cártel de Sinaloa.

Los sicarios de “Los Chapitos”, hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán y pistoleros “Mayito Flaco”, hijo de Ismael “El Mayo” Zambada, desplegaron una cacería entre ellos sin medias tintas con balas que llevan dedicatoria de muerte.

Ayer, las autoridades hallaron los cuerpos de cinco hombres con tiro de gracia, huellas de tortura y sombreros colocados entre la sangre al sur del municipio de Culiacán.

El mensaje subliminal de los verdugos ha sido colocar sombreros a las víctimas en relación al apodo de Ismael “El Mayo” Zambada, que es “El Señor del Sombrero”.

Dos días antes, sicarios abandonaron una cabeza humana en una caja de pizza, en referencia a “La Chapiza”, como también se le conoce a “Los Chapitos”, en Culiacán.

Simultáneamente, los pistoleros ejecutaron a una mujer en la colonia Genaro Estrada, a otro hombre en la Miguel de la Madrid, y uno más en el Fraccionamiento Acueducto, en Culiacán.

Paralelamente, los sicarios mataron a dos hombres y una mujer en las comunidades de Conitaca y Alta Rosa, en el municipio de Elota, a 170 kilómetros al sur de Culiacán.

La mayoría de los pobladores han instalaron un confinamiento voluntario en sus viviendas y cerraron sus negocios para evitar los enfrentamientos a plena luz del día en las principales regiones de Sinaloa.

Los bandidos instalaron narco-bloqueos y regaron poncha llantas en el tramo de la carretera Mazatlán-Durango.

En esa zona, la banda regional “Los Recoditos”, que también se quedó sin poder continuar su trayecto, decidió cantarle a los automovilistas un fragmento, con tambora, trombones y trompeta, de “Mi último viaje”.

Un enfrentamiento más se registró entre sicarios y militares sobre la Carretera a Culiacancito, en el norte de Culiacán.

El miedo ha permeado entre los habitantes que han visto la secuencia de los tiroteos día tras día y noche tras noche en medio del vacío de poder gubernamental que suspendió las clases desde el nivel básico hasta el superior y los festejos del Grito de la Independencia, en Sinaloa.

El olor a pólvora, reguero de casquilos percutidos y hombres ejecutados rodean por doquier cada rincón de las calles de Sinaloa. El monstruo del narcotráfico está allí y reclama venganza derivado de las traiciones del poder en turno hacia uno de los históricos capos de la región: Ismael ‘El Mayo’ Zambada.

Los habitantes no han podido apartar el miedo y optaron por permanecer callados al interior de sus viviendas para evitar ser alcanzados por alguna bala pérdida en las calles. Cualquier ruido o sombra extraña los obliga a buscar las áreas de mayor seguridad en sus viviendas.

La disputa entre ‘Los Chapitos’ y ‘Los Mayos’ antes socios hoy decididos a saldar cuentas a través de las armas ha desatado una cacería que prevé no dejar carne viva entre ellos.

En siuete días oficialmente han sido contabilizados 36 cadaveres, 11 heridos de bala y 32 desaparecidos de manera forzada en Culiacán y Eldorado, Sinaloa. Y otros que han muerto con los pertrechos de ‘guerra’ puestos en lugares oscuros de los que ninguna autoridad ha dado cuenta.

Desde el pasado 9 de septiembre, las vehículos con equipo artesanal blindado y camionetas con hombres armados con fusiles de alto poder de ambos bandos transitan libremente entre las calles y barrios de Culiacán, capital de Sinaloa.

Además, los sicarios desplegaron operativos simultáneos en el municipio de Eldorado y la sindicatura de Costa Rica, con las intenciones de descargar sus armas contra sus rivales, antes amigos.

Los intercambios de fuego entre los sicarios de “Los Chapitos”, como se le conoce a los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, contra los pistoleros de “El Mayito Flaco”, hijo de Ismael ‘El Mayo’ Zambada, llevan dedicatorias de balas con destino al infierno.

El mensaje entre los pistoleros de ‘Los Chapitos’ y ‘El Mayito Flaco’ ha sido claro: ningún rival quedará de pie, la ‘traición’ se paga con sangre y esa ya corre a chorros en Sinaloa.

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