Agencias/Ciudad de México.- La producción de tabaco es una de las actividades económicas menos volátiles en Cuba, por su estabilidad, y prestigio en el mercado internacional, pese a las considerables afectaciones vinculadas a la aplicación del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos y el paso de ciclones tropicales por la geografía caribeña.
Para el estudioso del Instituto Nacional de Investigaciones Económicas Ángel Bu Wong, el tabaco es el “producto insignia” de la mayor de las Antillas y el que más ingresos genera por concepto de exportación en el sector agrícola, con cifras históricas superiores a los 200 millones de dólares anuales.
“No existe otro producto dentro de la esfera que se acerque tan siquiera a ese número, aunque ya vendemos ciertas cantidades de miel de abeja y carbón vegetal. La agricultura cubana no tiene un enfoque exportador como tal, pero el tabaco alcanza esos valores gracias a su excelencia, sus buenos precios y preferencia a nivel mundial”, refirió a Sputnik el profesor auxiliar.
Graduado como ingeniero economista en la Universidad de Halle, de la antigua República Democrática de Alemania (RDA), el académico resaltó la cultura y herencia del cultivo, transmitida de una generación a otra, y que permite, incluso, la rápida recuperación tras los daños ocasionados por fenómenos meteorológicos.
“Pinar del Río, zona donde se concentra la mayor parte de la producción, casi siempre está azotada por este tipo de eventos. Siempre existen afectaciones y quizás un año o dos baje el nivel de la cosecha y la comercialización, pero los campesinos tienen una gran capacidad de respuesta, sumado a atención de empresas como Tabacuba”, compañía que regula la actividad tabacalera en todas las etapas de la cadena productiva, afirmó el entrevistado.
En la más reciente edición del Festival del Habano, realizada del 27 de febrero al 3 de marzo, directivos de Habanos S.A. informaron a Sputnik sobre un aumento de la comercialización del producto y derivados en el mercado mundial, con un crecimiento en 2022 del 2% respecto al año previo, y una cifra de negocios de 545 millones de dólares.
¿Cómo impacta el bloqueo en la industria?
Bu Wong explicó que el Instituto Nacional de Investigaciones Económicas centraliza el cálculo de los daños del bloqueo, indicadores que reportan al canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, para la inclusión de los mismos en el informe presentado cada año ante la Asamblea General de las Naciones Unidas contra la medida coercitiva estadounidense que afecta a la isla desde la década de 1960.
La primera de estas afectaciones, de acuerdo con la clasificación aportada por los expertos, es la “relocalización geográfica”, es decir, fertilizantes o plaguicidas que la isla puede adquirir en Estados Unidos debe comprarlos en territorios más lejanos, entre ellos la India, China o Japón, como consecuencia de esas sanciones.
“Ello conlleva a un gasto adicional en cuanto a flete y transportación. El otro daño cuantificado de manera elevada son las exportaciones que dejamos de hacer a EEUU. Ese país reporta el 60% del consumo del habano de alta gama, el resto se divide entre naciones asiáticas y europeas. Por tanto, a pesar de tener el mejor tabaco del mundo, no tenemos acceso al mercado mayoritario”, indicó.
El académico agregó que cubanoestadounidenses y estadounidenses que viajan a la isla no pueden llevar consigo, en el vuelo de regreso, ciertas cantidades de tabacos o ron, pues se les confisca en la aduana, de acuerdo con las sanciones aprobadas por la administración de Donald Trump (2017-2021) en 2020.
El profesor aseguró que, si bien el mundo avanzó a pasos agigantados respecto a la tecnología y la obtención de nuevas variedades de semillas, “nosotros no tenemos acceso a simientes con mayor rendimiento y resistentes al cambio climático”. Y en el caso de la compra de equipamiento en terceros países, los equipos deben tener menos de 10% de componentes estadounidenses.
Sumado a ello, está la compra de hidrocarburos: “No importamos petróleo desde EEUU, pero sí existe una vigilancia sobre los barcos que lo transportan, pues luego no pueden entrar a puertos norteamericanos, y la agricultura funciona con combustible para los regadíos, el traslado de los productos”.
Existe otro problema serio que no es cuantificable: “Como la isla es una nación bloqueada y, además, incluida en la lista de países supuestamente patrocinadores del terrorismo, muchos bancos, con los cuales mantuvimos relaciones financieras, tienen miedo a ser sometidos a una multa o penalización y suspenden los vínculos de ese tipo”, reconoció Bu Wong.
Resiliencia frente a las adversidades
Desde 1845, la familia Robaina produce excelentes tabacos en sus vegas situadas en Cuchillas de Barbacoa, en el distrito tabacalero de San Luis, zona productora de la occidental provincia de Pinar del Río. En 1997 surge la marca Vegas Robaina, como tributo a los cosecheros y productores de la isla gracias a cuyos conocimientos y habilidades trasciende el prestigio de los habanos.
En su finca El Pinar, Hirochi Robaina continúa esa tradición de dos siglos. “La responsabilidad, el sentido de pertenencia y el amor por lo que hago me impulsan a levantarme todos los días, no es un negocio que aprendes de hoy para mañana, ni te lo inyectas en las venas y por arte de magia te vuelves productor, sencillamente se nace con eso”, señaló a Sputnik.
No obstante, el paso del huracán Ian por ese territorio en 2022, donde se origina el 65% del tabaco cubano, ocasionó afectaciones en 90% de las más de 12.000 casas de cura natural; además de que produjo estragos severos en almacenes e infraestructuras destruidas, con lo que se mojaron alrededor de 11.000 toneladas de tabaco guardado de las últimas cosechas.
“Realmente, el huracán no afectó las plantaciones, pues pasó en septiembre y en esa fecha aún no ha comenzado la siembra, generalmente ese proceso lo iniciamos en noviembre. Pero sí dañó nuestra infraestructura, casas de cura, cámaras de fermentación, almacenes y semilleros”, aseguró Hirochi.
Reconoció, asimismo, que tras un año “aún nos recuperamos de los destrozos, que fueron muchos”. Actualmente, construye casas de tabaco de mampostería “para que resistan a los eventos meteorológicos” y tiene el semillero echado para la siembra el venidero mes de noviembre, si bien “las lluvias están atrasando la preparación de las tierras”.
De acuerdo al productor, “en la cosecha anterior, debido al huracán, se atrasó la siembra y cosecha de la hoja de tabaco, por tanto, ese proceso ocurrió de manera tardía y con mucho menos tabaco sembrado”.
“Es muy difícil reponerse, si tenemos en cuenta la situación actual. La industria tabacalera es muy importante y constituye el primer renglón de la agricultura, con la generación de ganancias significativas”, añadió.
Sin embargo, subrayó, resulta imprescindible invertir en ese rubro, con una alta demanda internacional, de lo contrario, “puede tener consecuencias adversas e irreversibles a corto plazo. La industria no puede torcer sin materia prima y esa sale del trabajo de los productores. Si los torcedores no reciben un producto de calidad, no podrán hacer buenos tabacos”.
Durante la adolescencia, el productor fue deportista de alto rendimiento, hasta que, alentado por su abuelo, el reconocido tabaquero Alejandro Robaina, decidió aprender el oficio de torcedor en las fábricas Partagás y H. Upmann, y luego le pidió permanecer en la finca: “Hirochi, tú eres mi esperanza, no me defraudes”, le dijo.
“A nuestro producto lo distingue hojas de capa de excelente calidad, color, grasa y elasticidad, y hojas de tripa, las del interior del tabaco, caracterizadas por su combustión, aroma y fortaleza. Nuestro tabaco es igual que el buen vino: se puede añejar durante años y su calidad sigue en aumento”, expresó.