Agencias/ Oaxaca.- La nostalgia y la paciencia acompañaron a la fotógrafa Regina Mejía durante más de un año en su visita a bares tradicionales de Oaxaca, donde acudió con su “caja de la fascinación”: una cámara estenopeica, con la que captó las imágenes de la exposición ‘Entre copa y copa’.
La muestra, que se presenta como parte de las actividades de la Semana de la Fotografía Estenopeica en la capital de ese estado, se integra por 12 imágenes de gran formato que plasman el ambiente de quienes deambulan entre tragos y amigos.
Se trata del segundo proyecto realizado por Mejía con esa técnica. El primero documentó las ferias de incontables fiestas patronales de Oaxaca. Ahora, la fotógrafa decidió invitar al espectador a la cantina, “para mirar de cerca un efímero paisaje que el tiempo ha matizado con los tonos del amor y el desamor”, escribe el periodista José Luis Pérez Cruz en la presentación de la muestra.
El Otro Mundo, Los Cocos, El Jinete, El Pava, El Faro, Garibaldi, Pollos Bar y El Veinte son algunos de los espacios retratados por la cajita de Regina, imágenes donde se planta firme e intacta la esencia de muros, rótulos, cromos, mobiliario y la personalidad arquitectónica, “entre sombras fantasmales de quienes buscan la alegría o el llanto”.
Es así como Regina, añade Pérez Cruz, “cruza la puerta de El Tercer Mundo, mira el espacio con detenimiento, toma decisiones, busca la luz y se apropia de la mesa que le permita llevarse los mejores instantes de esa historia.
“Luego, aparecen las amistades convenientes, las que le permiten soltar el estenopo para robarse la nostalgia de un Oaxaca prohibido, pero demasiado gozoso.”
La presencia de Mejía en las viejas cantinas de Oaxaca no es una casualidad, ni una moda. Su abuelo, don Agustín Bautista Maqueos, El Viejo Maqueos, tuvo un negocio similar, por lo que la fotógrafa desde niña tuvo contacto con ese ambiente “intenso, con un paisaje colmado de nubes, que a cualquiera hacía soñar mientras sonaba la voz de Lucha y Lola cantando recio la música de Cuco Sánchez, José Alfredo Jiménez y Juan Gabriel”, recuerda Pérez Cruz.
“Curiosa como ha sido siempre, Regina Mejía registró con vivacidad en su infancia la personalidad de la cantina de su abuelo, las pláticas constantes, las risas interminables, los consejos y los regaños que daba a quienes acudían a la barra de ese oasis taleano, allá en lo alto de la Sierra Juárez”, añade el periodista.
La técnica estenopeica es una de las grandes aficiones de la fotógrafa, porque le permite explorar “procesos que la conducen a atesorar el asombro y la sorpresa de la espera al entrar al cuarto oscuro y ver lo que va a emerger en cada toma realizada con rollo formato 120”.
Entre copa y copa se presenta durante mayo y junio en la cantina El Otro Mundo (Escuela Naval Militar 107, colonia Reforma, en la ciudad de Oaxaca).